Bosquescuelas
Todos sabemos que la educación es esencial para conseguir personas libres, autosuficientes y con capacidad para pensar por sí mismas, pero no vale cualquier educación porque en ésta puede transmitirse una manipulación ideológica dañina, que es lo que pasa en muchos países, como España, donde conceptos básicos y valores fundamentales han quedado relegados en favor de directrices ideológicas políticamente correctas pero que destrozan lo que debe ser una sociedad plural, abierta y libre.
En el marco de las políticas educativas hay modelos que son perniciosos y debemos huir de ellos (casi todos los que impulsan las políticas socialistas y comunistas) y otros que son verdaderos ejemplos que deberíamos apoyar con entusiasmo, alejados de factores ideológicos. Uno de ellos es el que se denomina “bosque escuela”, que cuenta con una gran popularidad en Estados Unidos, donde funciona Island Wood, entre otras, Canadá y los países del norte y el centro de Europa, pero que hasta este 2015 no se ha estrenado en España, de la mano de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente.
Los bosquescuela son entornos ideales para aprender en medio de la naturaleza, un modelo pedagógico natural que despierta la autoestima de los niños y orienta la educación hacia modos de comportamiento y hábitos de vida sostenibles, y en el que se trabaja de modo especial la lectura y la escritura; dos áreas formativas que requieren hoy día de una atención extra, dado que las sociedades que nos rodean avanzan hacia un dirigismo total en el que las masas son moldeadas según determinadas pautas de conducta. Lectura y escritura son básicas para formar personas que sepan pensar y tomar decisiones correctas.
Además, las bosquescuelas permiten educar a través de todo lo que ofrece la naturaleza, recuperando la importancia que tienen los ecosistemas y los animales, que han sido sustituidos muchas veces por tonterías educativas.
Las escuelas al aire libre representan un modelo de educación sano y totalmente recomendable, integrado en la naturaleza, con estímulos naturales que favorecen el espíritu de aventura y emprendedor, con elevadas dosis de empatía, mayor creatividad, respeto por la naturaleza y los animales, y una mejor capacidad para trabajar en equipo.
Un programa completo en una bosquescuela contempla no sólo la lectura y la escritura como prioridades educativas, sino también las habilidades numéricas, la expresión plástica o la iniciación a otra lengua extranjera.
Actualmente, las bosquescuelas son una alternativa pedagógica viable que responde a las exigencias educativas en Estados Unidos, y ojalá que pronto también en España y otros países.
La naturaleza es el entorno perfecto para que los niños aprendan y alcancen el adecuado nivel de desarrollo neurológico imprescindible para la adecuada comprensión de conocimientos. En este entorno de libertad, no encerrado entre aulas y paredes, se pueden encontrar recursos educativos que cualquier niño disfruta: posibilidad de correr, trepar, saltar, sentarse, columpiarse, arrojar objetos sin peligro, buscar y encontrar escondites, explorar, observar los cambios del paisaje, los animales, inventar…
Todo ello, junto a clases de música, filosofía, plástica, física, vivencias en plena naturaleza, etc, incorporan una amplia gama de recursos que hacen posible una educación integral.
Impulsar las bosquescuelas significa educar a las próximas generaciones de niños para que sean capaces de entender el mundo que los rodea, desarrollar capacidades de liderazgo y valores que les permitan alcanzar el éxito ante los desafíos de la sociedad. Y lo más importante, lograremos niños respetuosos con la naturaleza, con los recursos naturales, más libres e independientes, más creativos, y bien conectados con la Madre Tierra. Tal y como se está consiguiendo ya en todas las bosquescuelas que hay en funcionamiento en Estados Unidos y en otros países.
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