Si había alguna duda sobre el hecho verificable de que Estados Unidos está ganando la Guerra contra el Terrorismo de Al Qaeda, básicamente de algunos pretendidos especialistas que jamás se han ensuciado las botas en el campo de batalla, quedó completamente despejada el pasado 6 de diciembre, cuando una operación combinada de la inteligencia y las fuerzas especiales estadounidenses liquidó por la vía rápida al clérigo Abu Zaid al Kuwaiti, uno de los principales líderes de Al Qaeda y favorito para suceder al actual jefe de la organización terrorista, el egipcio Ayman al Zawahiri. Por supuesto ya no sucederá a nadie ni su prometedora carrera continuará porque un drone norteamericano se encargó de poner punto final en Waziristán (Pakistán) a ese mal carácter del que hacía gala tan a menudo.
Tras una operación de rastreo y localización de la inteligencia estadounidense impecable, que sin duda estudiarán los nuevos reclutas y agentes, Abu Zaid Al Kuwaiti dejó este mundo mientras desayunaba de madrugada, lo que ellos denominan su comida del Sahur, la que corresponde al amanecer. Me temo que se le indigestó en el instante en que vio aparecer cierto avión no tripulado.
Al Kuwaiti protagonizó algunos de sus momentos estelares en decenas de vídeos de Al Qaeda, donde aparecía adoctrinando sobre la vertiente más radical del islamismo y la necesidad de la yihad y el martirio como medio para la guerra santa. O sea, todo un predicador que complementaba sus discursos con una actividad intensa de entrenamiento de terroristas y logística variada. Al Kuwaiti estaba llamado a convertirse en el líder religioso de Al Qaeda tras la muerte en junio pasado de Abu Yahya al Libi, el número dos de la organización tras la muerte de Osama bin Laden, en mayo de 2011, que también cayó en otro ataque de un avión no tripulado. Esto debería haberle puesto sobre la pista a Al Kuwaiti de lo que le esperaba, pero finalmente su destino le alcanzó también. Como buen estudioso de la religión debería haber sabido que las malas acciones se terminan pagando.

En la región de Waziristán también fueron abatidos en enero pasado Aslam Awan, un responsable de la red de operaciones en el exterior de Al Qaeda; en febrero, otro ataque acabó con el líder talibán Bahdar Mansur, responsable de campos de entrenamiento de combatientes contra las tropas de la OTAN en Afganistán; Ilyas Kashmiri, el líder de un grupo paquistaní relacionado con Al Qaeda también perdió el turbante y la vida en esta región pakistaní por ataques de «drones»; y ya en Yemen cayó con todo el equipaje en septiembre de 2011 Ayman al Awlaki, un estadounidense al que se le fue la olla y líder de Al Qaeda en la península Arábiga.
Pese a que los medios de comunicación ofrecen estas noticias ya casi de pasada, sin mayor interés, nos encontramos ante acontecimientos que son decisivos para salvaguardar la seguridad en Occidente, por ejemplo, que el caballero pueda sentarse en su despacho a leer la prensa tranquilamente o la señorita vaya de compras alegremente. Estas acciones son el resultado de un trabajo intenso de una cadena completa de la inteligencia y las fuerzas especiales norteamericanas. El colofón, el broche de oro. No por rutinarias, menos importantes. Y ponen en sus sitio a esos “pseudo especialistas” que alguna vez dudaron de la victoria sobre Al Qaeda y la Guerra contra el Terrorismo, que empezó George W. Bush y que está continuando con mano firme, y hay que reconocerlo, Barack Obama.
Sin duda esto refleja un buen año 2012 para EE.UU en la lucha antiterrorista. Y la lista de candidatos al próximo yihadista a abatir sigue su curso y pasamos al siguiente.