Las enormes posibilidades que abren las escuelas públicas “charter” se están comprobando año tras año. Hoy me centraré en el caso de la New America School, con varias sucursales en el área metropolitana de Denver: Lowry, Thornton, Eagle, y Lakewod (Colorado), Gypsun, al oeste de Vail, también en Nuevo México; fue fundada en 2004 por el filántropo y activista educativo Jared Polis, junto con otros individuos de Denver, y tiene planes de expansión para Arizona, Texas, Nevada, Utah y California.
La excepcionalidad de esta escuela pública secundaria “charter” es que está enfocada al servicio del inmigrante y se dedica a enseñar inglés a jóvenes de 15 a 21 años, cuya lengua nativa es otro idioma, muy a menudo el español, a través de los programas especializados de su Centro de Recién Llegados, que ayudan a los inmigrantes o hijos de inmigrantes, mientras cursan la escuela preparatoria. Ellos ponen a disposición de los estudiantes una clase diseñada especialmente para acelerar el aprendizaje del idioma, con jornadas de 4 horas diarias dedicadas a su estudio, y clases adicionales sobre la vida y la cultura americana.

Su objetivo tiene un doble mérito porque tratan de alcanzar e inscribir a aquellos jóvenes que no están inscritos en la escuela, y para hacerlo ofrecen una flexibilidad muy efectiva en horarios de día y noche, semanas académicas de 4 días para estudiantes trabajadores, reembolsos para cuidados de niños, asociaciones con Community Colleges locales, etc.
Una vez que todos ellos alcanzan el nivel exigido, pasan a las clases de English Language Acquisition (ELA) al mismo tiempo que asisten a clases con los contenidos habituales sobre Historia, matemáticas, lengua, ciencias…
La New America School es un ejemplo concreto de cómo el sistema de escuelas públicas “charter” puede ofrecer soluciones reales a los problemas de formación, educación y aprendizaje de la lengua, explorando con valentía las infinitas opciones que nos abre el sistema “charter”. No es extraño que cuente con una tasa promedio de asistencia diaria de sus estudiantes del 72 % y una elevada satisfacción de los mismos, de un 92 %, con la educación que reciben aquí.

Pocos podían imaginar en 1993, cuando el Gobernador Roy Romer firmó el Colorado Charter Schools Act, que se convertirían en escuelas aceptadas, integradas en el sistema, altamente valoradas, y una de las mejores alternativas a la escuela pública tradicional.
Las escuelas charter, con su gestión independiente en los distritos escolares, y la capacidad para llevar a cabo sus propios programas educativos, planes de estudios, presupuestos autónomos, etc, sin ser perfectas, representan una opción en educación capaz de responder a muchos de los desafíos que tenemos planteados.
Los 12.000 estudiantes en lista de espera para ingresar en escuelas “charter” sólo en el Estado de Colorado, demuestran hasta qué punto este sistema ha sido bien acogido por los padres. Los alumnos de las escuelas “charter” en Colorado permanecen por delante en los resultados académicos, algo que al final en educación es lo que cuenta.
Eso explica el éxito de cada vez más escuelas “charter” por todo el país, cuya filosofía trata de llevar y hacer realidad el Sueño Americano de éxito y prosperidad, a través de la educación, a todos los estudiantes, sin distinción de raza o procedencia.