Objetivos para el Congreso republicano
Cuando quedan menos de dos meses para las elecciones midterm y todas las encuestas de opinión arrojan un resultado favorable para los candidatos del Partido Republicano, en concreto con excelentes perspectivas de victoria para los que han sido respaldados por Donald Trump, nos asomamos ya a lo que será un Congreso dominado por los conservadores, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.
Las medidas que se han ido adoptando en distintos estados para garantizar la integridad electoral, deben permitir un proceso más transparente que recupere la confianza de los ciudadanos, gravemente dañado por el fraude cometido por los demócratas, con la connivencia del establishment republicano, en las elecciones presidenciales de 2020.
Con el control del Congreso a tiro de piedra, Donald Trump y su círculo de confianza están coordinando con el Partido Republicano, en especial con los candidatos defensores de la agenda America First, varias medidas para lograr unos objetivos básicos.
Cuando ganemos el Congreso en noviembre, algo más que probable, tendremos a nuestro alcance algunas herramientas de investigación y control imprescindibles para garantizar que la Administración Biden no siga erosionando la democracia estadounidense ni perjudicando los intereses de los ciudadanos con sus políticas radicales de izquierda, tal y como está haciendo ahora. Entre ellas, la capacidad de convocar audiencias, emitir citaciones y exigir documentos. Esto será crucial para impulsar los comités de investigación en varios asuntos clave que han sido ocultados por los demócratas.
Estos son algunos de los principales objetivos, aunque no los únicos:
Fraude Electoral
Tras las investigaciones realizadas por diversas organizaciones, como True the vote, entre otras, y las evidencias analizadas por expertos como Kash Patel y otros muchos, sobre las elecciones de 2020, ya no existe la menor duda acerca del colosal fraude que cometieron los demócratas. Resumiendo, los resultados nos dicen que hubo un total de 156 millones de votos contabilizados. Joe Biden obtuvo oficialmente 81 millones de votos, de los cuales 21 millones eran votos ilegales o fraudulentos, por lo que realmente obtuvo 51 millones; por su parte, Donald Trump obtuvo 74 millones de votos legales. Los datos estadísticos oficiales reflejan que había entre 158 y 168 millones de votantes registrados en las elecciones de 2020. Esa cantidad haría de 2020 una cantidad récord de votantes que ejercieron su derecho a votar entre los votantes registrados en comparación con el 67% de participación que hubo en 2016.
Más datos que evidencian el fraude: Trump ganó 18 de los 19 condados más importantes del país, además de los estados de Ohio, Florida y Iowa. Ningún presidente que ha ganado todo eso ha perdido las elecciones jamás. Es matemáticamente imposible. Ahora, esto ha quedado confirmado a la vista de los votos fraudulentos por correo en ausencia y los nuevos recuentos realizados que favorecieron a Biden de una forma que es también imposible estadísticamente. No sólo se trataron de errores puntuales, fue un fraude electoral planeado y generalizado.
El nuevo Congreso republicano tiene la obligación de investigarlo, llevar a los responsables ante la justicia y proponer mejoras para garantizar la integridad electoral. Trump está en lo cierto al denunciar que no podemos ignorar el fraude, que ha sido un fallo de nuestra democracia, y que debemos afrontarlo con medidas rigurosas que salvaguarden el proceso de votación
Hunter Biden
El hijo del presidente, Hunter Biden, y el propio Joe Biden, serán otros objetivos de investigación para el Partido Republicano. Hay varios frentes abiertos en torno a ellos por corrupción de menores, corrupción política, tráfico de influencias, lavado de dinero, venta de favores a países extranjeros como Ucrania y China, etc.
Hasta ahora, la Casa Blanca ha desviado las preguntas sobre los turbios negocios de Hunter Biden y la relación de Joe Biden con ellos y cómo recibió tratos de favor de su padre desde la Casa Blanca.
Las revelaciones encontradas en el ordenador portátil de Hunter Biden, que ha sido autenticado de forma independiente, han expuesto sus extensos tratos comerciales en el extranjero que los demócratas intentaron minimizar y ocultar antes de las elecciones de 2020 con la ayuda inestimable de los medios de comunicación y la prensa aliada del Partido Demócrata. Entre ellos se incluyen ingresos millonarios procedentes de entidades chinas y un puesto bien remunerado en el directorio de una empresa de energía ucraniana.
Los republicanos ya han demostrado interés en llegar al fondo de la cuestión de si alguna de las relaciones comerciales de Hunter Biden creó un conflicto de intereses para Joe Biden cuando se desempeñaba como vicepresidente. Todos sabemos que sí y mucho, mucho más que conflicto.
La retirada de Afganistán
Los republicanos ya se están preparando también para profundizar en la desastrosa retirada de tropas de Afganistán por parte de la Administración Biden el verano de 2021. Se investigarán las deliberaciones entre bastidores que llevaron a una serie de decisiones trágicas y equivocadas sobre dónde concentrar el personal y los recursos estadounidenses en el período previo a la caótica evacuación, entre otros aspectos de la lamentable gestión demócrata.
Recordemos que la Administración Biden decidió entregar el control de la cercana base aérea de Bagram semanas antes de que los ciudadanos estadounidenses y sus aliados quedaran atrapados en un cuello de botella violento en el aeropuerto de Kabul.
Los funcionarios de la Administración de Biden en aquel momento compartieron interpretaciones contradictorias de lo que sugerían los informes de inteligencia sobre la fuerza de los talibanes y la probabilidad de tomar el control del país, así como los mensajes contradictorios del equipo de Joe Biden que evidencian que la Casa Blanca no estableció una buena comunicación sobre la desastrosa planificación y ejecución de la retirada. Los demócratas han enterrado todo acerca de este asunto, pero hay mucho que sacar a la luz sobre lo terriblemente equivocado y mal que se hizo aquella retirada desordenada y sin tener en cuenta la mejor información de inteligencia.
Dr. Anthony Fauci
Es probable que el Dr. Anthony Fauci, que estuvo detrás del asesoramiento en la gestión de la epidemia del coronavirus, sea otro objetivo del Congreso republicano. Su papel destacado en la respuesta a la pandemia con las Administraciones de Trump y Biden le han valido el desprecio de muchos ciudadanos y políticos. Recordemos que el senador por Kentucky Rand Paul encabezó una investigación sobre el conocimiento de Fauci de las acusaciones de que el gobierno chino encubrió una fuga accidental del virus de su laboratorio de virología en Wuhan.
Los republicanos también exigieron respuestas sobre por qué Fauci, en los primeros días de la pandemia, le dijo al público que las mascarillas no detendrían la propagación del virus, sólo para revertir el discurso y promover agresivamente el uso de mascarillas durante el resto de la pandemia.
El perfil público de Fauci lo ha convertido en el rostro de la respuesta a la pandemia que los legisladores republicanos han atacado y es probable que quieran investigarlo exhaustivamente, incluso si todas las líneas de investigación no pasan directamente por él, desde la cooperación con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y sindicatos de docentes hasta la forma en que los CDC han divulgado los datos sobre la eficacia de la vacuna.
En última instancia, se trataría de arrojar luz sobre la epidemia del coronavirus y cómo propició restricciones que han mermado las libertades civiles.
La censura y el sesgo ideológico de las grandes tecnológicas
Los republicanos están haciendo planes para llevar a los principales ejecutivos de las grandes tecnológicas y las plataformas de redes sociales ante el Congreso para responder preguntas sobre cómo han censurado a los conservadores y el sesgo ideológico que aplican. Las Big Tech deberán esperar solicitudes de documentos, citaciones y declaraciones el próximo año.
Los republicanos se centrarán en las prácticas que limitan el alcance de ciertos contenidos críticos con los demócratas, la Administración Biden y los medios de Fake News por motivos ideológicos y partidistas.
Además, los republicanos también se han comprometido a impulsar una legislación que controlaría el poder de plataformas como Twitter, Google, y Facebook; por lo que es probable que sus esfuerzos de investigación alimenten los cambios regulatorios en esta industria.
Crisis en la frontera sur
Es un tema de capital importancia que siempre ha estado en la agenda de Trump y que tiene la capacidad de unificar a los republicanos ante la avalancha de inmigrantes ilegales en la frontera sur, que ha provocado una crisis nacional propiciada por la Administración Biden. Los republicanos ya han sugerido que quieren apuntar específicamente al secretario de Seguridad Nacional, Alexander Mayorkas, así como a las operaciones del Departamento de Seguridad Nacional en general. Algunos republicanos del Congreso también han planteado la idea de acusar a Mayorkas si obtienen una mayoría lo suficientemente amplia.
La decisión de Biden de rescindir la mayoría de las políticas de inmigración de Donald Trump ha derivado en un aumento espectacular de la inmigración ilegal, más de dos millones y medio, y contando, que rápidamente superó los recursos disponibles de la Administración en la frontera, y ha creado un verdadero problema de seguridad nacional, con la entrada de terroristas y criminales entre los inmigrantes sin papeles.
Es más que probable que los republicanos investiguen la estrategia de deportación de la Administración Biden y todos los aspectos de su desastrosa política inmigratoria.
Son sólo algunos de los objetivos del nuevo Congreso republicano en marcha, a los que se añadirán los allanamientos injustificados del Departamento de Justicia y el FBI de Biden, que ha hecho oficial una persecución en toda regla de Trump, sus principales aliados y votantes en su afán de aferrarse al poder. Y que no debe quedar impune.