El plan de Trump para devolver la producción de medicamentos esenciales a Estados Unidos
Uno de los desafíos que afronta Estados Unidos es poner fin a la escasez de productos farmacéuticos, una situación propiciada por la negligente política sanitaria de la Administración Biden. Donald Trump ha incluido este problema en su agenda para 2024 con un plan que pretende devolver la producción de medicamentos esenciales a los Estados Unidos y que pondría fin a esta escasez.
Trump ha hecho un diagnóstico acertado de la situación al declarar que: “Esta no es sólo una crisis de salud pública, sino que también es una crisis de seguridad nacional”. De esta manera y como parte de su plan para obtener la independencia total de China, en su segundo mandato también se aplicarán aranceles y restricciones comerciales a la importación con el objetivo de recuperar la producción de todos los medicamentos esenciales para los Estados Unidos. Trump ya firmó una orden ejecutiva histórica para comenzar este proceso en 2020, pero Biden la revocó en 2021 y no la cumplió. El resultado es que a día de hoy hay una grave escasez de más de 295 medicamentos, una cantidad récord en cinco años.
Aunque los medios corruptos aliados de los demócratas socialistas no informan en portada de ello, lo cierto es que este es un asunto de enorme urgencia y trascendencia para los ciudadanos porque millones de vidas están en juego. Algunas de los enfermos afectados por la escasez de medicamentos son los afectados por cáncer. Trump acierta de pleno al incluir el tema entre sus principales prioridades para el segundo mandato presidencial y asegurar la producción nacional y un suministro seguro y confiable de medicamentos críticos. Además, su plan permitiría crear miles de nuevos empleos para los estadounidenses.
Para ello, Trump revé restaurar mejorada su orden ejecutiva 13944, con fecha del 6 de agosto de 2020, sobre la garantía para que se fabriquen medicamentos esenciales, contramedidas médicas e insumos críticos en los Estados Unidos. Aquella orden ejecutiva buscaba asegurar una producción nacional suficiente y a largo plazo de medicamentos esenciales, minimizando la posible escasez al reducir nuestra dependencia de los fabricantes extranjeros. También requería que las agencias federales compraran productos estadounidenses al facilitar la producción nacional de medicamentos y dispositivos médicos que la FDA determinó que son «esenciales» para la salud pública.
Asimismo, la orden ejecutiva también requirió que el Representante de Comercio de los Estados Unidos modificara nuestros acuerdos comerciales internacionales para que las agencias federales de cualquiera de los 120 países que tienen un acuerdo comercial con los Estados Unidos. ya no puedan comprar los medicamentos considerados «esenciales» para la salud pública por la FDA, que autoriza la fabricación de dichos medicamentos “esenciales” para el mercado estadounidense.
La orden ejecutiva de Trump, que pretende actualizar, reflejó bien las lecciones aprendidas de la respuesta nacional a la pandemia del Covid 19, incluida la extrema vulnerabilidad nacional causada por la falta de una capacidad de fabricación nacional adecuada para productos farmacéuticos críticos, producto de malas políticas durante décadas. Esta vulnerabilidad se vio agravada porque la Reserva Nacional Estratégica (SNS) quedó sin financiación y agotada por la Administración Obama-Biden. Como resultado, entre marzo de 2020 y enero de 2021, el presidente Trump invocó la Ley de Producción de Defensa más de 100 veces para reponer rápidamente la SNS con medicamentos y equipos médicos para combatir la pandemia. Como parte de este esfuerzo, se otorgaron contratos gubernamentales a gran escala y a largo plazo a fabricantes estadounidenses para producir medicamentos y equipos médicos esenciales para emergencias de salud pública. Por ejemplo, a Phlow Corporation en Richmond, Virginia, se le otorgó un contrato de 354 millones de dólares, con 458 millones adicionales disponibles para fines de almacenamiento a largo plazo, para fabricar más de una docena de tipos de medicamentos fabricados en Estados Unidos y sus ingredientes precursores para tratar a pacientes hospitalizados con el virus del Covid 19.
La restauración de esta orden ejecutiva de medicamentos esenciales de Donald Trump de agosto de 2020 impulsará la producción nacional de medicamentos que salvarán vidas, y es otra de las muchas razones para apoyar su candidatura y regreso a la Casa Blanca. ¿Quién no querría algo así? Es de puro sentido común reconocer que la propuesta de Trump beneficia a los ciudadanos. Los médicos estadounidenses nunca deberían tener que darle a un paciente un medicamento de un centro no aprobado procedente de China o India. Podemos y debemos producir estos medicamentos esenciales en Estados Unidos.
Una encuesta reciente realizada por la Universidad de Washington en St. Louis encontró que el 30% de las compañías farmacéuticas de Estados Unidos utilizan el 50% o menos de la capacidad de sus instalaciones, lo que significa que las compañías norteamericanas ya podrían producir millones de dosis más de medicamentos cada año. Sólo lo evitan las malas políticas que juegan con la salud de los ciudadanos.
El desastre ha ido más con la Administración Biden, que el 20 de abril de 2021 retiró una propuesta para poner en vigencia la orden ejecutiva del presidente Trump al eliminar los medicamentos esenciales y los dispositivos médicos de la cobertura del Acuerdo de Contratación Pública de la Organización Mundial del Comercio (WTO GPA). Al no aceptar la propuesta, el gobierno de Estados Unidos puede continuar comprando medicamentos y dispositivos médicos fabricados en el extranjero y así perjudicar a la industria nacional. Bajo la ley actual para comprar medicamentos “esenciales” para la salud pública de cualquiera de los 120 socios comerciales de Estados Unidos, no hay ningún incentivo para que las agencias federales compren a empresas nacionales. Como resultado, Estados Unidos seguirá dependiendo de países extranjeros para sus necesidades médicas más críticas. Un auténtico disparate permitido por la Administración Biden, que ha derivado en una gravísima crisis de salud pública. Bajo Biden, la escasez de medicamentos esenciales ha crecido de forma astronómica.
Así, entre 2021 y 2022, la escasez de nuevos medicamentos aumentó en un 30%, con un récord de 295 de medicamentos escasos a fines de 2022. Estados Unidos se encuentra en una alarmante escasez de medicamentos y actualmente hay falta de al menos 14 medicamentos esenciales contra el cáncer.
Una encuesta de junio de 2023, realizada por National Comprehensive Cancer Network (NCCN), encontró que el 93% de los centros oncológicos de Estados Unidos tienen escasez de carboplatino y el 70% tienen escasez de cisplatino, medicamentos esenciales que tratan una amplia gama de cánceres. Otro estudio publicado en 2020 en The British Medical Journal encontró que cada mes de retraso en el tratamiento del cáncer puede aumentar el riesgo de muerte en alrededor de un 10%. Con la orden ejecutiva de Trump este problema terminaría.
En lugar de desarrollar la enorme capacidad de fabricación nacional, la FDA de Biden está aumentando la fabricación de productos farmacéuticos en el extranjero y poniendo en riesgo la vida de los estadounidenses. Pero esto no interesa a los medios manipuladores, centrados en sus mentiras sobre las acusaciones a Trump para interferir en las elecciones de 2024 e impedir por todos los medios que salga elegido.
He aquí algunos datos significativos: hoy en día, India representa la mayoría de las instalaciones de ingredientes farmacéuticos activos (API) aprobadas por la FDA que envían medicamentos a los Estados Unidos desde 2021. China cuenta con 445 fabricantes de API aprobados por la FDA. En 2021 China fue el principal exportador de productos farmacéuticos a Estados Unidos medido por peso, con 190 millones de kilos (418 millones de libras) o el 23% de las importaciones farmacéuticas totales. Las importaciones chinas a los Estados Unidos representan ahora el 95% del ibuprofeno, el 91% de la hidrocortisona, el 70% del paracetamol, el 70% del Tylenol y del 40% al 45% de la penicilina. China e India representan el 90% de todas las recetas escritas en los Estados Unidos. Las compañías farmacéuticas chinas e indias presentan un riesgo sustancial para la salud de los estadounidenses, pero esto a la Administración Biden le trae sin cuidado mientras sigan los negocios para sus amigos.
En junio de 2023, la FDA de Biden consideró importar temporalmente medicamentos contra el cáncer, cisplatino y carboplatino, de compañías extranjeras no aprobadas debido a la escasez nacional. La escasez fue exacerbada por Intas Pharmaceuticals, una compañía farmacéutica india que cerró la producción después de destruir documentos y roció botes de basura con ácido cuando la FDA comenzó a investigarlos. La FDA de Biden permitió que Glenmark Pharmaceuticals, una compañía farmacéutica india, exportara a los Estados Unidos a pesar de que estaba bajo una prohibición de importación debido a violaciones significativas de las buenas prácticas de fabricación actuales en sus instalaciones en Baddi.
El resultado, como estamos viendo, es que bajo el corrupto Joe Biden y su fraudulenta Administración ha habido un aumento catastrófico en la escasez de medicamentos esenciales en los Estados Unidos. Es impensable que esto pueda estar pasando en los Estados Unidos en 2023. Pero es lo que sucede cuando sustituyes a un presidente legítimo que ha ganado las elecciones y pones a un corrupto, vía fraude electoral, que no piensa en el interés de los Estados Unidos ni en el de sus ciudadanos.
Con Donald Trump en la Casa Blanca de nuevo recuperaremos la fabricación nacional de medicamentos esenciales y aseguraremos la salud de los estadounidenses.