Una de las grandes contribuciones de la tecnología es su aplicación para conservar y proteger la naturaleza. Cuando se usa con estos fines, todos salimos ganando. Una de estas aplicaciones recientes es el mapa de los bosques de Estados Unidos, que puede contribuir a adoptar distintas medidas cautelares o preventivas para proteger y restituir los bosques que han sido eliminados o afectados por causas como incendios forestales, alteración de los arboles por causa de la contaminación, o por la deforestación causada directa o indirectamente por el ser humano.
Este mapa ofrece un imagen diáfana, fácil de entender, que ha sido elaborado utilizando los satélites de la NASA y comparando las imágenes tomadas entre el año 2000 y 2001 con aquellas tomadas a nivel del suelo o simplemente utilizando cámaras aéreas, mostrando la distinta densidad de bosques por toda la geografía.

Al mismo tiempo se ha trazado un estimación de la cantidad de carbono almacenada, considerándose que estas concentraciones de bosques tienen un papel importante en el ciclo del carbono, y que permite así vigilar las alteraciones en estos niveles y realizar predicciones acerca de posibles cambios climáticos, hacer un análisis de la conservación de las especies e incluso analizar los riesgos de incendios que puede haber en las distintas zonas boscosas.
Sin duda, una herramienta de información y conocimiento proporcionada por la alta tecnología que viene a servir en defensa de la naturaleza.