Trump lidera la intención de voto
Hay una realidad social en los Estados Unidos cada día más evidente y es que Donald Trump lidera la intención de voto de los ciudadanos. Los desquiciados intentos de los demócratas y del entorno de Biden para sacarlo de las elecciones por cualquier medio, no está logrando resultados, y la manipulación de los grandes medios ofreciendo un 90% de información negativa sobre él, tampoco está erosionando su liderazgo. En realidad, es todo lo contrario. Trump está aumentando sus números de apoyo en todas las encuestas nacionales y vive un momento dulce tras ser el virtual nominado republicano a la presidencia después de alcanzar el número de delegados necesarios para ello. Los ciudadanos entienden que le robaron las elecciones de 2020 con un fraude colosal, que las mentiras siguen sin cesar y que los procesos judiciales son un intento desesperado para derrotarle al margen de las urnas.
Por su parte, Biden se ha convertido en un presidente muy impopular, incapaz física y mentalmente, cuya debilidad ya no puede ocultarse y cuya mejor esperanza de ganar un segundo mandato es encarcelar a su oponente político o sacarlo de la papeleta electoral, algo muy improbable. El Partido Demócrata y sus donantes multimillonarios, conscientes de ello, trabajan en un plan alternativo con el que esperan cambiar la situación, pero dada la fortaleza de Trump lo ven complicado.
Los acontecimientos pintan mal para Biden y la Camarilla que lo sostiene y las broncas entre ellos aumentan a medida que ven alejarse la posibilidad de ganar las elecciones y sufrir una dura derrota a manos de Trump. Merrick Garland ha hecho todo lo posible para perseguir legalmente a Trump, pero ni por esas. Todos los procesos abiertos se están orientado a favor del candidato republicano y es cuestión de tiempo que queden en un mal recuerdo y ejemplo de la mala utilización del sistema legal para perseguir a un rival político. El deterioro mental de Biden, ya muy evidente, no ayuda precisamente y contrasta con la agilidad física y mental de Trump, en plena forma, y ganándose el apoyo de los ciudadanos con eventos continuos e intervenciones estelares.
Los ciudadanos rechazan cada vez más la narrativa oficial de la Administración Biden y de sus medios aliados y se ponen del lado de Trump, reconociendo que estos ataques contra el republicano son en verdad un ataque contra la democracia que ponen en riesgo al país. La realidad es que, en contraste con Biden, protegido por los medios y el establishment, ningún presidente en la historia moderna ha sido objeto de más escrutinio que Trump. Además de una campaña legal despiadada y concertada, Trump debe lidiar con una avalancha diaria de propaganda negativa y noticias que absuelven a Biden de sus fracasos y haga lo que haga. Pero todos los esfuerzos de la maquinaria mediática ya no pueden ocultar el deterioro mental de Biden, la utilización de parte del sistema judicial para perseguir a Trump de forma injustificada, el fraude electoral de 2020, las trampas que aún hoy están en curso y el colapso de las políticas socialistas demócratas.
Las elecciones de este 2024 se sienten por los ciudadanos como una última oportunidad para reivindicar a Donald Trump y para salvar EE. UU del caos y el desastre.