Los títulos de las novelas
Uno de los aspectos más importantes en la redacción de una novela es el título, que es lo primero en lo que nos fijamos junto con el autor. No sólo debe reflejar el alma de la novela, sino que además se configura como un elemento decisivo en la decisión de los lectores de comprar la misma.
Un título atractivo no es fácil de elaborar, y de su acertada elección va a depender que transmita el contenido de la novela. Un buen título requiere de unas características básicas que todo escritor debe tener en cuenta: facilidad para ser recordado, fuerza en las palabras elegidas, originalidad, coherencia con el argumento, que despierte el interés y capacidad de evocación.
Reunir estas premisas en torno a un título no es fácil, por ello el trabajo para titular una novela es una parte vital en la labor del escritor, que necesita cribar muchos títulos antes de encontrar el adecuado y definitivo.
No hay normas sobre titular una novela. Se puede elegir el título al comienzo de la redacción de la misma, durante el proceso de escritura o al final. Sea como sea, conviene tomar la decisión definitiva cuando se completa la fase de corrección. En ese momento, el escritor ya tiene todos los elementos de juicio necesarios para decidir. No conviene precipitarse y sí dedicarle tiempo y trabajo parar alcanzar la inspiración creativa, que tan esencial resulta a la hora de elegir un buen título.
El arte de titular bien es una habilidad que no todos los escritores dominan, ni siquiera muchos escritores profesionales ya publicados, que tienen novelas con títulos horribles. En cambio, otros escritores brillan por su capacidad para ofrecer títulos tremendamente sugerentes que nos incitan a leer desde la primera palabra.