Fenómeno fans literarios frente a lectores fieles
En el panorama literario el fenómeno de los fans, los seguidores o lectores leales se ha convertido en una premisa indispensable para sobrevivir. Esto es así para las editoriales, los autores e incluso la propia industria editorial.
Tiene sus ventajas e inconvenientes. Permiten definir una línea literaria y editorial nítida, y asegurar las ventas necesarias para hacer un proyecto autosuficiente y rentable. Para el escritor suponen una interacción continua y positiva en las redes sociales y los blogs. Si bien, desde esta parte llegan también algunos de sus inconvenientes: la constante necesidad de participar, de interactuar y de atender a una masa de lectores que requieren al autor para todo tipo de temas: consultas, invitaciones, comentarios, opiniones, etc, etc.
Al contrario de lo que muchos autores y editores sostienen, no considero a los lectores seguidores como un factor que debe influir en lo que se publica y en lo que se escribe. No se puede someter el trabajo editorial y literario a los vaivenes de los lectores y sus opiniones. Una editorial está para seguir su propia línea editorial. Y un autor está para escribir los libros que quiere.
Los lectores y los fans que te siguen es un fenómeno positivo en tanto permanecen ahí para apoyar a la editorial y al autor porque les gusta lo que leen. Ahora, se quiere imponer la tendencia de publicar y escribir sólo lo que demandan esos lectores. Y eso es un error. Los límites entre editorial, autor y lectores deben ser claros.
Cuando los lectores manifiestan su apoyo incondicional a un autor o a una editorial, sin otras contraprestaciones que el gusto por comprar y leer los libros que se editan, es lo más enriquecedor de todo. El apoyo de los lectores comprometidos se refleja en la compra de los libros, en su recomendación activa y en el cariño que transmiten al autor y a la editorial.
Los buenos y auténticos lectores fieles son aquellos que siguen siempre a su autor favorito, que leen todas sus novelas, sin importar el género literario, que saben aportar opiniones constructivas y ofrecen su apoyo constante.
Algunos lectores entran muchas veces en el terreno del fenómeno fan, que es algo distinto, es cuando empiezan a exigir que escribas siempre lo que ellos quieren; cuando te dicen qué debes o no escribir o editar; cuándo publicar; qué debes tratar en tu blog o en tus redes sociales; Y, en suma, cuando más que lectores son un agobio. De eso sabe mucho George R.R. Martin, pero no es el único.
Por fortuna, tengo la suerte de contar con más lectores fieles que fans entrometidos; lectores que me aportan estímulos positivos y apoyo. El feedback de estos lectores es bueno y representa una herramienta constructiva para editores y autores. Esos lectores son los que construyen una comunidad de apoyo constante.
En mi caso, mis lectores son más lectores compradores que fans de brillo y oropel que poco o nada aportan. Esta es la clave para una editorial o un autor. Porque estamos aquí para tener lectores que compren nuestros libros y los lean. No para montar circos de diversión gratuitos, regalar ejemplares, pasar el tiempo, etc.
Fidelizar a nuestros lectores compradores de libros es el reto que afrontamos con cada nuevo libro. Un reto que empieza cuando se inicia un nuevo libro y se prolonga durante toda la vida editorial del mismo.
uándo hacerlol