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Nuevos objetivos de la CIA en Al Qaeda

La eliminación de Osama Bin Laden ha sido un éxito indudable en la guerra contra el terrorismo yihadista, pero mientras el mundo sigue celebrando la noticia y la prensa se entretiene sacando la información que se le va filtrando, Estados Unidos no descansa en su lucha contra Al Qaeda.
La CIA, las demás agencias de Inteligencia y las fuerzas especiales estadounidenses siguen trabajando conjuntamente para acabar con la estructura de Al Qaeda y los líderes que siguen libres, que han pasado a convertirse en los próximos objetivos a abatir. Algunos de ellos ocupan actualmente distintos cargos de responsabilidad en la organización terrorista, entre ellos Ayman Al Zawahiri, Abu Yayha Al Libi, Adnan El Shukrijumah, Atiyah Al Raman y Saif El Adel, que son algunos de los emires dispuestos a alzarse con la jefatura de Al Qaeda.

El egipcio Ayman al Zawahiri (recompensa: 25 millones de dólares), conocido como «Doctor Muerte», ha sido el número dos de Bin Laden durante años, y de hecho su papel hasta ahora ya era determinante en el control de las células terroristas, que se incrementará mucho más. Es, por tanto, uno de los objetivos prioritarios sobre el que ya se está trabajando.
El teólogo y propagandista Abu Yahya al Libi, antiguo miembro del Grupo Combatiente Islámico Libio, que logró fugarse en julio de 2005 del centro de detención de Bagran, en Afganistán, donde estaba recluido, es otro de los elementos respetados entre los terroristas islamistas, y con un buen número de papeletas para que lo visiten los servicios de Inteligencia, las fuerzas especiales o algún bombardero cercano.

Adnan el Shukrijumah (5 millones de dólares de recompensa), otro fanático religioso, gran conocedor de Estados Unidos, donde ha vivido 15 años, y planificador junto con otros yihadistas de los ataques suicidas con bombas en el metro de Nueva York en 2009, y de otros ataques en Panamá, Noruega y Reino Unido; es uno de los jefes máximos de las operaciones externas de Al Qaeda y uno de los que más influencia tiene. Por tener, tiene hasta plaza reservada para una muerte prematura.
Atiyah al Rahman, experto en explosivos, otro destacado miembro del Grupo Islámico Combatiente Libio, ha acompañado a Bin Laden en su periplo desde 2001 hasta ahora por la región fronteriza de Waziritán. Es uno de los enlaces con los grupos yihadistas en Medio Oriente y África del norte. Ni que decir tiene que éste tampoco se escapa.

Saif el Adel es un ex coronel del ejército egipcio. Su nombre real es Muhamad Ibrahim MakkawiI y es el cabecilla del «aparato militar» de Al Qaeda. Está inculpado por su participación en los atentados contra las embajadas norteamericanas de Nairobi y Dar es Salaam en 1998. Fue jefe de seguridad de Bin Laden y asumió muchas de las funciones militares de Mohammed Atef, después de su muerte en un ataque aéreo estadounidense en noviembre de 2001. Otro que acompañará a Bin Laden en su momento.
El mulá Sangin Zadran, que apareció en unas imágenes junto al soldado estadounidense Bowe Bergdhal, capturado por los talibán en la provincia de Paktika en 2009, ha sentenciado su futuro con esa actuación y puede tener la seguridad de que ha sido seleccionado para otro premio gordo de los estadounidenses.

Khalid Al-Harbi, conocido también como Al-Habib, de origen egipcio o marroquí y encargado de supervisar las operaciones en el norte de Pakistán. No debería extrañarse de recibir la visita de un Predator en cualquier momento.
Adam Yahive Gadahn, nacido en 1978 en Estados Unidos, acusado de prestar apoyo material y logístico a Al Qaeda, entre otras cosas, sobre el que hay una recompensa del FBI de 1 millón de dólares por información que lleve a su arresto. Gadahn fue imputado por un tribunal de California por su presunta implicación en varias actividades terroristas, incluido el suministro de ayuda y servicios a Al Qaeda. Su suerte no durará eternamente.
El marroquí Mohammad Abaytah, jefe de información de Al Qaeda, es otro de los terroristas a eliminar.
El palestino Anwar Adnan Mohamed Salah, Chej Salah, uno de los primeros responsables de Al Qaeda en España, junto con los sirios Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah, y Mustafa Setmarian. Salah es otro objetivo en la lista.
Anwar al-Awlaki, predicador yemení, nacido en Estados Unidos, inspirador del atentado fallido de Times Square, en mayo de 2010. El clérigo también está relacionado con el frustrado atentado contra un avión de pasajeros en la Navidad de 2009 en la ciudad de Detroit, en noviembre de 2010 hizo un llamamiento a los musulmanes para «matar a estadounidenses», y estuvo en contacto con el atacante de Fort Hood, que a finales de 2009 mató a 12 soldados y un civil en la base militar de Texas. Se ha librado de los misiles de un Predator recientemente, pero caerá tarde o temprano.

Abu Suhail Al Amriki, uno de los altos responsables de Al Qaeda, de origen estadounidense, con grandes posibilidades de auparse al número uno. Sentenciado desde hace tiempo.
Abu Basir, máximo responsable de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), detrás de numeroso ataques terroristas, y en el punto de mira desde hace meses.
Abd Al Wadoud uno de los líderes de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), muy activo en tareas relacionadas con Internet y medios digitales. No tiene futuro.
Son sólo algunos de los nombres e identidades de los próximos objetivos de Estados Unidos en Al Qaeda, que cubre toda la cúpula de la organización y otros líderes, como Abdel Hamid Abu Zeid, el jefe de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), entre otros, y cuya derrota definitiva está ahora más cerca. Es evidente que su capacidad de respuesta mediante ataques terroristas sigue representando una amenaza latente y elevada, pero ninguno de ellos debe dudar ni un momento de que serán perseguidos y eliminados cueste lo que cueste y hasta su derrota definitiva.
Antes de Bin Laden, ya cayeron otros líderes terroristas, como Abdullah Azzam, Abu Musab al-Zarqawi, los hermanos Musaed y Abdullah Mubarak, alcanzados en su vehículo con un misil teledirigido, considerados muy peligrosos e involucrados en varios actos de terrorismo, o Abu Hafs al-Najdi, también conocido como Abdul Ghani, quien dirigía las operaciones de Al Qaeda en la provincia de Kunar (Afganistán), incluyendo el reclutamiento, entrenamiento y empleo de combatientes; obtención de armamento y equipamiento; organización de las finanzas y planeamiento de ataques contra fuerzas afganas y de la coalición internacional, por citar algunos de los más renombrados, y seguirán cayendo porque la estrategia estadounidense desde que empezó la guerra antiterrorista en 2001 es liquidar completamente Al Qaeda. Por ejemplo, la información obtenida en la operación Gerónimo permitió abatir después en Chechenia a Abdulla Kurd, un ciudadano turco llamado Doger Sevdet, que era el emisario de Al Qaeda en el Cáucaso del Norte.

Para todos ellos hay dos malas noticias: la primera, que el Mando de Operaciones Especiales, el Comando Central, la CIA y los servicios de Inteligencia, están coordinando sus actuaciones más y mejor que nunca. El material incautado en la operación contra Bin Laden no sólo está permitiendo conocer los planes que preparaban los terroristas para atacar (en trenes y otros objetivos sensibles) sino también valiosa información interna sobre Al Qaeda, que nos ayudará a seguir golpeando a la organización durante meses. La segunda, que conocemos dónde están los líderes de Al Qaeda o estamos en vías de conocerlo.
Prueba de todo ello son las nuevas operaciones en marcha llevadas a cabo en Pakistán con “drones” en la zona de Datta Khel, en Waziristán del Norte, en el noroeste de Pakistán, para eliminar numerosos Talibanes y el arresto de decenas de miembros de Al Qaeda de nivel medio en un nueva etapa tras la Operación Gerónimo, así como el ataque contra personajes de la lista de objetivos. Operaciones que continuarán.
Bye, bye Al Qaeda.




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