Acuerdo sobre la deuda de Estados Unidos
El acuerdo entre Republicanos y Demócratas para elevar el techo de la deuda en Estados Unidos evitó finalmente el temido default (suspensión de pagos) y la quiebra del sistema. El juego político elevó las apuestas al máximo porque es mucho lo que nos jugamos en los próximos años.
Los puntos más importantes del acuerdo quedan sintetizados de la siguiente manera:
1º La inmediata puesta en marcha de diversos recortes del gasto hasta un total de 1,2 o 1,5 billones de dólares durante los próximos diez años, que incluirán también recortes sustanciales en Defensa, algunos de ellos cuestionables. Esto reducirá el gasto doméstico anual al nivel más bajo desde la presidencia de Dwight Eisenhower (1953-1961).
2º La autorización para subir el límite de la deuda en 2,1 billones de dólares, lo que permitirá no recurrir de nuevo al endeudamiento hasta 2013. Esto garantiza que el techo límite no deberá alzarse de nuevo hasta ese año, lo que en teoría debe evitar nuevos debates y luchas bipartidistas que podrían perjudicar la recuperación económica, aunque con las elecciones presidenciales en el horizonte, este debate será uno de los temas.
3º Una comisión bipartidista que ya se está formando acordará recortes adicionales del gasto de 1,5 billones de dólares en diez años, que también incluirá reformas en el sistema impositivo. Las recomendaciones de esta comisión deberán ser aprobadas por el Congreso antes del 23 de diciembre de 2011.
4º En caso de que esa comisión no llegara a un acuerdo, las reducciones del gasto se repartirán al 50% entre partidas de Defensa y otras partidas domésticas, sin que se vean afectadas las pensiones y las prestaciones sanitarias.
Hay que destacar que en lo que llevamos de presidencia de Obama, el agujero en las cuentas públicas estadounidenses ha crecido en cinco billones de dólares. Mientras que en 2001, bajo la presidencia de George W. Bush, la deuda pública ascendía a casi 6 billones de dólares. Ahora, diez años después, con el demócrata Barack Obama en la Casa Blanca, son más de 14 billones de dólares, un importante salto que pone al país en serios riesgos económicos y que en la práctica representaba un agujero insuficiente para que el país hiciera frente a sus pagos, lo que ha obligado a elevar este techo de gasto. Este tipo de medidas se ha llevado a cabo en 78 ocasiones desde 1960, 49 durante presidencias republicanas y 29 en demócratas.
De todas formas, el acuerdo solo es el principio de una serie de medidas necesarias de austeridad y ahorro para conseguir que la economía norteamericana quede saneada y vuelva a ser el motor del crecimiento mundial.