He aquí la madre del cordero. La promoción es la clave para que una novela se haga visible en el mercado y llegue a los lectores. Sin promoción no hay repercusión y la capacidad de obtener nuevos lectores se paraliza.
Esto es bien conocido en el mercado estadounidense, donde la promoción se ha convertido en todo un arte y donde los medios colaboran entusiastas. Pero, ¿qué pasa en España? Aparte de los partidos de fútbol y el tapeo, me refiero….Bromas aparte, lo que pasa es lo siguiente: más de 80.000 libros publicados al año, sin contar los autoeditados por muchos autores. Llegar a los lectores, que son pocos y cada vez se deslizan más al pirateo (estos picarones ladronzuelos), obliga a invertir y esforzarse sobremanera en fórmulas de promoción efectivas, que todo hay que decirlo, son pocas y nunca garantizan resultados.
La situación es esta: se publica mucho, aunque en estos años de crisis se ha reducido la cantidad de nuevos títulos, se vende poco, se lee algo pero mucho de ello pirateado o simplemente no comprado. La crisis y la picaresca se alían con la ignorancia para hundir la industria editorial. Las librerías le hacen el caldo gordo a las grandes editoriales o directamente a las que quieren enchufar en sus escaparates y estanterías, y entran al juego demencial de las novedades cada semana y las devoluciones de ejemplares, que alcanzan cifras escalofriantes, (mire, me ha dado un escalofrío sólo de pensarlo), lo que coloca a gran parte de las editoriales modestas en difíciles circunstancias para sobrevivir. Olvídense de ganar dinero, me refiero a sobrevivir pura y llanamente.

A este panorama, que implica menos beneficios, o beneficios cero, las editoriales responden recortando precisamente en una de las áreas esenciales para el éxito de un libro: la promoción. ¡Ahí la hemos fastidiado! Porque se inicia un ciclo pernicioso. No se promociona, los lectores no pueden conocer nuevas novelas, por consiguiente no se venden. Un círculo vicioso que se autoalimenta y que condena al escritor y a la editorial a sectores minoritarios (los típicos lectores que se enteran de todo), y poco más, cuando no al olvido o la quiebra.
La promoción es necesaria, cierto, pero muchas editoriales necesitan recortar de forma considerable o eliminar directamente ese presupuesto si desean seguir publicando. Es la triste elección en un mercado del libro en España que estrangula los nuevos valores y a los autores que ya han demostrado calidad y realizado buenas ventas, pero que se ven abandonados por las editoriales y los medios de comunicación, que prefieren o no tienen más alternativa que ignorar la promoción de sus obras.
Si hablamos de editoriales pequeñas o independientes, esto es comprensible porque los presupuestos disponibles apenas llegan para publicar, pagar a los empleados y poco más, pero lo es menos con las grandes editoriales, que centran sus generosas promociones en unos pocos autores conocidos o muy mediáticos, y relegan a los demás a su mejor saber y entender, es decir, que hagan lo que puedan por sí mismos. Ya hay numerosos ejemplos de autores fichados por grandes editoriales que son soltados a la deriva, sin ningún apoyo promocional, para que hagan todo el esfuerzo sin llevarse apenas beneficio alguno. Esto es demencial y una forma de explotar al escritor intolerable.

Viendo el panorama no puedo sino estar feliz como una perdiz con la estrategia de promoción que seguimos en Sniper Books. Una estrategia que no pasa por grandes presupuestos, firmas públicas a trote y moche, ni giras promocionales estresantes, ni falta que nos hace. Hacemos una promoción a nivel humano, adaptada a mi perfil como autor poco o nada dado a componendas sociales o milongas publicitarias, buscando la mayor efectividad con un esfuerzo razonable, primando la opinión de los lectores o de unos pocos críticos y prescriptores literarios que aún valoran un buen libro y lo saben diferenciar de un kilo de papel, buscando nuevas fórmulas de promoción, innovadoras y atractivas, sin cansar a la gente con mensajes machacones o fabricados con marketing, sin entrar al juego masivo de los blogs literarios y el compadreo que se traen, sin participaciones artificiales en simposios muy pomposos, ni premios muy premiados, tan sólo una promoción ajustada a los recursos de la editorial para llegar a buenos lectores. En Sniper Books creemos que la promoción es vital, pero no a cualquier precio ni cualquier promoción, sino un modelo en el que el autor se sienta cómodo y bien. Doy fe, me siento de maravilla.