La búsqueda del libro
Los estudios en el sector editorial son claros respecto a cómo los lectores encuentran su siguiente lectura. Las recomendaciones de amigos, familiares y prescriptores de calidad son las tres fuentes de las que beben insaciables para descubrir el libro que leerán. Las editoriales comprueban con sus herramientas informáticas, que tienen unos algoritmos que hacen maravillas, esta tendencia tan extendida que alcanza cifras en torno al 85% de recomendaciones a través de estos grupos.
Hay un cuarto grupo que se ha detectado como fuente de recomendación de lectura para los más ávidos y experimentados lectores: las redes sociales y las plataformas como Goodreads, que ya alcanzan un 70% de recomendaciones de libros. Sigamos con más conclusiones de estos interesantes estudios: los lectores hacen poco caso de la reputación de la editorial, vamos, que los grandes grupos editores se han cargado ellos solos la reputación editando tanta basura en estos últimos tiempos. Tampoco se fían de las recomendaciones de los libreros. Y bien que hacen porque la mayoría se prestan a ese juego de venderse a las grandes editoriales o tienen un gusto pésimo en cuestión de libros o recomiendan auténticos bodrios. Hay excepciones, pero pocas. Los anuncios tampoco mueven las conciencias de los lectores para correr a comprar un libro. Lo que parece que sí funciona, y mucho, es que el tema del libro interese al lector, así como la lectura de un breve fragmento. Oiga, esto hace maravillas. Lees que el libro va de una historia del Oeste y unas frases, y terminas leyendo a ese autor que te ha enganchado.
El tradicional boca-oreja, que siempre ha funcionado y sigue funcionando, o sea, la recomendación directa en persona, ahora también ha extendido su eficacia pasmosa al entorno de internet. Las comunidades de lectores online son el nuevo Eldorado de los autores y las editoriales, donde lectores de todos los gustos bucean y encuentran los libros que pueden convertirse en sus próximas lecturas.
La búsqueda de buenos libros se ha convertido en un trabajo que requiere paciencia y concentración, porque cada vez son menos los libros interesantes y que merecen nuestra atención y nuestro tiempo. Es un fenómeno que corre paralelo al del cine, donde los títulos disponibles también son cada vez de peor calidad Así, tenemos un puñado de libros que son muy buenos frente a un montón de mediocridad que inunda el mercado.