Si hay algo que merece la pena conocer en Estados Unidos, y tiene muchas cosas que realmente las merece, esos son sus espacios naturales protegidos, que son algunos de los mejores y más hermosos del mundo. No sólo podemos encontrar una inmensa cantidad de espacios protegidos de incalculable valor ecológico, sino también la eficiencia estadounidense en la gestión de estos parques nacionales, enfocada a la conservación, el ecoturismo y la sostenibilidad natural.
Hay muchos de estos parques que merecen ser visitados por los amantes de la naturaleza, hoy quiero centrar la mirada en uno de los mejores y más fascinantes. El Parque Nacional de Yosemite, a unos 320 km al este de San Francisco (California), que con una extensión de más de 3.000 kilómetros cuadrados salpicados de bosques impresionantes, ríos, grandes paredes de piedra y una fauna salvaje de gran diversidad biológica, única, con verdaderas joyas vivientes, es uno de los emblemas de la conservación sostenible en este país, ubicado en las laderas de la cadena montañosa de Sierra Nevada, y declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1984.

Con unas visitas anuales de más de 3,7 millones de visitantes al año, este espacio natural, que cuenta con el 95% de su área declarada como «zona salvaje», ha conseguido mantener un paisaje cuidado al máximo merced a una gestión encomiable y una política de educación, información y penalización estricta, con elevaciones montañosas que alcanzan los 4.000 metros.
Entre las facilidades para los turistas que lo visitan destacan las vías pavimentadas, un shuttle (transporte) que traslada a los turistas sin coste alguno por todo el valle, hoteles cómodos y accesibles, pequeñas cabañas y zonas de camping.
Además, es un paraíso de la escalada para los amantes de las grandes paredes y, sobre todo, para los senderistas, que pueden caminar aquí por cientos de senderos perfectamente señalizados, con distintos niveles de dificultad, y siempre con un paisaje que destaca por su verdor. Cualquier amante del trekking se perderá entusiasmado por estos senderos en busca de las cascadas que se llenan tras el deshielo, se entusiasmará haciendo rafting por sus ríos caudalosos, practicando esquí, o dando paseos a caballo o en bicicleta por rutas de espectacular belleza.

El Parque Nacional Yosemite, que se encuentra rodeado de áreas vírgenes: Ansel Adams al sudeste, Hoover al noreste y Emigrant al norte, nos regala sus cascadas impresionantes, bosques de pinos y de sequoias, humedales, glaciares, valles y senderos que quedan en la retina para siempre.
Es una de las mejores opciones para descubrir los espacios naturales de Estados Unidos, herencia de un pasado en el que la naturaleza lo era todo en este país y que nos hace recuperar lo que verdaderamente importa.