Oración
Es una de las actividades esenciales para un cristiano, la oración representa el centro de una vida pegada a Cristo y su mensaje. Es la base de una vida cristiana. Mediante nuestras oraciones nos comunicamos con Dios, son algo más que palabras, son la forma en que hablamos con Él.
Orar significa entablar una experiencia personal con Dios, es la expresión de nuestro amor y confianza en Él. En la Biblia se nos enseña que Jesucristo tuvo una vida plena de oración, y también muchos de los hombres y mujeres que aparecen en los Evangelios. Esto nos indica la importancia que la oración debe tener en nuestras vidas y la prioridad que le debemos conceder frente a otras cuestiones que ahora se potencian más, pero que dejan el alma vacía.
Así como los niños aprenden a hablar, los hijos de Dios podemos aprender a orar de acuerdo al patrón que Jesucristo nos enseña en Su palabra. Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
Y les dijo: Cuando oréis, decid:
Padre nuestro que estás en los cielos;
sea tu nombre santificado.
Venga tu reino.
Sea hecha tu voluntad, como en el cielo,
así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestros pecados, porque también
nosotros perdonamos á todos los que nos deben.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del malo.
(Lucas 11:1-4)
Versión actual:
«Padre Nuestro, que estás en los Cielos,
Santificado sea Tu Nombre,
Venga a nosotros Tu Reino,
Hágase Tu Voluntad,
así en la tierra como en el Cielo.
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy,
y perdona nuestras ofensas,
así como nosotros perdonamos a quiénes nos ofenden,
y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal. Amén.»
Los tres aspectos básicos señalados en esta Oración son simples y claros:
1. Debemos pedirle a Dios dándole las gracias por todo.
2. Siempre pidiéndole que obre según su Voluntad.
3. Arrepintiéndonos de nuestros pecados y pidiéndole que nos libre de ellos.
Jesucristo nos ofrece esta oración como un modelo a seguir, no para que la repitamos mecánicamente al rezar sino haciéndola realidad interiormente.
Al orar es importante recordar que no debemos usar repeticiones vanas, como hacen los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. (Mateo 6:7)
Así como cuando queremos que alguien en particular nos escuche, también debemos dirigir nuestras oraciones al Único que tiene potestad de contestarnos, Dios.
Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré. (Juan 14:13-14)
Nuestras oraciones debemos dirigirlas a Dios Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y nuestra actitud personal es lo más importante cuando oramos a Dios. No existe una forma específica de orar o alguna postura física en particular. Así, podemos orar:
⦁ De pie
⦁ De rodillas
⦁ Levantando las manos
⦁ Postrados
⦁ Sentados
A Dios no le interesa nuestra posición física, lo único que mira es nuestra actitud y la sinceridad de nuestro corazón; esto es lo que importa. Si hablamos de actitud, estas son las adecuadas:
⦁ De arrepentimiento
⦁ De confianza
⦁ De humildad
⦁ De Temer de Dios
⦁ De Fe
No debemos olvidar nunca que la oración es un privilegio y una bendición de la vida cristiana, conforta y ayuda, sostiene e ilumina nuestros pasos en la vida. Rezar nos conduce a vivir una vida cristiana, al camino de nuestro Señor Jesucristo y al reino de los cielos.
El esfuerzo de orar diariamente es una parte muy importante de la vida cristiana que no debemos relegar. Encontrar tiempo para ello nos ayuda a ser mejores y a elevar el corazón a Dios. Si se lo pregunta, sepa que orar se aprende orando y que Dios siempre está ahí para quien quiera comunicarse con Él.
La oración purifica, nos ayuda a resistir las tentaciones y nos da fortaleza en nuestras debilidades y ante la adversidad. La oración remueve el temor, aumenta nuestra fuerza de voluntad, nos capacita para aguantar, y nos hace felices.
Cuatro voces excepcionales nos recuerdan la importancia de la oración:
“El hombre no puede vivir sin orar, lo mismo que no puede vivir sin respirar” (Juan Pablo II).
«Si los pulmones de la oración y de la Palabra de Dios no alimentan la respiración de nuestra vida espiritual, nos arriesgamos a ahogarnos en medio de las mil cosas de todos los días. La oración es la respiración del alma y de la vida». (Benedicto XVI, 25-4-2012)
“Es necesario que encontremos el tiempo de permanecer en silencio y de contemplar, sobre todo si vivimos en la ciudad donde todo se mueve velozmente. Es en el silencio del corazón donde Dios habla”. “Muchas vocaciones están en crisis, no se realizarán. Muchas familias sufren dificultades, se separarán y se pelearán. Mucha gente pierde el gusto por la vida y el trabajo, están descontentos y vacíos. Y todo esto porque se ha abandonado la oración” (Beata Teresa de Calcuta).
“La oración es la fundamentación de la vida espiritual” (Cardenal Nguyen Van Thuan).
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