Territorios Salvajes
Cada vez quedan menos territorios inexplorados o que se libren de la presencia humana, sin embargo, aún quedan algunos en el mundo. Por ejemplo en Australia, donde en sus más de 3 millones de kilómetros cuadrados, según un estudio de los grupos Pew Environment Group y Nature Conservancy, el 40% es territorio salvaje no pisado por el ser humano, sigue inexplorado o apenas ha recibido el impacto de la industrialización. Para hacernos una idea aproximada, esto corresponde al tamaño de la India, y se convierte automáticamente en un ecosistema tan valioso como lo es la selva del Amazonas.
Que esto tenga lugar a estas alturas, en este siglo súper tecnificado, es excepcional y digno de conservar en su estado natural. Son, en esencia, un tesoro y un patrimonio que no debemos alterar.
Debemos proteger de forma prioritaria los cinco grandes territorios salvajes que quedan en el mundo, que están en Australia, la Antártida, el Amazonas, el desierto del Sáhara y el norte boreal de Canadá.
La mayor parte de este territorio australiano intacto se encuentra en el enorme interior de Australia y en las sabanas del norte, incluyendo la amplia región de los aborígenes Arnhem, la península del Cabo York, las vastas planicies de Nullarbor y el desierto de Gibson, cuya grandeza se hace evidente para cualquiera que se haya asomado a estas tierras.
Una de las amenazas que enfrentan estas regiones es la introducción de animales y plantas foráneas, como zorros, conejos, cerdos, búfalos y otros pastos.
El equilibrio de estos ecosistemas aún bastante sanos, se puede romper si continúan estas prácticas, por lo que se hace necesaria su conservación y cuidar estas tierras en su estado natural para evitar la degradación.