Para conocer algunas tendencias sociales hay un factor muy interesante a estudiar y son los nombres que la gente utiliza. En el transcurso de la historia de Estados Unidos ha habido un puñado de nombres favoritos y populares, pero en las últimas décadas se ha producido un cambio significativo. Así, las estadísticas de la Administración de la Seguridad Social (Social Security Administración), que controla las tarjetas de identificación en Estados Unidos, revelan que en el último siglo los nombres que se usan para llamar a los hijos han variado y casi ninguno de los 20 nombres favoritos que se usaban en 1911 se utiliza actualmente, excepto alguna excepción, como William, que sigue estando en las lista de popularidad.

En 2011 los nombres predominantes fueron «Jacob» para los niños y «Sophia» para las niñas. Mientras que en 1911 el de los nombres era «John» y el de las niñas: «Mary».  Hoy día ni «John» ni «Mary» integran la lista de los 20 más populares. Un cambio significativo que tiene más lecturas de las que se aprecian superficialmente. En cambio, «William» es uno de los nombres que se mantienen vivos y atractivos de esa lista de antaño. Hace un siglo era el segundo más favorito después de “John” y empataba entonces con «Helen» en segundo lugar después de «Mary». Otro nombre con solera que ocupa las listas de ayer y de hoy es «James» o «Jaime», que sigue siendo también muy popular y uno de los favoritos.

En 1911 ocupaba el tercer lugar empatado con «Margaret» para mujeres.  En 2011 se mantiene en la lista en el lugar número 17. Todo un logro teniendo en cuenta la barrida que se ha producido de nombres clásicos. En cuanto a los nombres de mujeres solo «Elizabeth» se mantiene en ambas listas. En 1911 ocupaba el séptimo lugar y un siglo después el undécimo. Hoy día después de «Sophia» encabezan la lista: «Isabella», «Emma», «Olivia» y «Ava» y para los varones después de «Jacob» están: «Mason», «William», «Jayden» y «Noah».
Los nombres nos revelan claves del comportamiento y las tendencias sociales que son importantes para determinar otros aspectos de la evolución de la sociedad y de los individuos.