Estado Islámico: uno menos
Qué gran gusto da cuando los objetivos se cumplen, Estados Unidos sale fortalecido y los radicales islamistas nos abandonan para siempre. Es lo que ha pasado tras la operación terrestre de fuerzas especiales estadounidenses llevada a cabo en Siria, mediante la que se ha eliminado a un buen puñado de yihadistas y a uno de los líderes del Estado Islámico, Abu Sayyaf, y capturado a su señora esposa, Umm Sayyaf, o lo que sea, que está siendo interrogada para que cante, y no ópera precisamente.
La importancia de este golpe al ISIS nos permite anotar una victoria importante y estratégica, habida cuenta de que este pájaro islamista estaba involucrado en las operaciones militares y financieras del grupo terrorista hasta las cachas y más allá. Con su eliminación, apartamos a uno de los cerebros del Estado Islámico, si es que podemos denominar “cerebros” a semejantes personajes fanatizados y embrutecidos como no hemos visto en décadas.
Aparte de quitar de en medio a este fulano y a su mujer, otra elementa peligrosa que va a tener tiempo de arrepentirse de la política asesina de ejecuciones a mansalva que llevan en el ISIS, hay que destacar otro punto: la efectividad de una buena operación terrestre ejecutada por fuerzas estadounidenses. O lo que es lo mismo: lo que defendemos algunos analistas y comandos desde hace la tira de tiempo. A ver si con el buen tiempo primaveral, nuestro Comandante en Jefe se sigue animando a autorizar estas operaciones especiales y otros despliegues terrestres sobre objetivos estratégicos. Vamos a cruzar los dedos.
La operación para enviar al Paraíso a Abu Sayyaf se realizó en Al Amr y algunos otros lugares, y es otro ejemplo de la alta eficacia de la colaboración entre fuerzas especiales y la inteligencia estadounidense. Ni siquiera el vergonzoso uso de mujeres y niños como escudos humanos por parte de los yihadistas impidió que se completara con éxito. Ya sé que estas cosas no son nunca lo suficientemente agradecidas por la opinión pública, pero que sepan que, entre otras cosas, se ha ahorrado un montón de dinero en impuestos a los ciudadanos gracias a la muerte prematura, pero muy oportuna, de Abu Sayyaf, y la captura de su señora esposa, otra terrorista de marca mayor a la que nada importaba tener esclavas yazidíes. Lo que decíamos algunos al liberar a su esclava: “Umm, tía, no seas vaga, haz tú las cosas de casa, que no es para tanto y haces ejercicio. Y además dejas las tareas del terrorismo a tu marido. Pues nada… Qué vicio con tener esclavas…”.
En resumen, la operación militar ha sido brillante, muy compleja en su preparación y ejecución, sólo al alcance de la profesionalidad, los recursos y la experiencia de las fuerzas especiales y la inteligencia de Estados Unidos, que nos ha permitido dar un golpe devastador al Estado Islámico, que aquí es lo único que cuenta de verdad.