Junto a la Operación Khanjar (Strike of the Sword), Estados Unidos ha intensificado otro tipo de operaciones especiales en Afganistán. Destacan los bombardeos estratégicos realizados por los aviones no tripulados, MQ-1 Predators, MQ-9 Reaper , etc, operados por la CIA y personal militar, que buscan la eliminación de altos dirigentes Talibán y de Al Qaeda, así como sus combatientes, con la ayuda inestimable de agentes y comandos especiales en
tierra, y del avión RQ-4 Global Hawk, entre otros, desde el aire.
Las regiones de Waziristán Norte y Sur, fronterizas con Paquistán, son algunas de las que concentran estos ataques. El realizado este sábado, por ejemplo, se cobró un objetivo importante, el comandante Talibán Abdulá Shah Mehsud, y algunos de sus hombres.

Estos ataques están golpeado especialmente a los hombres del líder Talibán en Paquistán, Baitulá Mehsud, autores del 90 por ciento de los ataques terroristas que ha habido en Paquistán; ataques que sólo en los dos últimos años han matado a más de 2.000 personas. El propio Beitulá es un objetivo prioritario para Estados Unidos.

Estos bombardeos, que se complementan con los realizados por los propios paquistaníes, forman parte de la campaña que impulsó George W. Bush en agosto de 2008, y que el Presidente Barack Obama ha respaldado e intensificado, con el objetivo de golpear los reductos Talibán y de Al Qaeda en la frontera afgano-paquistaní. Desde entonces más de 48 ataques han sido lanzados sobre la región contra este tipo de objetivos.

Una parte importante de la estrategia norteamericana en Afganistán pasa por estos bombardeos estratégicos y las operaciones especiales que se desarrollan en los santuarios Talibán.