Titan
Titan es el nombre de de la supercomputadora del laboratorio nacional Oak Ridge, en Estados Unidos, que es capaz de hacer un trillón de cálculos por segundo: 1000.000.000.000.000.000. Casi nada.
Ante el avance de las tecnologías y la competencia con China, Estados Unidos se posiciona de nuevo a la cabeza de las supercomputadoras a través de Creating a National Strategic Computing Initiative (Creación de una iniciativa nacional y estratégica de computación), que permitirá unir en un solo organismo los esfuerzos de varios departamentos gubernamentales que llevan años investigando y trabajando en el desarrollo de estos superordenadores.
Titan será el ordenador más rápido y se prevé que esté en servicio antes del 2025 y tendrá la tarea nada sencilla de construir el primer sistema de cómputo a exaescala del mundo y podrá realizar los citados 1.000 pentaflops, un trillón de cálculos por segundo, lo que representa una velocidad de procesamiento 20 veces superior a la de la computadora más potente de la actualidad, que es china, y mil millones de veces superior al de un ordenador personal. Haga cálculos. Yo ya me estoy mareando.
Sus aplicaciones van a ser infinitas, por ejemplo en los campos de las comunicaciones, la defensa, la biología molecular, la predicción meteorológica, medicina de precisión, fármacos a la carta, investigación cerebral, etc.
Estados Unidos siempre ha estado a la vanguardia en el desarrollo y el uso de supercomputadoras, que actualmente tienen un papel crucial en temas de defensa, inteligencia, investigación científica y desarrollo tecnológico. Algunos de sus usos son tan variados como el diseño de modelos de aviones, armas, predicciones meteorológicas, mapas de riesgos, etc.
El liderazgo tecnológico mundial está en juego en este campo, en el que hay una disputa abierta con China, y es un liderazgo que Estados Unidos no puede perder. Para ello es necesario seguir aumentando las inversiones en el desarrollo de la computación a exaescala y en capital humano especializado en esta área. Otro desafío que debe estar en la agenda del próximo presidente de Estados Unidos.