Gorriones
Siempre lo hemos visto y tenido cerca y por eso quizá no se le conceda la importancia que tiene. El gorrión común (Passer domesticus) es probablemente el ave más extendida de todo el planeta y una de las que más éxito ha tenido para adaptarse y convivir con los seres humanos.
Es el ave urbana por excelencia, pero desde hace años el descenso de sus poblaciones es evidente y alarmante. Hasta el punto de que muchos han desaparecido de las ciudades o hay colonias muy poco numerosas. Su desaparición de las ciudades es un misterio que se intenta explicar con distintas causas. Posiblemente la falta de insectos que les sirven como alimento está detrás del hecho de que muchos no pueden alimentar a sus polluelos y mueren. La depredación de otras aves, como rapaces, grajillas, urracas, etc, explica la presión sobre sus poblaciones. La limpieza de las ciudades, que quita la comida de la que pueden alimentarse (frutas, pan, verduras tiernas, granos de cereales: trigo, cebada, maíz; piñones, insectos: moscas, mosquitos, saltamontes, escarabajos, mariposas, orugas, etc.; lombrices o restos de comida que dejamos los humanos), es sin duda otra de las causas principales de su progresiva eliminación. La competencia con las palomas y otras aves por el alimento disponible y el territorio, también inciden en su reducción. El uso de pesticidas que acaban con los insectos y hierbas donde habitan estos, y los gatos callejeros que los cazan, son también parte de la explicación. La rehabilitación de tejados y los cada vez menos espacios para anidar, es otra de las causas de que cada vez haya menos. Pero sin duda la causa más probable y mortífera de todas es la que se debe a las radiaciones electromagnéticas de las antenas de teléfonos móviles y aparatos eléctricos. En este sentido, el trabajo de investigación de dos biólogos, Alfonso Balmori y Örjan Hallberg, que estudiaron los gorriones de la ciudad de Valladolid, llegaron a la conclusión en 2011 de que, además de todos los problemas conocidos y antes apuntados, la población de gorriones disminuye donde la fuerza de los campos electromagnéticos es mayor.
Esto es una realidad constatable en las ciudades y es el factor crítico que ha provocado la caída de poblaciones de los gorriones. Hasta el punto de que allí donde no hay incidencia de este tipo de ondas, las colonias de gorriones prosperan aunque haya menos alimento y más depredadores naturales.
El gorrión común es un superviviente nato, y lo ha demostrado, pero si no hacemos algo urgente para protegerlo de nuestros avances tecnológicos y nuevos hábitos en las ciudades, su presencia en las mismas se irá reduciendo y quedará sólo en el campo o allí donde se den las condiciones óptimas para vivir. Es sintomático porque los gorriones siempre han sido un baremo natural o biondicador para señalarnos con fiabilidad la calidad del aire que respiramos y la habitabilidad de las ciudades.
En algunas ciudades y países el tema ya es grave, por ejemplo, según datos de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) la población se reduce de forma drástica cada año en España en 400.000 ejemplares. En este tema cada ciudadano puede hacer algo por los gorriones, está en nuestra mano hacerlo y contribuir a que nos sigan acompañando.