Hay iniciativas que pasan desapercibidas entre el aluvión de noticias diarias, pero en contraste con otras marcan mucho más profundamente el futuro de algunas personas y se convierten en la práctica en esas causas que salvan vidas y ofrecen oportunidades.
Esto sucede aún con especial énfasis en los Estados Unidos y durante el pasado mes de agosto lo vimos de nuevo con la puesta en marcha de un plan del alcalde Michael Bloomberg, de Nueva York, para luchar contra la desigualdad que afecta sobre todo a jóvenes hispanos y afroamericanos; un plan que estará dotado con 126,5 millones de dólares de fondos públicos y privados y cuyo objetivo es ayudar a estos jóvenes de Nueva York, con escasos recursos y que afrontan situaciones sociales muy complicadas, para que sus vidas tomen otro rumbo y no terminen en la marginación, la pobreza, la violencia, las drogas y la prisión.

El alcalde Bloomberg vuelve así a dar ejemplo como hay que darlo, impulsando una medida necesaria y justa y lo hace además poniendo de su propio bolsillo 30 millones de dólares para este plan, una cantidad que igualará el inversor George Soros; los restantes 67,5 millones procederán de recursos públicos municipales. De esta forma vemos cómo iniciativa privada y pública pueden combinarse eficazmente para ofrecer soluciones sociales y de futuro, ya que este programa beneficiará a más de 300.000 hispanos y afroamericanos con edades entre 16 y 24 años, una franja decisiva en la que se juega el futuro de todos ellos, pero también la estabilidad de la sociedad en su conjunto.
El plan pretende ampliar las oportunidades para estos colectivos hispanos y afroamericanos, que sufren las mayores tasas de pobreza, de delitos y de desempleo. En la tradición estadounidense siempre han existido este tipo de programas que ayudan a quien más lo necesita para que puedan hacer realidad la promesa de libertad y prosperidad que representa este país, y a la que muchos no pueden acceder por verse atrapados en situaciones extremas y difíciles.

Con este programa de ayudas y oportunidades se intentará cambiar esa dura realidad que nos dice que los negros e hispanos tienen dos veces más probabilidades que uno blanco de crecer en la pobreza, de ser víctimas del fracaso escolar o de estar desempleados. Puede parecer que no es importante para quien ya vive una vida acomodada, pero realmente lo es para miles de esos jóvenes que necesitan desesperadamente de una mano amiga que los ayude de verdad.
Que este programa se ponga en marcha en Nueva York, donde tantos millones de inmigrantes llegaron y llegan anualmente, es todo un símbolo que dice alto y claro que este país no abandona a los desheredados y que el sueño de justicia y progreso arde fuerte en los corazones de gente decente de este país.
El problema de la desigualdad se verá afrontado así de una forma rigurosa a través de este plan, que se prolongará durante tres años, y que representa en sí mismo una forma ambiciosa y global de afrontar los ataques diarios respecto de las disparidades étnicas y raciales, siendo el primero que se desarrolla en Estados Unidos con el objetivo de afrontar los problemas de estos dos grupos de población con políticas y programas específicos sobre educación, salud, empleo y sistema judicial.

Así, por ejemplo, en los programas de educación se van a incluir a cuarenta escuelas de la ciudad que ya han progresado en lograr mayores tasas de graduación en secundaria e incluirá también programas que permitirán mejorar el acceso a las aulas, así como una mayor participación de los padres en la educación de sus hijos, de manera que puedan obtener más oportunidades económicas que a su vez les ayuden a ser mejores padres.
De esta forma, en los próximos años este programa ayudará a jóvenes negros e hispanos a graduarse en la escuela secundaria para poder acceder a una enseñanza universitaria, una actividad de las escuelas que será supervisada de cerca por el Departamento de Educación, que velará por el progresos de estos jóvenes.
De forma adicional también se facilitará el acceso a los servicios sanitarios y de salud reproductiva a estos grupos de población y se promocionará el empleo mediante la inversión de 25 millones de dólares y otros 9 millones en otro programa de becas para que adquieran experiencia profesional, que es la mejor forma de garantizar que sus habilidades se encaucen al mercado laboral.
El programa incluye como una de sus metas reducir la tasa de criminalidad de estos grupos, y les proporcionarán guías de apoyo a los que estén bajo libertad condicional para evitar que vuelvan a delinquir.
Así, con una mentalidad que encaja con la forma estadounidense de hacer las cosas desde siempre, nuevas oportunidades de futuro se abren para miles de jóvenes sin perspectivas. Esto no abrirá informativos ni portadas de prensa, pero a buen seguro que cambiará la vida de muchos, ofreciendo la oportunidad de un futuro mejor. Y eso es más importante que nada, eso es lo que cuenta de verdad y lo que importa a la gente.