Padre Ignacio Larrañaga
Hay personas que son un auténtico ejemplo para la sociedad, por sus valores y cualidades. Es el caso del padre Ignacio Larrañaga, que está considerado como uno de los católicos más leídos del mundo, con 16 obras que han sido traducidas a 10 idiomas.
Este sacerdote franciscano capuchino, un hombre sencillo, que utiliza un lenguaje cercano y comprensible, ha logrado llegar con su mensaje evangelizador a más de 44 países de los 5 continentes, y tiene a 16.000 Guías alrededor del mundo, quienes organizan los eventos en los que participa.
El padre Ignacio Larrañaga ha dedicado su vida a comunicar mensajes que han influido de forma positiva en la vida de millones de personas. Su objetivo es que quienes le escuchan aprendan a relacionarse con Dios de una manera variada, sistemática y metódica desde el principio hasta la oración profunda, descubriendo el poder y la belleza de Dios y, consecuentemente, el encanto y el valor de la vida. Sus conferencias están dirigidas a todos los que buscan acercarse a Dios, serenidad y equilibrio espiritual.
El Padre Ignacio Larrañaga Orbegozo nació en Azpeitia (España) el 4 de mayo de 1928, y ha desarrollado una amplia y fructífera labor pastoral en todo el mundo como autor y formador. En 1940, con 12 años, inició su camino en la fe ingresando en el seminario de los capuchinos. Fue ordenado sacerdote en Pamplona en 1952 y desarrolló durante algunos años su ministerio sacerdotal en España hasta que en 1959 se estableció en Chile, donde comenzó su apostolado como predicador, escritor y organizador de conferencias, cursos y retiros.
En 1965 fundó el Centro de Estudios Franciscanos y Pastorales para América Latina (CEFEPAL), y desarrolló durante una década una intensa actividad en la línea franciscana y en la renovación conciliar en diversos países de Hispanoamérica y España. En 1974 inició en Brasil un método de evangelización llamado «Encuentro de Experiencia de Dios», de seis días de duración, que llevó a cabo durante 23 años, en los que participaron decenas de miles de personas, delegando después esa tarea evangelizadora en matrimonios de distintos países, que hoy día lo continúan con gran eficacia. Desde 1984 inició la obra considerada más importante de su vida: los Talleres de Oración y Vida (TOV), a cuya fundación y consolidación dedicó aproximadamente diez años, escribiendo para su eficaz funcionamiento dos libros fundamentales: el ‘Manual del Guía TOV’ y ‘Estilo y Vida de los Guías’, así como grabando siete casetes con la misma finalidad. Transmiten de manera pedagógica su mensaje y han convocado a lo largo de los años a decenas de miles de personas.
Las obras del padre Ignacio Larrañaga proporcionan análisis y soluciones, doctrinas y orientación para las necesidades y los problemas del ser humano, que han ayudado a millones de personas en todo el mundo a experimentar la alegría de vivir y alcanzar la paz espiritual.
Si bien se trata de un autor católico, lo importante del contenido de sus obras es que es válido para cualquier persona. Tal es así que muchos psicólogos recomiendan sus libros a sus pacientes. Entre ellos destacan Muéstrame tu rostro, El hermano de Asís, El pobre de Nazaret, Salmos para la vida, El silencio de María, Del sufrimiento a la paz y El matrimonio feliz.
Las enseñanzas del padre Ignacio Larrañaga nos muestran un camino espiritual que enseña el sentido profundo de la fe y la oración, que pueden ayudar a cualquiera a encontrar el valor real de la vida y de la felicidad. Para él, la fe es un don que se desarrolla a través de la oración y cultivar ambas es el camino a la estabilidad emocional y a la felicidad.
Conocer las enseñanzas del padre Ignacio Larrañaga nos hace a todos mejores y crecer espiritualmente. Les recomiendo leer sus libros, en los que encontrarán muchas de esas respuestas que andan buscando desde siempre. Todas ellas están publicadas por la Editorial San Pablo.
Muéstrame tu rostro ofrece una acabada colaboración a los que quieren iniciarse o recuperar la experiencia de Dios, y a aquellos otros que anhelan avanzar en el misterio insondable de Dios.
Muéstrame tu rostro desvela todo el itinerario hacia Dios, desde los primeros pasos hasta las últimas profundidades de la contemplación. Aborda y analiza las etapas y dificultades que surgen en este itinerario: dispersión y concentración; el silencio de Dios y la certeza de la fe; las pruebas purificadoras; la devoción y la aridez; las distracciones, la sequedad y la consolación; el silencio interior y medios para conseguirlo; en fin, toda la ruta desconcertante de la Gracia hasta la transformación cristificante.
Muéstrame tu rostro está escrito en estilo directo y vivo, con claridad y profundidad, con inspiración bíblica y existencial. Es un libro nacido de la vida. Para cualquier cristiano ofrece una ayuda práctica e inestimable.
Estas páginas proporcionan al lector una imagen real de María, la Madre de Jesús, lejos de aquella mitificación que sólo lograba colocarla fuera del alcance del cristiano.
El silencio de María muestra a la madre de Jesús, de quien sólo conocemos lo que puede decirnos San Lucas en su Evangelio. Larrañaga presenta a María humana y su libro se desarrolla a través de la forma en que puede haber sido su vida (llena de alegrías, dolores, incertidumbres, dudas, pero sobre todo fe) y lo que esto significa para los católicos, ya que es un perfecto modelo de cristiana, de perseverancia en la fe y de entrega al plan de Dios. María es una de las personas que más puede marcar y acompañar la vida de un cristiano en su crecimiento en la fe.
Este libro muestra cómo debe haber sido la vida de María en silencio y reflexión, madurando lo que día a día le tocaba experimentar por el sólo hecho de haberse entregado al plan divino cuando todavía era una niña. ¿Qué influencia habrá tenido María en la vida de Jesús?¿Qué rol habrá jugado María en los primeros años de la Iglesia una vez que Jesús ya había resucitado y ascendido al cielo? Estos son algunos de los cuestionamientos que Larrañaga se plantea y que presenta con delicadeza y profundo conocimiento.
Es una obra dirigida, ante todo, a los religiosos que viven en comunidad. También escrita para todos los cristianos que están integrados en grupos: comunidades eclesiales de base, grupos juveniles, agrupaciones seglares y también a la esfera matrimonial: primera comunidad humana.
Enfoca la temática desde la soledad, solitariedad y solidaridad; continúa con el misterio de la fraternidad, las condiciones previas para amar, el sentido del amor y el amor como eje de las relaciones interpersonales.
Dios creó al hombre para que no estuviera solo, aislado, encerrado en sí mismo, sino para que compartiera con los demás, como hermanos, todas las dificultades cotidianas.
El hombre necesita de su hermano para complementarse y crecer humanamente, porque ningún ser humano es completo en su personalidad ni perfecto. Pero, a causa del pecado, el hombre ha perdido esos dones y urgentemente necesita recuperarlos, con sacrificio y perseverancia.
La fraternidad es herida a causa del «orgullo, vanidad, envidia, odio, resentimiento, rencor, vergüenza, deseo de poseer personas o cosas, egoísmo y arrogancia, miedo y timidez, angustia y opresión».
Éstas y otras imperfecciones son las que continuamente acompañan al hombre. Es necesario, pues, revertir los criterios negativos mediante el combate espiritual para transformarlos en positivos, si se desea practicar la fraternidad.
Es una labor ascética que nos invita a rescatar lo positivo y aplicarlo en la convivencia comunitaria. Todos somos llamados al trabajo, como el autor describe: «Estamos levantando el muro de la fraternidad con piedras desiguales.»
Sin Cristo hay discordia, odio, desprecio entre el hombre y su hermano. El autor del libro Sube conmigo destina su obra, en primer lugar, a las personas consagradas a la vida religiosa, luego a los jóvenes que hacen convivencia fraterna en el Señor y por último a las familias, dando pautas para una verdadera convivencia fraterna, según los consejos evangélicos.
Hijos míos, salgan al mundo con las antorchas en las manos. Donde encuentren hogueras, pongan manantiales. Donde encuentren espadas pongan rosas. Transformen en jardines los campos de batalla, abran surcos y siembren amor.
El Hermano de Asís es un libro donde va a encontrar a Francisco de Asís. Él era un joven como muchos. De eso ya hace más de 750 años. Y, no obstante, hoy vive más que nunca. ¿Quién es él?, ¿quién es Francisco de Asís? Igual que tantos, ha buscado y luchado. De vez en cuando, tuvo peleas con su padre. Le asaltaban muchas dudas. A veces muy inseguro. Otras veces muy solo. Francisco fue hijo de un rico mercader. Sabía lo que es gastar dinero. Tenía mucho prestigio y fama entre sus amigos. Quería llegar muy lejos; llegar a ser alguien. Francisco era un buscado febril muy sincero y veraz. Cuando está al borde del abismo, encuentra algo. Algo que lo renueva, lo cambia. En él va creciendo un “hombre nuevo”.
La fe es el medio más eficaz para amortiguar o eliminar el dolor, siempre y cuando sea como una llama viva en el corazón.
Un componente ineludible de la existencia es el sufrimiento, en todas sus expresiones. Su “silueta negra y pertinaz” acosa al hombre de toda edad, clase, cultura y religión. El padre Ignacio Larrañaga se plantea aquí el problema de cómo “amortiguar o eliminar” el dolor o cómo transformarlo en algo positivo. Para ello propone a los lectores los medios que estima más aptos para realizar dicha tarea. En su afán de llegar al mayor número de personas, se dirige a los que no tienen fe o la tienen débil, a quienes la perdieron y a quienes la tienen profunda, robusta y fecunda. En el fondo, desea que todos ellos –a través de una constante y oportuna liberación- lleguen en verdad “del sufrimiento a la paz”.
Para este libro ha elaborado una serie de poemas y salmos adecuados para diversos estados de ánimo y diferentes situaciones de la vida, y algunos otros temas. Este texto incluye numerosas citas Bíblicas, una variada gama de modalidades de oración y diversos ejercicios y orientaciones prácticas.
“Nada es como es, sino como se recuerda”. Estas palabras de Ramón del Valle Inclán presiden este libro de Ignacio Larrañaga. El autor se adentra en el misterio de Jesús con infinito respeto por las tradiciones evangélicas, pero, al mismo tiempo, con la libertad de quien ha “visto y oído”, y por eso se siente autorizado para hablar (cfr. 2 Cor 4, 13). Y el resultado es no una cristología, ni siquiera una biografía de Jesús, sino una memoria vivía del hombre Jesús de Nazaret, que se descubre a sí mismo como Hijo bienamado del Padre, y desde esa experiencia singular e irrepetible va descubriendo, también dolorosamente, su misión esencial como el “Pobre de Dios” y el “siervo suficiente” en la línea del profeta Isaías, llamado como tal a instaurar un Reino nuevo, desde una radical disponibilidad a la voluntad del Padre, y una entrega sin límites al servicio de los hombres. “El pobre de Nazaret” es una creación original, que aporta una rica y matizada información documental, histórica y doctrinal, pero incluye también elementos de ficción, estrictamente apoyados, sin embargo, en los documentos neotestamentarios. La novedad de este libro está, por los demás, no tanto en su valor documental, como en su carácter testimonial, y en la originalidad del tratamiento del tema, que se inscribe propiamente en la literatura narrativa, transmitiéndonos con propiedad y eficacia lo más sustancia de la vida y el mensaje de Jesús.
Un libro de Ignacio Larrañaga es siempre una fiesta: por su novedad, su estilo cálido, sus intuiciones y, sobre todo, por esas vivencias que sabe transmitir con tanta eficacia. Es este libro trata acerca de los Salmos: ese largo diálogo del hombre con Dios y de Dios con el hombre. Su intento es ayudar al lector a comprenderlos en las situaciones concretas en que nacieron, pues en ellos se encierra la pasión del mundo: historias de sangre e historias de amor, momentos de pánico, exilio, persecución, experiencias místicas. Horros a la muerte, situaciones de miedo. Por eso, en palabras del autor: “Urge emprender el itinerario que conduce al interior de los Salmos, navegar en sus mares, sondear la riqueza de los abismos, llenarse los ojos de luz, contagiarse de vida, y después salir a la superficie con las manos llenas de toda riqueza y novedad”.
Autobiografía espiritual del padre Ignacio Larrañaga, testimonio vivo de su encuentro con Dios y su vivencia de fe a lo largo de toda su vida, como legado para los Grupos de Talleres de Oración, especialmente, pero también para toda persona que se halla en búsqueda del señor.
Orientaciones prácticas para recuperar la paz interior, el sentido de la vida y la alegría de vivir sanando algunas heridas, arrancando algunas espinas.
Hemos sido colocados en el jardín de la vida para saborear la existencia como un privilegio único. Sin embargo, el sufrimiento, con sus mil formas y maneras, nos hace abortar, una y otra vez, el dorado ensueño de la dicha. El padre Ignacio Larrañaga quisiera que este nuevo libro fuese ritmo y fragancia para el lector… No pretende el sueño imposible de eliminar de raíz las penas de la vida. Pero sí desea mitigarlas, arrancar algunas espinas, sanar algunas heridas, enjugar muchas lágrimas a fin de que el lector pueda sentarse por fin a la sombra fresca de la arboleda para respirar, dormir, soñar.
El propósito de este libro es ofrecer un tratado de oración cuyos contenidos esenciales son los siguientes: Colocar como base el fundamento de la fe, para edificar, sobre él, una vida sólida con Dios. Una sanación de traumas y heridas, para alcanzar una purificación integral. Establecer un intercambio con un tú, y lograr una convergencia de dos interioridades consumada en el silencio del corazón, en la fe, en el amor. Ejercicios prácticos de oración, desde los primeros pasos hasta la contemplación transformante. Largo proceso de cristificación: pensar, sentir, actuar y amar como Jesús. En síntesis, este tratado de oración desea ofrecer una ayuda eficaz a los que quieren iniciarse en el trato con el Señor y a aquellos otros que anhelan avanzar, mar adentro, en el misterio insondable del Dios vivo y verdadero.
El matrimonio es un vasto océano en cuyas profundidades se entrecruzan las corrientes, se agitan las aguas profundas, se integran y se desintegran las olas y, en el momento menos pensado, podemos ser empujados hacia playas desoladas. Aquéllos que se internan en ese mar desconocido del matrimonio quedan atrapados entre las redes de una aventura. Lamentablemente, esta aventura puede tornársenos en desventura. Por eso, el propósito de este libro es evitar que suceda este infortunio y que, por el contrario, los cónyuges puedan ser felices.
No ha sido fácil la tarea de la selección de los textos de este libro. Lo que entrega el autor aquí son tan sólo unas ramitas desgajadas del frondoso árbol de sus muchos libros. Demasiados contenido para tan escuetos extractos. ¿Qué criterios ha seguido a la hora de confeccionar la presente selección? Ante todo, ha procurado aquello que distingue su obra en general; esto es, la unidad entre lo humano y lo divino: Promover el Reino de Dios y hacer felices a los hermanos… En segundo lugar, ha buscado aquellos textos que, en sí mismos y por sí mismos, expresan cabalmente un mensaje. Ha optado por los fragmentos que se expresan en forma metafórica o poética, porque está convencidos de que de Jesús no se puede hablar sino entre evocaciones y metáforas. En suma, este libro lleva al lector de sorpresa en sorpresa, a fin de que paulatinamente, vaya adquiriendo un conjunto de intuiciones y convicciones que iluminen su vida con una luz que hemos denominado el sentido de la vida.
En efecto, quizá el problema de los problemas para quien quiere entrar en la intimidad con Dios, y acoger lo infinito de su misterio, es la dispersión interior. Ante esa incapacidad de recogernos, precisamente porque nuestros mundos interiores son un mar turbulento y agitado por miles de cosas: deseos, temores, resentimientos, rencores, antipatías, ansiedades, que ocurren cuando tratamos de orar, el autor nos propone, con reflexiones y orientaciones prácticas , viajar hacia adentro, y por la ruta del silencio y la oración del abandono avanzar hacia la intimidad con el Señor a través de un largo y lento proceso de transfiguración, de un continuo morir y nacer.
Esta obra es continuación y complemento de Del sufrimiento a la paz. El padre Larrañaga se adentra en el misterio del hombre doliente, que, ante situaciones como el olvido, el cansancio, el fracaso, la ansiedad, la enfermedad, el dolor, el miedo, la soledad, la ancianidad o la perspectiva de la muerte, logra entrever el propio misterio de Dios, que se hace impotente y débil, para estar con nosotros y ayudarnos.
Tomando algunos elementos dispersos en sus libros, ha confeccionado un programa de vida. En realidad, estamos ante un ideal. Y el ideal es como una luz sobre una alta cumbre. Ante esa luz encumbrada se pueden tomar dos actitudes: una negativa, al ver que la luz está tan alta y que yo, cristiano, vuelo tan al ras del piso… Y otra positiva, al pensar que ese ideal será luz del camino que nos permitirá ver a cada instante si procedemos según el espíritu del Señor o según nuestros propios instintos”. Con estas palabras, Ignacio Larrañaga da inicio a este libro escrito hace varios años para uso de los Guías de Talleres de Oración y Vida. Desde entonces, el material aquí incluido ha sido documento de identidad, fuente de inspiración y pauta orientadora para los Guías del mundo entero; en suma, su libro de espiritualidad. Siguiendo las sugerencias de esos primeros lectores, Larrañaga entrega esta obra al público en general. La misma tiene un carácter eminentemente práctico. Se trata, en realidad, de una pedagogía experimentalmente progresiva para una santificación cristificante, individual y comunitaria. “Este libro será el amigo que te alentará en los momentos de abatimiento, te dará la mano después de cada caída, te consolará en tus días desolados y te sanará las heridas. En una palabra: este libro será para ti un instrumento de conversión permanente”, afirma el padre Ignacio Larrañaga.
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