Algunos de los mejores informes para estudiar y analizar la evolución de Estados Unidos y del mundo son elaborados por la inteligencia estadounidense. Uno de los más esperados lo elabora el National Intelligence Council (Consejo Nacional de Inteligencia), integrado por la CIA, entre otras agencias federales. De reciente elaboración, el informe «Tendencias Globales 2030», del que se han hecho públicos algunos contenidos, ha levantado muchos comentarios y análisis.
Una de las principales conclusiones del informe apunta a que en un plazo de quince o veinte años la escena internacional habrá consolidado un cambio hacia un mundo multipolar, en el que Estados Unidos seguirá ejerciendo un liderazgo decisivo entre potencias que crecerán notablemente. Esto es importante porque en ese escenario, que empezamos a vislumbrar, el enfoque y el poder estadounidenses van a seguir siendo esenciales.
Si estudiamos la evolución estadística y previsible de los diferentes indicadores, podemos concluir que Estados Unidos seguirá ejerciendo un liderazgo claro en nuevas tecnologías, innovación, garante de la seguridad internacional y, especialmente, en zonas muy conflictivas, siendo la potencia que equilibrará y estabilizará regiones como el sureste asiático. En lo que respecta al PIB, posiblemente China seguirá avanzando en el ranking económico mundial, pero sus desequilibrios en otros indicadores, incluyendo el militar, limitarán su poder e impedirán que se alce como única superpotencia, algo que queda reservado para Estados Unidos por el conjunto de sus poderes acumulados.
Una de las tendencias a vigilar que se identifica en el informe es la evolución de la clase media que, por primera vez, se convertirá en el sector económico y social más importante de la mayoría de países en todo el mundo (crecerá de 1.000 millones a 3.000 millones, superando la población empobrecida), lo que va a contribuir a acelerar sustancialmente el poder del individuo, algo que ya estamos observando. Esto llevará a una mayor difusión de poder, concretado en networks informales y una nueva era de mayor democratización, pero también de nuevos riesgos. Las clases medias se expandirán sustancialmente tanto en números absolutos como en porcentaje, con un mayor acceso a educación y sanidad, lo que planteará desafíos a los gobiernos de turno. Paralelamente en algunos países, como España, la clase media seguirá sufriendo un empobrecimiento que se prolongará aún durante algunos años.

Uno de los aspectos negativos del aumento del poder del individuo es su acceso más fácil y rápido a tecnologías letales, que permitirá una mayor capacidad de ataques con precisión, ciberataques y bioterrorismo, más violencia a gran escala, algo que antes era monopolio de los estados y que ahora también se extiende y conlleva riesgos imprevistos.
El análisis que la inteligencia estadounidense ha efectuado para el informe «Tendencias Globales 2030» concluye también como improbable un enfrentamiento armado entre Estados Unidos y China, aunque China se desliza peligrosamente hacia un nacionalismo exacerbado y en este escenario podría plantear sorpresas bélicas que no debemos perder de vista. Dos de las zonas más conflictivas serán Oriente Próximo y el Sureste asiático, donde la modernización y el acceso a nuevas tecnologías permitirán que se incrementen las tensiones.
En materia energética, las nuevas oportunidades que se abren en muchos países quitarán mercado a Rusia, lo que la debilitará e incrementará el nacionalismo y las posibilidades de agresión. Otro frente a vigilar de cerca. En cambio, Estados Unidos avanza firmemente hacia la independencia energética, una de sus asignaturas pendientes desde hace décadas, que ya ahora mismo se está produciendo, gracias al desarrollo del “fracking” y el desarrollo de nuevas tecnologías sectoriales. Esto posibilitará un crecimiento económico formidable que hasta ahora no ha sido bien recogido por las estimaciones y previsiones económicas, y que incidirá muy positivamente en el incremento del PIB, la reducción de la deuda y los déficits y la consolidación como única superpotencia mundial entre otras naciones que serán potencias de primera fila, como China, Brasil, India…

En cuestión demográfica, el envejecimiento de la población será un problema de Occidente y también de muchas otras sociedades, donde la población juvenil se reducirá. Además, el proceso de urbanización se acelerará notablemente, por ejemplo, en África, que reemplazará gradualmente a Asia como la región con mayor índice de urbanización. De hecho, actualmente ya vemos síntomas de esta aceleración en numerosos países africanos. Esto traerá consigo enormes problemas medioambientales y ecológicos.
De los estudios realizados hasta ahora se deduce que la demanda de alimentos, agua y energía crecerá aproximadamente un 35%, 40% y 50% en Occidente, África y Asia respectivamente; esta circunstancia presenta riesgos evidentes que es preciso gestionar desde ya, sobre todo en Africa y Oriente Próximo, pero también en China e India, que serán más vulnerables a la escasez de estos tres elementos esenciales.
Asimismo, el informe concluye que para el año 2030 Estados Unidos habrá derrotado definitivamente al terrorismo islamista que hoy azota el mundo. Una victoria que ya hoy se vislumbra claramente.
Un nuevo mundo está emergiendo cada año y configurando el escenario en el que habitarán los miles de millones de personas que superpoblarán la Tierra, más de 7.000, lo que es otro riesgo impredecible, con su explotación y presión sobre los ecosistemas naturales.