Dinero, sexismo y méritos
Debemos reconocer que estos tiempos dan para muchos debates interesantes. Uno de ellos es el que se refiere al dinero que ganan hombres y mujeres en diferentes ámbitos. Unos dicen que deberían cobrar el mismo dinero y otros que no.
Es un debate sometido a todo tipo de trampas y en el que si defiendes la postura de sueldos desiguales, te tacharán de sexista. ¿Cuál es lo correcto? ¿Pagar a hombres y mujeres por igual? La respuesta es no. Lo correcto es pagar a cada uno lo que se merezca. Independientemente de si son hombres o mujeres, cada uno debe cobrar por su talento, méritos y esfuerzo. Por consiguiente, debe haber diferencias de salario entre las personas, dado que los méritos y la capacidad profesional no son iguales entre todo el mundo. Y aunque en muchos empleos ya hay igualdad salarial, es cierto que hay algunos hombres que ganan más que las mujeres. Pero también hay mujeres que ganan más que los hombres. Esto debe ser así si tienen más méritos o generan más riqueza o son más competitivos.
Igualar los sueldos por la sola cuestión de igualar entre sexos, es una tontería mayúscula y refleja perfectamente el tipo de mundo que desean quienes defienden esto: cero méritos y una igualdad artificial sin incentivos.
Cuando se habla de sexismo al tratar de los sueldos entre hombres y mujeres, se saca de la ecuación (por parte de quienes defienden esa igualdad) la capacidad profesional, la competitividad y los méritos personales. Además, no se tienen en cuenta estos elementos cuando benefician a los hombres más capaces. Cuando esos sueldos superiores (que los hay: modelos, algunas directivas, etc) benefician a las mujeres, no se dice ni pío, como si eso estuviera bien, pero si son los hombres los que ganan más, estuviera mal, como si eso fuese machista o sexismo.
Es el discurso oficial que impera en todas partes y el que comparten la mayoría de las mujeres y algunos hombres, sin caer en la cuenta de que defienden una postura equivocada que no atiende a los méritos y profesionalidad de cada uno, los cuales deben ser recompensados adecuadamente.
Es lógico que un tenista masculino gane más que una tenista femenina, porque genera más audiencia, publicidad y beneficios. Lo mismo para futbolistas, cantantes, jugadores de baloncesto, nadadores, atletas, etc. Y también para muchos casos de científicos, empresarios, ejecutivos y diversos trabajadores. En la mayoría de los casos son ellos los que son más competitivos, los que generan más beneficios, oportunidades y mejor rendimiento en el trabajo.
Es lógico y normal que ganen más. En mi desempeño profesional, tengo oportunidad de pagar y recompensar a trabajadores (hombres y mujeres). Podría hacerlo de forma igualitaria (e idiotizada), pero no lo hago. Prefiero valorar los méritos y capacidades de cada persona individualmente. Y sí, muchas veces pago más a los hombres porque son mejores o hacen un mejor trabajo. Pero sí, también pago a veces más a algunas mujeres que demuestran mayores méritos y son más competitivas.
Esto no tiene nada que ver con sexismo, machismo ni nada por el estilo. Vamos a ser rigurosos y a desterrar la ideología de género en estas cuestiones que sólo buscan igualar por abajo y de forma artificial.
Se trata de dinero, de pagar a cada uno lo que se merece. Sin importar si es hombre o mujer.
No hay Dios, y por supuesto menos ningún gobierno, Estado o persona, que me vaya a obligar a pagar salarios iguales porque creo firmemente en los méritos personales.
Quienes tengan empresa, negocios, inversiones, tratos comerciales, etc, y sepan de lo que hablo, me darán la razón. Las feministas de turno, y quienes las apoyan, todavía tienen mucho que demostrar profesionalmente. Y no lo están demostrando hasta ahora. La conclusión es clara: no merecen un salario igual o superior. Que se lo ganen. Como todos los demás. De hecho, muchas sólo merecen el despido.