El 6 de febrero pasado hubiera cumplido 97 años. Ronald Reagan dejó una profunda huella en los EE.UU y cambió el mundo, con la recuperación de una nación más fuerte y orgullosa, su victoria total sobre la Unión Soviética, los regímenes comunistas, y el fin de la Guerra Fría, por citar sólo algunos de sus mayores logros como Presidente.

Su larga sombra se proyecta hasta nuestros días de forma evidente. Incluso los candidatos presidenciales hacen mención a su figura. John McCain se declara que entró como un soldado de infantería de la Revolución Reagan y busca hacerse con su antorcha y heredero natural. Barack Obama habla con respeto del ex Presidente y lo alaba como el hombre cuya presidencia resultó la más transformadora de la Historia reciente de este país, más que ninguna otra.

El tiempo lo ha puesto en el lugar que merece, con los mejores Presidentes de la Historia de este país. Su legado y sus ideas siguen vivas en millones de personas y también compiten en estas próximas elecciones presidenciales.
Pocas veces un Presidente fue tan popular en su mandato y años después de abandonar el cargo, aun cuatro años tras su muerte.
Ronald Reagan, sus ideas, su ímpetu, su patriotismo y su visión de futuro, siguen en el recuerdo y guiando los pasos de millones de personas y de este país, con determinación y optimismo, tal y como cabalgó el viejo y sabio cowboy, tal y como presidió EE.UU en tiempos complicados y decisivos.