Jaguar en riesgo
La pérdida del hábitat amazónico está poniendo en grave riesgo al mayor felino de América, el jaguar, cuya desaparición incrementa además la extinción del bosque tropical atlántico. El jaguar, el tercer felino más grande del mundo tras el tigre y el león, es uno de esos animales extraordinarios cuya supervivencia debería estar entre las prioridades de los responsables políticos. Sin embargo, continúa en grave peligro y un estudio del Centro Brasileño de Investigación y Conservación de Mamíferos Carnívoros ha revelado la difícil situación del enigmático jaguar en la selva tropical atlántica de Brasil.
La lamentable situación es esta: apenas quedan 250 individuos adultos en este ecosistema, lo que representa una caída del 80% en los últimos 15 años. Además, sólo un 20% de los restantes tienen la edad de madurez sexual. Dado que esta especie está en la cima de la cadena alimenticia, todo este corredor de biodiversidad, de 7,4 millones de hectáreas, está amenazado. Al ser depredador de herbívoros como los capibaras, la desaparición del jaguar podría traer un desequilibrio ambiental y el fin del bosque atlántico, el más devastado de Brasil.
¿Las causas de esta pesadilla? Pues la matanza indiscriminada es una de las principales causas de la reducción de la población de jaguares, ya que a los agricultores no les importa cazarlo para evitar que se coma su ganado.
Los investigadores prevén recoger más información con imágenes de satélite de los mamíferos que aún quedan en esta mata atlántica, con el fin de identificar cuáles son frecuentados por el jaguar, y poder así proteger su hábitat. Esta selva cubre el 15% del territorio brasileño, pero ya ha desaparecido el 93%. Lo que es una catástrofe ecológica en toda regla.
El jaguar es el depredador terrestre más grande e importante en términos ecológicos de las tierras bajas de ambos lados de los Andes, en Ecuador. Las poblaciones en la Costa están categorizadas en peligro crítico; mientras que las de la Amazonía, en peligro. Actualmente hay pocos estudios de esta especie en la Región Amazónica. En la Reserva del Yasuní se encontró, en promedio, 1,5 jaguares por cada 100 km², entre 2007 y 2009; mientras que en el Cuyabeno, el promedio fue de hasta 1,15 animales en la misma extensión, entre 2009 y 2010.
Las tres amenazas para su conservación, en la que coinciden los expertos, son: la pérdida de hábitat y reducción de los niveles de conectividad; cacería por conflictos con la gente y reducción de sus presas por la demanda de carne silvestre para subsistencia o uso comercial.
Además, el jaguar necesita de extensas áreas para sobrevivir y se adapta a una variedad de ecosistemas mientras obtengan suficientes presas, tenga cobertura boscosa, acceso al agua y poca presión de caza directa. Esto hace que el jaguar sea en sí mismo un buen indicador de la calidad de un hábitat.
El objetivo principal de los planes de acción para su conservación, que podrían abarcar un período de 10 años, es mantener y restaurar poblaciones viables de jaguar en coexistencia con los humanos, ya que se ha demostrado que la depredación de ganado no existe o es de muy poca importancia. La caza de este magnífico felino está asociada al comercio de su piel o colmillos, lo que se puede evitar con buenas políticas preventivas y pedagógicas entre las poblaciones locales.