Terremoto en Haití – Nueva Actualización
Miles de personas vagan por las calles de Puerto Príncipe desorientadas, en medio de la destrucción, el hambre, la sed, la miseria, y la muerte que se extiende por todas partes. Las víctimas siguen aumentando a cada hora que pasa.
Los llantos, el calor, el olor a putrefacción de los muertos, el hambre, y la sed son lo que mejor definen estas horas en medio del caos y las montañas de escombros en que se ha convertido Puerto Príncipe. Alrededor de tres millones de damnificados pueden estar ahora a su suerte y en manos de los equipos internacionales de rescate y ayuda.
Los problemas de logística para distribuir los alimentos y el agua que van llegando, retrasan la asistencia a los haitianos, que están sumidos en la desesperación, rodeados de cadáveres y escombros. Las carreteras están muy dañadas, los postes eléctricos y de comunicaciones caídos, faltan vehículos, y mayor coordinación. Pero se trata de una situación devastadora, como sucedió en Nueva Orleáns tras el Katrina, y toda respuesta humana, por grande que sea, se queda corta.
La gran preocupación ahora son las enfermedades, que pueden aparecer en cualquier momento por la falta de agua, por la descomposición de los cadáveres abandonados, y por los desechos humanos que se amontonan por doquier.
El terremoto ha tenido más de 50 réplicas en estos días, con las que se extiende el miedo, los gritos, las carreras a ninguna parte, y los lamentos de una población aterrada. El pillaje y los saqueos continúan mientras la distribución de la ayuda internacional se abre paso poco a poco.
Los soldados norteamericanos y los equipos civiles de rescate empiezan a tomar el control de la situación, pero queda todo por hacer.
Puerto Príncipe se ha convertido en una ciudad de muertos y supervivientes aturdidos por la catástrofe.
Todo está en ruinas: iglesias, chabolas, embajadas, hoteles, el Palacio Nacional, el Parlamento… sólo queda en pie el Caribean Convention Center y algunos edificios también parcialmente afectados.
Los equipos de rescate con perros adiestrados se enfrentan, en una carrera contrarreloj, al drama de los atrapados en los escombros, donde quedan muchos niños pidiendo ayuda.
El desafío ahora es rescatar al mayor número posible de gente con vida. Las próximas 24 horas serán críticas. Después vendrá recuperar la seguridad de Puerto Príncipe y reconstruir la ciudad.