Gran noche en West Virgina
Hillary Clinton ha tenido una gran noche en West Virginia, una de las últimas que puede disfrutar, tal y como se presentan las cosas para ella en estas disputadísimas primarias.
Ha derrotado a Barack Obama por un escandaloso 67% a 26%, más de 40 puntos de ventaja. Si bien, sigue yendo por detrás en número de delegados y superdelegados.
Obama no ha ganado ni un solo condado y se lleva un dato sobrecogedor de lo sondeos: un 53% de los votantes ya ha declarado que no votará por él en noviembre si resulta el nominado presidencial del Partido Demócrata, para lo que tiene cada día más papeletas y apoyos. Esto sí es un auténtico drama para Obama y para los Demócratas, porque muchos votantes no apoyarán ni a Hillary ni a Obama, dependiendo de quién salga nominado. Lo interesante para el Partido Republicano de esta escisión, es que muchos de esos votos irán a parar a John McCain.
Pero más que la importancia de los delegados a repartir de West Virginia, esta semana lo verdaderamente decisivo han sido los movimientos de los superdelegados, que se han desplazado hacia las posiciones de Obama, que ya cuenta con 282 superdelegados de su parte por 273 para Clinton.
Eso sí Hillary ya puede proclamar que es la candidata más votada, incluyendo las penalizadas Florida y Michigan. Para frustración de sus ambiciones presidenciales, eso de muy poco o nada le va a servir. Su campaña puede estar en los últimos escarceos electorales antes de que Obama se alce con la nominación. Clinton se aferra a una máxima muy americana: “el partido no se termina hasta que se termina…hasta el pitido final”. De manera que no arrojará la toalla aún.
Entretanto, Obama, que siegue siendo el front-runner de esta carrera electoral, ya empieza a seleccionar candidatos a Vicepresidente, con candidatos como el Senador por Wisconsin, Russ Feingold, el Gobernador de Ohio, Ted Strickland, o el Senador por Virginia Jim Webb.
En medio de esta contienda a brazo partido, en la que los americanos están evaluando a sus candidatos presidenciales, John McCain ha tenido el buen juicio y la serenidad de ánimo necesaria para meter un poco de cordura y apelar a las cosas importantes. Su simpático spot, emitido con motivo del Día de la Madre, en el que aparece el candidato acompañado por su célebre madre, de 96 años, nos recuerda esos detalles no tan impactantes, pero que tienen hondo valor humano.
“Entiendo que nací un viernes», empieza el Senador por Arizona en el vídeo. «No, naciste un sábado», lo corrige su madre. Roberta recuerda el lejano día en que nació el candidato, y McCain bromea con que sus imperfecciones se pueden deber a no haber prestado suficiente atención a su progenitora.
Sentido del humor para hablarnos de la importancia de las madres por parte del candidato que apela a los mejores valores tradicionales. Y que, por cierto, en West Virginia también arrasa a sus rivales en todos los sondeos.