Trump y los veteranos de guerra
Uno de los compromisos más firmes del presidente Donald Trump está relacionado con los veteranos de guerra estadounidenses. En dos años de presidencia, ha hecho más por el bienestar de los veteranos que los cuatro presidentes que lo han precedido. Ha firmado órdenes ejecutivas e impulsado medidas reales para destinar fondos y aprobar nuevas directrices que permitan una mejor y mayor atención a los veteranos.
No se trata de homenajear sólo con bellas palabras, sino de impactar de forma positiva en las vidas de los veteranos, sus cuidados, su reconocimiento, la resolución de sus problemas y afrontar los desafíos que se presentan a este colectivo.
Trump sabe honrar a los veteranos en sus discursos. Lo ha hecho recientemente en el cementerio americano de Suresnes, con motivo de las celebraciones del Armisticio de la I Guerra Mundial, que han coincido con el Día de los Veteranos en Estados Unidos: “Nos reunimos en este lugar de descanso sagrado para rendir homenaje a los valientes estadounidenses (…) los grandes guerreros que dieron todo por la familia, el país, Dios y la libertad». Allí, están enterrados los restos de 1.541 soldados estadounidenses caídos durante la Primera Guerra mundial, parte de los 116.000 norteamericanos que murieron en el conflicto hace un siglo.
Con el apoyo decidido del presidente en el transcurso de estos dos años de presidencia, Trump hace realidad sus palabras con hechos y honra a los veteranos al velar por nuestro deber de preservar la civilización que defendieron y la paz que protegieron los soldados estadounidenses, muchos entregando sus propias vidas en el altar de la libertad. Como Comandante en Jefe en la actualidad, ha tomado el relevo de tan noble tarea para proteger nuestras libertades, tan duramente ganadas, y lo hace con el primer mandamiento: velar por la seguridad y el bienestar de los veteranos que participaron en las guerras estadounidenses.
El compromiso firme del presidente Trump con los veteranos se han materializado en programas importantes canalizados a través del Departamento de Asuntos Veteranos, de forma que se implementaran las órdenes ejecutivas firmadas. Por ejemplo, la destinada a apoyar la atención a la salud mental y dotar de recursos económicos y materiales a los programas de prevención del suicidio durante la transición del servicio uniformado a la vida civil. O los programas que han permitido que el número de veteranos sin hogar haya descendido un 5,4% desde 2017 y mejorado las condiciones de asistencia. O el programa de disponibilidad de servicios médicos con distintos proveedores establecidos.
Desde la creación de los Estados Unidos, casi 50 millones de hombres y mujeres han respondido a la llamada del servicio militar, y casi 20 millones de veteranos viven entre nosotros actualmente. Mientras usted lee estas líneas, se está forjando una nueva generación de veteranos estadounidenses en todo el mundo.
Es evidente que nuestra nación tiene una deuda enorme con aquellos que han vestido el uniforme, una deuda que nunca podremos pagar en su totalidad, pero que podemos esforzarnos para mejorar sus vidas. También es evidente que al igual que los soldados valientes han luchado y luchan por el país y sus ciudadanos, toda la Administración Trump ha luchado por los veteranos como nadie lo ha hecho.
Los patriotas estadounidenses han servido y combatido en el mundo entero. Desde Bunker Hill hasta Belleau Wood y desde el Mar de Coral hasta Kandahar, pasando por Normandía y Hanoi, los militares estadounidenses han derramado su sangre, lágrimas y sudor al servicio de los Estados Unidos. Muchos has perdido la vida en cumplimiento de su trabajo. Por eso, el presidente refuerza los símbolos y la atención a los veteranos. Precisamente, en el pasado Día de los Veteranos, del 11 de noviembre, recordamos vívidamente a los que vinieron a casa, pero tampoco podemos olvidar a los que dieron su vida con devoción por nuestra libertad.
La afirmación del Vicepresidente Mike Pence, padre orgulloso de un Marine, de que “los veteranos no tienen mejor amigo que Trump” es completamente cierta.
Podemos afirmar sin ninguna duda que este presidente y su Administración entienden que los beneficios de los veteranos no son derechos automáticos, sino que se ganan, que se los han ganado a pulso. Son, efectivamente, la compensación continua por los servicios prestados vistiendo el uniforme de los Estados Unidos. La ciudadanía ha sido testigo de este compromiso de Trump desde el inicio de esta presidencia porque desde el minuto uno se han tomado medidas decisivas para cumplir la promesa a los héroes que han servido.
Así, el presidente Trump ha firmado la reforma de salud más importante de los veteranos en una generación, lo que convierte a Veterans Choice en una parte permanente de la ley estadounidense. Y es un hito histórico. Hoy, nuestros veteranos tienen acceso a la mejor atención a nivel mundial en tiempo real, ya sea en un proveedor de atención médica privado o en el Departamento de Asuntos de Veteranos, que ha visto incrementado sus fondos hasta un récord de 73.100 millones de dólares.
Esta ley también mejora la capacidad del Departamento de Asuntos Veteranos para reclutar y mantener a los mejores profesionales de la salud, y dar a los veteranos el acceso a la atención sin cita previa, ampliando las opciones de atención médica, incluidas las opciones para servicios de telesalud y salud mental.
Además, el presidente Trump ha tomado medidas para responsabilizar al VA, al firmar la Ley de Protección de Responsables y Denunciantes de los Veteranos. Desde que el pueblo americano eligió a este presidente, más de 4.200 empleados de VA han sido despedidos, suspendidos o degradados por comportamiento negligente. Lo que da cuenta de la estricta supervisión que se está llevando a cabo.
Esta Administración ha promulgado la Ley de Modernización y Mejora de las Apelaciones de Veteranos, que mejorará los esfuerzos para brindar beneficios retroactivos a los veteranos de Estados Unidos. El VA ya ha identificado y pagado más de 115 millones de dólares en el último año.
No son los únicos avances logrados. También hemos conseguido terminar con la falta de vivienda para veteranos. Gracias a las reformas efectuadas en el VA y el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, casi 54.000 veteranos encontraron vivienda permanente y acceso a servicios de apoyo el año pasado. Una cifra que sigue incrementándose.
El presidente Trump, que trabaja incansable en el Despacho Oval mientras la prensa y los medios progres escarban en basura sin relevancia, ha tomado medidas destinadas a aumentar las oportunidades para los veteranos después de su regreso a la vida civil, incluso mediante la mejora y la expansión del proyecto de ley GI, posterior al 11 de septiembre, para un beneficio de por vida.
Los veteranos ya perciben estos progresos históricos. Las acciones de la Administración Trump están teniendo un impacto real en los hombres y mujeres que se han sacrificado por nuestro país. Lo vemos en avances reales: los tiempos de espera de atención médica han disminuido, la responsabilidad del Departamento de Asuntos Veteranos ha aumentado y, en esta Administración, el desempleo entre los veteranos ha alcanzado su nivel más bajo en casi dos décadas. Esto sí es progreso.
Esta presidencia no deja de honrar a nuestros veteranos asegurándose de que reciban los beneficios que tan duramente han ganado, sino que también los honra apoyando a los hombres y mujeres que sirven hoy en las Fuerzas Armadas.
El presidente Trump ha promulgado la ley con la mayor inversión en nuestra defensa nacional desde la presidencia de Ronald Reagan, y lo hizo con el apoyo de las organizaciones de veteranos de todo el país. De esta manera, Trump cumple su compromiso de entregar a los soldados, marineros, aviadores, infantes de marina y guardacostas los recursos y la capacitación que necesitan para cumplir su misión.
Más que ningún presidente en las últimas tres décadas, Donald Trump está haciendo posible que los Estados Unidos de América sigan siendo la tierra de los libres gracias a que continuamos siendo el hogar de los valientes de verdad.
Los hombres y mujeres que han servido en nuestras fuerzas armadas son los más valientes, y Trump está haciendo su parte para honrar su servicio y apreciar su sacrificio. Todos estamos haciendo nuestra parte.
Un día, si Dios y el pueblo americano quieren, en 2024, estaremos diciendo al presidente Trump también: “Gracias por su servicio en nombre de una nación agradecida”. Un servicio a la altura de los veteranos.