Los linces de Doñana
El pasado 4 de octubre murió Falco, uno de los cachorros de lince nacidos este año en cautividad. Con esta muerte, quedan 15 cachorros de los nacidos cautivos (nacidos de esta manera).
Falco había nacido en el centro de cría de la Olivilla (Jaén) dentro del Programa de conservación Ex-Situ. Según informan los responsables de este programa, el cachorro sufrió una crisis convulsiva hace aproximadamente un mes, tras la que se le hizo un chequeo y tratamiento sintomático sin detectar nada “significativo” en las analíticas, hasta que el día 4 empezó con nuevas crisis y fue trasladado a quirófano, donde se le administró tratamiento y finalmente murió.
Con la muerte de Falco se reducen a 15 los linces nacidos en cautividad durante 2009 en los centros de cría de El Acebuche, en Almonte (Huelva) y La Olivilla (Jaén) que continúan vivos. En total, 11 hembras dieron a luz a 28 cachorros, de los cuales diez no superaron los primeros días tras el parto y tres –Fresno, Felina y Falco– han muerto con más de un mes de vida.
El programa de cría en cautividad del lince ibérico suma en la actualidad 75 ejemplares, 39 nacidos en cautividad y los 36 restantes capturados de la naturaleza o de fincas, todos ellos repartidos en los centros de cría de El Acebuche (Doñana), La Olivilla (Sierra Morena) y el Zoo Botánico de Jerez de la Frontera (Cádiz).
Falco era uno de la veintena de linces seleccionados para ser trasladados en las próximas semanas al centro de cría en cautividad construido en la localidad portuguesa de Silves, que debe servir como fuente de una futura población de linces ibéricos en Portugal.
Los quince cachorros de lince ibérico supervivientes, nacidos este año, constituyen la mayor camada lograda desde que en 2005 se produjeron los primeros nacimientos de este felino en centros de cría.
Podría decirse que la muerte de Falco entra dentro de la normalidad de este tipo de programas de repoblación de especies en vías de extinción. Y quizá en esta ocasión sea cierto. O no. Pero hay algo en torno a este Programa y a todo lo que mueve la gestión del lince ibérico en España, que llama poderosamente la atención.
En todo el tiempo que lleva en marcha el programa de recuperación de linces, son numerosos los casos de muertes, que ponen en evidencia la incompetente gestión de ese programa por los actuales responsables. A estas alturas, como bien sabe todo buen ecologista y biólogo que se precie, el lince ibérico debería estar plenamente recuperado y lejos de las vías de extinción, en la que parece que estos responsables pretenden mantenerlo por mucho tiempo. ¿La razón? Muy simple, el inmenso negocio que han montado alrededor del programa y del lince con los millonarios fondos que invierte la Unión Europea, y que controla una minoría. O son muy incompetentes, algo difícil de explicar con todos los recursos de que disponen, o algo muy sucio y corrupto está pasando en Doñana. Las investigaciones realizadas por un audaz grupo de ecologistas y especialistas, pone al descubierto los programas de captura de linces de los investigadores del programa, que incluyen muertes de linces presuntamente sádicas y el uso de trampas y cepos que han matado, herido o lesionado, a multitud de linces. Alrededor de un 60 por ciento de los linces capturados en los 25 años que los responsables llevan con estos estudios, se ha hecho con cepos. Por ejemplo, la célebre lince hembra, Nuria, y sus dos crías, murieron tras la captura, los marcajes y la manipulación a que fueron sometidos por el equipo investigador.
La cría en cautividad, que es la que están potenciando desde hace cuatro o cinco años, tampoco es la panacea, ya que consiste en buena parte en robar las crías a las madres que aún se reproducen. Cualquiera puede documentarse y comprobar que ya han muerto varias crías tras pasar por las manos de estos eternos estudiosos de los linces (a los que, por cierto, cualquier ecologista les puede dar vuelta y media en conocimientos y sentido común).
Desde la organización Iberica2000.org y el Club Doñana, integrado por reconocidos científicos y especialistas, se ha denunciado esta situación desde el año 2002 y hasta ahora mismo, llegando incluso a los tribunales, sin que los implicados hagan nada por cambiar la situación, ni siquiera se planteen una reflexión seria sobre lo que sucede con el lince ibérico (también, por cierto, con el águila imperial).
Los interminables estudios sobre el lince (que ya se prolongan durante más de 30 años) parecen estar ocultando los propósitos de no querer sacar realmente al lince ibérico de su situación, ya que es más rentable mantenerlo en ese limbo de extinción. Más rentable para los responsables del programa y cuantos participan en él.
Es hora de pedirles cuentas de los miles de millones que se han invertido en la recuperación del lince, no sólo sin grandes resultados de cara a la recuperación de la especie sino hundiéndolo aún más en ese pozo de la extinción del que no parecen realmente querer sacarlo. Véase, en contraste, el caso del lobo gris o el águila calva en Estados Unidos, recuperados plenamente tras unos años de programas serios y rigurosos
La lista de los casos de muertes de linces que ha provocado el programa de los investigadores de la Estación Biológica de Doñana y del Programa Life, para capturarlos de la naturaleza, es extensa en los últimos treinta años. Sólo los linces que quedaban en fincas particulares se han mantenido.
La extensión de las capturas a Sierra Morena, ha afectado a poblaciones de linces en libertad, que sobrevivían en fincas privadas. ¿Y para qué? Pues para reintroducirlos en lugares donde las capturas precisamente los han abocado a la extinción. Un círculo pernicioso de exterminio/reintroducción, que garantiza que sigan llegando los millonarios fondos públicos y subvenciones a estos programas y sus gestores. En resumen, todo un lobby a costa del lince, que pretende investigarlo a perpetuidad, en vez de tomarse en serio su protección y recuperación.
Si queremos salvar realmente a los linces ibéricos, auténticas joyas de la naturaleza, que no debemos tolerar perderlos ni jugar con ellos a una ruleta de subvenciones interesada, necesitamos despertar y exigir a las autoridades, los medios de comunicación y a la ciudadanía en general, respuestas claras sobre la gestión del lince ibérico en los últimas décadas, y permitir que los especialistas en linces, ahora excluidos, se impliquen y participen verdaderamente en su recuperación. Necesitamos, en suma, desarrollar un auténtico programa de protección del lince ibérico.
Una causa en la que participamos quienes amamos y defendemos a los linces de verdad, por encima de intereses, ideologías, y corruptelas.
Nota: Más información sobre este tema en:
http://www.iberica2000.org/Es/Busquedas.asp?Palabra=lince
3 thoughts on “Los linces de Doñana”
Comments are closed.