Los tuits de Trump
No se trata del twist ni de un nuevo paso de baile que haya inventado el Presidente Trump, pero sí son una estrategia efectiva que hace bailar a los medios y a todos al ritmo que impone éste. Son los tuits de Trump, la herramienta de comunicación más poderosa que ha sabido utilizar con maestría desde las elecciones y hasta ahora.
Los tuits han permitido al Presidente Trump lanzar con efectividad sus mensajes de forma rápida y directa al pueblo estadounidense. Ha roto el monopolio de las noticias y la información con la que los grandes medios tiranizan, y en muchos casos mienten y adoctrinan, a la ciudadanía. Los tuits de Trump son importantes porque están en la primera línea de batalla contra la manipulación informativa y las mentiras que desarrollan buena parte de los periodistas y medios de la izquierda norteamericana e internacional. Son importantes porque comunican sin intermediarios el pensamiento del Comandante en Jefe.
Por esa razón son muchos los que han deseado y pedido en la izquierda que el Presidente no escriba más tuits. Aunque no tantos como los que deseamos que siga haciéndolo. Han querido amordazarlo como han amordazado la opinión de millones de ciudadanos. Hasta ahora. Porque el Presidente Trump ha roto con esa esclavitud que imponía que sólo un reducido grupo de prepotentes periodistas impusiera su visión y su opinión sesgada.
Eso se acabó. Los tuits de Trump han cambiado las reglas del juego y algunos medios manipuladores lo odian porque ha destruido ese monopolio de noticias falsas y opiniones tergiversadas. Si Franklin D. Roosevelt tuvo la radio y Ronald Reagan tuvo la televisión, Donald J. Trump tiene las redes sociales, con Twitter a la cabeza, para comunicar sin cortapisas con el pueblo americano.
Las habilidades de comunicación del Presidente Trump en el mundo actual, con su dominio de las redes sociales y la realidad televisada al minuto y en directo, son una parte importante que explica el fenómeno del Movimiento Trump. Si Reagan era un orador mágico e impecable, que seducía con sus discursos inspiradores y cargado de mensajes profundos, a Trump le basta un hilo de tuits, la firma de una orden ejecutiva, un mitin improvisado o una reunión en directo por televisión para comunicar sus mensajes con claridad meridiana y total rotundidad. El Presidente Trump ha sabido captar la esencia de un tiempo en el que no se valora la corrección de un discurso, sino la contundencia, inmediatez y contenido de ese discurso. Y en ese terreno, Trump es un maestro. Su estrategia de comunicación a través de mítines explosivos y tuits rápidos como el rayo, lo han convertido no sólo en un formidable e imbatible comunicador, sino también en el Presidente que rompe moldes, que no se calla ante los ataques de la prensa o sus oponentes, y que batalla sobre cualquier tema con más energía que cualquier de sus enemigos.
Los tuits de Trump lo conectan con millones de estadounidenses y de ciudadanos de todo el mundo. Su habilidad, su empeño, su implacabilidad, su constancia en la red social, lo convierten en el hombre que lleva el paso de baile, el que marca el ritmo de la agenda política y mediática. Si apenas hace unos años eran los titulares de prensa y de televisión los que planteaban la narrativa informativa, ahora son los tuits de Trump los que señalan y guían la actualidad y dónde se juega cada decisión presidencial.
Es una nueva forma de comunicación para un mundo nuevo. Podemos añorar la belleza de las palabras y la grandeza de los discursos de Reagan, pero la realidad que funciona y conecta con los ciudadanos hoy, a fecha de 2017, es la crudeza de los mensajes que encierran los tuits de Trump, que confieren dinamismo, coherencia y solidez al pensamiento del Presidente. Porque ésa es la ventaja de los tuits presidenciales: no hay impostura ni engaño, son directos y hablan el lenguaje actual que entiende la gente, sin dobleces ni engaños políticos. Es uno de los secretos del éxito del Presidente Trump, el que lo ha llevado a la Casa Blanca y el que le permite cosechar millones de apoyos entre la ciudadanía.
Todo en Donald J. Trump es poco convencional. No es un político profesional, de ahí que no mienta ni engañe a los ciudadanos con falsas promesas, que cumpla lo que dice y que comunique de una forma diferente, pero tremendamente efectiva.
La capacidad del Presidente Trump para gobernar con diligencia se ha puesto de relieve durante este tiempo, aprobando medidas necesarias que van a conducir a una presidencia asombrosamente exitosa (por ejemplo, el boom de empleo ya se ha iniciado), que es lo que temen realmente los medios manipuladores y en manos de lobbies multimillonarios progresistas, pero también ha revelado que su estrategia de comunicación está siendo acertada. Los tuits de Trump no son un baile, pero todo el mundo baila a su compás. Y ése, es otro éxito del Presidente republicano, un gol por toda la escuadra, un auténtico touchdown frente a los lobbies y los medios y los periodistas que intentan imponer su visión del mundo a unos ciudadanos que no la comparten y que estamos encantados con los tuits de Trump.
No hay una regla escrita para ser mejor o peor comunicador. A lo largo de la historia cada líder ha forjado su propio estilo. Trump también lo está haciendo con las herramientas del siglo XXI y para una audiencia que funciona diferente a la de hace sólo cinco años. Es la otra gran sorpresa para los que no se han molestado en conocer al personaje más allá de los tópicos vendidos por los medios, junto con su victoria electoral aplastante: Trump es un comunicador efectivo y apasionado, no da un debate por perdido, planta cara y lucha, y además, gana. Es un comunicador ganador, y eso es media guerra ganada para poder presentar una presidencia triunfadora y optar a la reelección en 2020.