Prescripción de libros
Los tiempos cambian una barbaridad. Antes el prescriptor de libros era el crítico sesudo que trabajaba en un periódico, suplemento literario, una revista especializada, o el librero del barrio. Ahora los prescriptores cuyas recomendaciones son seguidas con interés son los propios lectores en las redes sociales, a través de sus blogs, y personalidades destacadas en diversos ámbitos, cuya influencia se extiende al mundo literario.
Es conocido el caso de la presentadora de TV Oprah Winfrey, cuyo club de lectura es uno de los más influyentes y poderosos del mundo. Este año ha irrumpido con fuerza un nuevo prescriptor: Mark Zuckerberg, el creador y propietario de Facebook, quien se ha propuesto recomendar dos libros al mes.
Son dos ejemplos de los canales más efectivos para recomendar libros: la TV y las redes sociales, combinados con rostros populares. De forma mucho más modesta, quien esto escribe lleva años recomendando libros en este blog para quien desee ampliar horizontes literarios.
Lo importante en esta cuestión es compartir libros con los demás y ofrecer sugerencias de lectura. Nadie como los apasionados de la lectura para descubrir a los demás aquellos títulos y autores que merecen ser leídos. Desde que los libreros se convirtieron en su mayoría en meros comerciantes o mercaderes de intereses editoriales ajenos, y los críticos literarios en esnobs intelectuales desconectados del verdadero talento y de lo que despierta interés en los lectores, la prescripción de libros se ha democratizado, liberalizado y extendido a cuantos participan realmente del amor por la literatura. Una gran noticia porque implica mayor visibilidad para muchos más libros y autores.