¿Qué está haciendo el Partido Republicano?
Frente al Presidente Obama, un Congreso dominado por el Partido Demócrata, y unos medios de comunicación mayoritariamente inclinados del lado Demócrata, ¿qué está haciendo el Partido Republicano, el tradicional GOP? ¿Cómo afronta este panorama en el que algunas encuestas de opinión muestran cierto desafecto entre el partido y los ciudadanos?
Aparentemente los Republicanos están sin dirección y divididos en facciones ideológicas. Pero es sólo apariencia. La realidad es que desde noviembre pasado las cosas han cambiado, y hay varios frentes abiertos muy activos, en los que se están moviendo las ideas, los proyectos, y los líderes. Vemos, al menos, cuatro iniciativas de envergadura: por un lado el National Council for a New America (Consejo Nacional para una Nueva América), impulsada por el senador John McCain, los ex gobernadores Jeb Bush y Mitt Romney, el actual Gobernador de Louisiana, Bobby Jindal, y el líder minoritario en el Senado, Mitch McConnell; el movimiento netamente conservador de base que aglutina una cada vez más fuerte y brillante Sarah Palin; las estrellas ascendentes de algunos Republicanos, que ahora concentran la atención en el Gobernador de South Dakota, John Thune, que podría convertirse en candidato en 2012, igual que el Gobernador de Minnesota, Tim Pawlenty, o John Kasich, de Ohio, el Gobernador de Louisiana, Bobby Jindal, Eric Cantor, Representante de Virginia y número dos de los Republicanos en la Cámara de Representantes, o el elegido Gobernador de Virginia, Robert McDonnel. En especial, John Thune, se presenta como un buen candidato en la carrera presidencial aún no abierta, pero en la que todos quieren tomar posiciones; y, por último, el papel de los Republicanos moderados que han estado en el ojo del huracán mediático últimamente, como Dede Scozzafava, Mike Castle, Mark Kirk, o Scott Brown.
El primer test serio, tras los resultados del 3 de noviembre, en que se alzaron con victorias contundentes los Republicanos Christopher Christie en New Jersey y Robert McDonnel en Virginia, como nuevos Gobernadores, se producirá en las elecciones legislativas de noviembre de este año, una excelente oportunidad para que los candidatos Republicanos le den la vuelta al Congreso y logren anular la mayoría Demócrata. Pero, de entrada, en la elección especial para elegir Senador por Massachusetts (la vacante dejada por Ted Kennedy) el pasado 19 de enero, nos dejó como anticipo la victoria del Republicano Scott Brown con un 52 por ciento de los votos. Presagio de lo que puede suceder en noviembre, cuando se renueve la Cámara de Representantes, un tercio del Senado, y se elijan Gobernadores en numerosos Estados, donde los Republicanos han visto crecer sus opciones.
Para conseguir esa victoria y posicionarse de cara a las presidenciales de 2012, el Partido Republicano tiene mucho trabajo por hacer en este tiempo. Uno de sus objetivos prioritarios pasa por explicar a la ciudadanía el proyecto político que defiende para el país, algo que se ha visto perjudicado por la manipulación intensa de los medios de comunicación en los últimos años y las derivas que ha adoptado el Partido en temas tan importantes como la inmigración, la sanidad, la educación, el aborto, y el gasto público, entre otros.
Otros dos objetivos imprescindibles se presentan en el horizonte: conectar mejor con los hispanos, las mujeres, y los jóvenes; tres colectivos que han flaqueado en su apoyo a los Republicanos en la última elección presidencial y sin cuyo apoyo la Casa Blanca se presenta cada vez más complicada.
Un último objetivo se antoja vital para el triunfo electoral: unificar e integrar a los Republicanos independientes y moderados, que pueden disentir en temas puntuales, a la base conservadora tradicional, y los conservadores puros.
Un Partido Republicano ganador no puede prescindir de ninguno de estos sectores sociales que lo integran. La labor de construir un programa político netamente liberal-conservador, que ofrezca respuestas eficaces y reales a los desafíos del siglo XXI, es un trabajo en el que todos debemos participar en este tiempo hasta las legislativas de noviembre de 2010 y las presidenciales de 2012.
Mitt Romney, quien muy probablemente volverá a estar en la carrera presidencial, ha lanzado una idea sobre la que merece la pena reflexionar y trabajar: «No sólo hay que hablar sobre los valores, hay que serles fiel».
De eso precisamente sabe mucho la posible candidata Sarah Palin, quien ya arrastra expectación y multitudes, debido precisamente a su fidelidad a los principios conservadores, que articulan una de las propuestas más interesantes que presenta el Partido Republicano actualmente. Los Demócratas denigran y caricaturizan a la ex Gobernadora de Alaska porque la temen profundamente. Saben que su ideario conecta con millones de norteamericanos y que una candidatura equilibrada por su parte, podría ponerles las cosas muy difíciles a Barack Obama y los suyos.
El reto inmediato será recuperar el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de noviembre de 2010, en la que hay 256 escaños Demócratas por 178 Republicanos, y en el Senado, donde los Demócratas tienen 59 escaños por 41 los Republicanos.
La victoria de los Gobernadores Robert McDonnel en Virginia, Christopher Christie en New Jersey, y los alcaldes Michael Bloomberg en Nueva York, Tomás Regalado en Miami, y Thomas Menino en Boston, así como la derrota de Doug Hoffman en Nueva York, y la victoria del Senador Scott Brown en Massachusetts, ponen de manifiesto que en el Partido Republicano caben distintos enfoques del conservadurismo, y que son necesarios si aspiramos a la victoria y no a un partido de minorías. Necesarios pero bien articulados a través del país. Tanto conservadores puros como conservadores moderados.
Dos factores serán determinantes en esa victoria: el voto de independientes y jubilados y la opinión de los ciudadanos sobre los rescates financieros y el gasto desbordado del gobierno. De momento, ambos sectores mantienen posturas escépticas sobre la política de Obama en estos asuntos. El sentir de la ciudadanía es que el gobierno puede estar hipotecando demasiado caro el futuro de la nación y las generaciones venideras. Algo que conecta con el mensaje del Partido Republicano y que podría llevarle a la victoria al recuperar el verdadero papel de los partidos políticos: defender a los ciudadanos y velar por sus intereses.
En este proceso de generación de ideas y recuperación de valores conservadores, de adaptación de políticas a nuestro tiempo, el Partido Republicano debe reformar sus políticas también mediante un cambio generacional que nos lleve a ganar la confianza de millones de personas, más allá del sector tradicional de votantes del partido, con ideas innovadoras que persigan los resultados, desarrollando eficazmente políticas liberal-conservadoras, adecuándolas en cada caso concreto, a través de líderes entusiastas y con capacidad de generar ilusión y mantener el espíritu de los valores que fundaron esta nación, valores constitucionales.
Perfiles y nombres como los de John Thune, Sarah Palin, Mitt Romney, Robert McDonnel, Mitch Daniels, Rick Perry, Scott Brown, Marco Rubio, o Eric Cantor, van a ser determinantes en este proceso de impulsar al Partido Republicano como la alternativa viable al Partido Demócrata. No serán los únicos ni debemos ceñirnos a uno de ellos. El ex Gobernador de Arkansas, Mike Huckabee, tiene posibilidades y querrá aprovecharlas; es un conservador clásico, con fuertes apoyos sociales y el respaldo y el tirón de, no lo olvidemos, Chuck Norris, que se ha hecho un hueco importante como analista político. Newt Gingrich, presidente de la Cámara en el período 1995-1999, es otro de los grandes referentes para el Partido Republicano moderno, uno de los mejor dotados intelectualmente y un defensor infatigable del mejor legado de Ronald Reagan. Desde su think tank, American Solutions for Winning the Future (un ‘Grupo 527′, término con el que se conoce a las organizaciones creadas para influir en la nominación, elección, nombramiento o derrota de candidatos a cargos públicos), sigue trabajando en el desarrollo de programas, ideas y propuestas conservadoras y con visión de futuro. Jeb Bush, con una buena gestión como Gobernador de Florida y una especial conexión con el electorado hispano (merced a su matrimonio con una mexicana), también puede contribuir a definir el futuro liderazgo. Y el Gobernador de Indiana, Mitch Daniels, con un enorme prestigio a nivel de Gobernadores, puede concitar el consenso de los distintos sectores en liza, en especial en tándem con Mitt Romney.
La plataforma «Rebuild the Party» (Reconstruir el partido), que nació en Internet poco después de la derrota del 4 de noviembre de 2008, empieza a contribuir con sus ideas y debates en esta nueva estructuración del partido. Esta plataforma fue creada por un grupo de jóvenes activistas Republicanos, que han crecido con los ordenadores como herramientas habituales de juego y trabajo, para dar respuesta ideológica a los desafíos de la sociedad y dar vida activa al Partido.
Meses después de su lanzamiento «Rebuild the Party» ya son una comunidad de más de 10.000 Republicanos, que frisan la veintena y treintena de edad. Hombres y mujeres jóvenes que debaten diariamente sobre la identidad del partido, problemas, retos, soluciones, y que usan todas las herramientas de la Sociedad de la Información, como YouTube, Facebook, etc.
En su declaración de principios, la plataforma tiene como objetivo «dotar al Partido Republicano de herramientas del siglo XXI para hacer política del siglo XXI». Y ésa es una de las claves para acercarse a los jóvenes y ganar el futuro.
También tiene una influencia creciente el movimiento de los Tea Party, formado al calor de las protestas contra los impuestos de Obama, que entronca directamente con las bases conservadoras y pueden definir, con su apoyo, a los candidatos ganadores.
Entretanto, otros pesos pesados del movimiento conservador, como Karl Rove, el estratega electoral de George W. Bush, ya ha hecho públicas sus apuestas para 2012, apostando por el líder de la minoría Republicana en el Senado, Mitch McConnel, el líder Republicano en la Cámara de Representantes, John Bohener, el senador por Arizona Jon Kyl, el representante por Virginia, Eric Cantor, el Representante por Wisconsin, Paul Ryan, el presidente de la Heritage Foundation, Edwin Feulner, y el periodista y Premio Pulitzer en 1987, Charles Krauthammer, quien definió en 1985 algunos de los principios ideológicos de la Doctrina Reagan y en 2004 buena parte de las teorías que desarrolló George W. Bush.
A estos nombres, con un horizonte prometedor, deberíamos apuntar los del Gobernador de Texas, Rick Perry, el Gobernador de Indiana, Mitch Daniels, Marco Rubio, que ahora lucha en las primarias de Florida por hacerse con la candidatura Republicana al Senado por ese Estado, el Senador por Mssachusetts, Scott Brown, el ex Gobernador de New Mexico, Gary Johnson, y el del general David Petraeus, que podría ser una opción muy interesante para 2012 o 2016, si se anima a entrar en la batalla electoral.
El Partido Republicano necesita de todos ellos, de todas las corrientes ideológicas que forman este gran y viejo partido, para volver a recuperar una revolución conservadora que sitúe a los Estados Unidos en el umbral de otra época dorada. Fue uno de los más grandes presidentes que ha dado esta nación, Ronald Reagan, quien marcó el camino, que no debemos perder ni olvidar, con su concepto de que el Partido Republicano sea una “gran tienda” en la que sean bienvenidas y quepan todas las tendencias del ideario Republicano/Conservador de los ciudadanos de este país, de costa a costa. Sólo así podremos alcanzar la Casa Blanca de nuevo e impulsar otra presidencia verdaderamente histórica, revolucionaria, y transformadora.