El plan de Trump para desmantelar el estado profundo
Uno de los grandes objetivos de Donald Trump para su segundo mandato es terminar con la corrupción gubernamental mediante el desmantelamiento del Estado Profundo, el despido de burócratas implicados en casos de corrupción y de políticos de carrera que actúan en contra de los intereses de Estados Unidos. Lo hará con un completo plan de acción, que además también pondrá fin al actual uso del sistema de justicia, que apunta a sus enemigos políticos simplemente por sus creencias políticas o religiosas para acabar con ellos. La persecución sin fin a Trump, sin motivos reales, es el ejemplo más destacado. Se trata, en definitiva, de devolver el poder al pueblo estadounidense y restaurar un verdadero gobierno para el pueblo y controlado por el pueblo. El sueño de Lincoln nunca ha estado más cerca que ahora con Trump.
Para ello, Donald Trump quiere limpiar el Estado Profundo, podrido de corrupción e intereses creados, con un completo plan de diez puntos que busca recuperar la democracia americana de la corrupción de Washington. Estos son los diez puntos de forma resumida:
1. En el primer día de su llegada a la Casa Blanca, volverá a emitir la orden ejecutiva de 2020 que restaura la autoridad del presidente para despedir a los funcionarios burócratas con un comportamiento deshonesto.
2. Revisará los departamentos y agencias federales, despidiendo a todos aquellos corruptos incrustados en el aparato de Seguridad Nacional e Inteligencia.
3. Reformará de forma profunda los tribunales FISA, asegurando que se elimine la corrupción en ellos. Actualmente, los tribunales FISA son tan corruptos que a algunos de los jueces aparentemente no les importa cuando se les miente en las solicitudes de órdenes judiciales. Muchos jueces han visto solicitudes que saben que estaban equivocadas y no hacen nada al respecto, les mienten y lo toleran.
4. Establecerá una Comisión de la Verdad y la Reconciliación para desclasificar y publicar todos los documentos sobre el espionaje, la censura y los abusos de poder del Estado Profundo.
5. Pondrá en marcha medidas severas contra los filtradores que actúan desde el gobierno y que se confabulan con los medios de comunicación para crear narrativas falsas y subvertir nuestro gobierno y nuestra democracia. Cuando corresponda, se presentarán cargos penales.
6. Hará que cada Oficina del Inspector General sea independiente de los departamentos que supervisa, para que no se conviertan en protectores del Estado Profundo.
7. Establecerá un sistema de auditoría independiente para monitorear continuamente las agencias de inteligencia con el fin de garantizar que no estén espiando a los ciudadanos o realizando campañas de desinformación contra el pueblo estadounidense.
8. Continuará el esfuerzo de la Administración Trump durante su primer mandato para trasladar partes de la burocracia federal fuera del pantano de corrupción de Washington, al igual que el presidente Trump trasladó la Oficina de Administración de Tierras a Colorado. Se podrían trasladar hasta 100.000 puestos gubernamentales fuera de Washington.
9. Prohibirá que los burócratas federales acepten trabajos en las empresas privadas con las que tratan y regulan, como las pertenecientes a la Big Pharma.
10. Impulsará una enmienda constitucional para imponer límites de mandato a los miembros del Congreso.
Cualquiera que desee integridad y transparencia en nuestro gobierno federal debería adherirse sin reservas a estas medidas. Si no lo hacen es porque forman parte de ese Estado Profundo y defienden, viven y medran de la corrupción que rodea éste.
Trump quiere garantizar que los burócratas y políticos federales corruptos rindan cuentas ante el pueblo estadounidense. Algo que requiere de medidas audaces. En la actualidad, eliminar a los trabajadores federales corruptos o de bajo rendimiento requiere mucho tiempo y es engorroso. Ahora, despedirlos lleva un año o más y, a menudo, es completamente imposible. Un reciente estudio encontró que durante un período de diez años, los empleados federales fueron despedidos a una tasa de menos de uno en mil por año. Además, los límites de mandato en el Congreso que plantea Trump, son necesarios para frenar el ascenso de políticos de carrera corruptos; sirvan estos datos para tomar conciencia: la tasa de reelección de los miembros de la Cámara de Representantes es del 94% y durante el último medio siglo no ha caído por debajo del 80%. La tasa de reelección para el Senado en 2022 fue del 100% y no ha caído por debajo del 75% desde 1982.
En último término, el objetivo de Trump es acabar con la corrupción que ha plagado al gobierno federal y ha dañado a los estadounidenses. Para cualquiera es evidente que en los últimos años, la Administración Biden ha armado al FBI y al Departamento de Justicia para perseguir a Trump y atacar a los conservadores, los cristianos y a sus enemigos políticos. Las pruebas de ellos son abrumadoras. Por citar una de ellas: un memorando interno del FBI filtrado y retirado desde entonces reveló que los agentes del FBI estaban comparando a los católicos tradicionales con «terroristas domésticos». Algo que es una auténtica barbaridad. Los burócratas del FBI y el DHS se confabularon directamente con las empresas de redes sociales durante las elecciones de 2020 para censurar el debate de los estadounidenses y la libre circulación de información que perjudicaba a Biden y a los demócratas. Durante el caso del engaño de la colusión con Rusia, los funcionarios del gobierno filtraron información de manera rutinaria y selectiva a los medios para promover su narrativa anti-Trump, a pesar de que sabían que era falsa. El proceso del Tribunal FISA fue corrompido por las Administraciones Obama y Biden. En el período previo a las elecciones de 2016, el tribunal FISA emitió múltiples órdenes de espionaje para miembros de la campaña de Trump que luego fueron declaradas inválidas por el Inspector General del Departamento de Justicia porque el FBI cometió “declaraciones erróneas importantes” al obtenerlas. El Inspector General del Departamento de Justicia descubrió que en sus solicitudes de órdenes de arresto FISA, el FBI cometió 17 «errores» y «omisiones» significativos, y que la evidencia «central» en la que se basaban las órdenes FISA era la investigación de la oposición de la campaña de Clinton, plagada de mentiras y acusaciones falsas, como se ha demostrado después. Un abogado del FBI admitió que falsificó un correo electrónico en un intento de garantizar que continuara el espionaje de la Administración Obama-Biden sobre la campaña de Trump a través de órdenes FISA.
Esto se llama corrupción gubernamental al más alto nivel y no puede volver a suceder si queremos salvar la democracia en Estados Unidos y el futuro del país. Donald Trump destruirá en su segundo mandato presidencial el Estado Profundo y restaurará al fin un gobierno controlado por el pueblo y para el pueblo.