Es indudable que en las sociedades modernas, tan polarizadas por opiniones distintas sobre temas controvertidos, las decisiones judiciales sientan el gran referente sobre el que construimos la sociedad del mañana.
El pasado 3 de octubre el Tribunal Supremo de Estados Unidos inició su nuevo período de sesiones, en el que se van a estudiar algunos de los casos más controvertidos relacionados con los poderes del Poder Ejecutivo. Entre los temas que es posible que se analicen están la ley de reforma de la salud pública impulsada por el presidente Obama, la ley de inmigración de Arizona y de otros estados, y la acción afirmativa.

Los nueve Jueces decidirán en los próximos meses si atenderán las demandas constitucionales planteadas al principal tema de política interna del presidente Obama, la nueva ley de atención de la salud, cuya mayor parte aún no ha entrado en vigor. Si así fuera, el Tribunal Supremo deberá pronunciarse sobre la constitucionalidad de esta reforma del sistema de salud.
Además, deberán dictaminar también sobre la autoridad que tienen los estados para aplicar sus propias leyes en el ámbito de la inmigración, lo que según la Constitución estadounidense es materia de competencia exclusiva del gobierno federal.

Otros temas importantes sobre los que tendrán que dictaminar son los derechos humanos de los padres adoptivos que son homosexuales, el impacto que tienen los avances de la tecnología y sus límites, los inmigrantes indocumentados y su futuro inmediato, así como si hay lugar a los argumentos orales sobre la acción afirmativa en las universidades, que es una cuota obligatoria de admisión de estudiantes de segmentos minoritarios de la población a los que actualmente se permite el acceso a las instituciones de educación superior, en discriminación positiva con respecto a los estudiantes con altas calificaciones que aspiran a ingresar a las mismas universidades. O si la acción afirmativa debe ser eliminada.

Todos estos temas, que definirán el perfil social de los Estados Unidos en el futuro inmediato, serán sin duda objeto de debate también en las calles, los medios de comunicación y en la campaña presidencial y legislativa de 2012, junto con la economía y la inmigración. Las decisiones del Tribunal Supremo volverán a dibujar desde el ámbito jurídico el tipo de sociedad y país que seguiremos construyendo.