American Ballet Theatre
Estados Unidos es uno de los países donde mejor se puede desarrollar una carrera en ballet clásico y danza, por las compañías importantes que hay y por la tradición norteamericana de cuidar el talento. Es aquí también donde el público paga generosamente por asistir a buenas actuaciones, a diferencia de lo que ocurre por ejemplo en España, donde dejan morir el talento autóctono, lo marginan a base de envidias o permiten que emigre obligatoriamente si quiere prosperar.
En Estados Unidos el American Ballet Theatre, establecido en Nueva York, es la compañía que ha conservado de forma encomiable la tradición del ballet clásico en este país, sin olvidar el patrocinio artístico a la creación de nuevas coreografías, que lo han convertido en uno de los mejores y más activos del mundo.
El American Ballet Theatre (ABT) fue originalmente fundado en 1937 como el Mordkin Ballet, y luego se reorganizó en 1940 con su nuevo nombre como Ballet Theatre, bajo la dirección de Lucia Chase y Rich Pleasant. En 1956 se convertiría en el American Ballet Theatre, y desde entonces ha conservado el nombre. La Ópera del Metropolitan en Nueva York es ahora la residencia del American Ballet Theatre. El ABT fue declarado compañía nacional de ballet de Estados Unidos por el Congreso federal en el año 2006, está reconocido por los profesionales del sector como una de las compañías de danza de mayor prestigio del mundo por su envergadura, influencia, talento y proyección artística. Se fundó con el propósito de desarrollar un repertorio de ballet clásico, pero también para promover nuevas piezas por jóvenes coreógrafos, lo que le han convertido con los años en uno de los ballets más dinámicos y creativos. Su repertorio incluye títulos como El lago de los cisnes, La bella durmiente, Giselle, obras de principios del siglo XX como Apollo, Les Sylphides, Jardin aux Lilas y Rodeo, y piezas consagradas contemporáneas como Airs, Push Comes to Shove y Duets, entre otras muchas de gran calidad artística. El American Ballet Theatre realiza giras anuales muy exitosas por Estados Unidos, en las que ha actuado ante más de 600.000 espectadores y también ha hecho más de treinta giras internacionales en cuarenta y tres países, patrocinado en muchas ocasiones por el Departamento de Estado.
Han sido muchos los coreógrafos que han montado obras para el ABT, entre ellos George Balanchine, Adolph Bolm, Michel Fokine, Léonide Massine y Bronislava Nijinska. Antony Tudor, el coreógrafo británico, hizo su debut estadounidense con la compañía. Agnes de Mille montó la mayoría de sus trabajos de ballet con el ABT. Entre otros están Jerome Robbins, Twyla Tharp y Alvin Ailey. La producción del ABT de 1976 de El Cascanueces, estelarizada por Mikhail Baryshnikov y Gelsey Kirkland, fue televisada en 1977 y se ha convertido en un clásico de la TV. O la versión de Don Quichotte, que mantiene la compañía en su repertorio desde 1978, que marca el alto nivel que se autoexige el American Ballet Theatre a la hora de preservar el legado de los grandes títulos del ballet tradicional y que es un clásico que pone a prueba el estilo, la técnica y la elegancia de los mejores solistas y las mejores compañías. Hoy el ABT anima al desarrollo de la danza y la coreografía al tener una sesión veraniega de cuidados intensivos para jóvenes a lo largo del país. También, la Jacqueline Kennedy Onassis School enseña el estilo específicamente usado para el ABT.
Si la marca de un país se mide por distintos parámetros, que efectivamente así es, ésta debe incluir necesariamente elementos culturales. Estados Unidos es tecnología de vanguardia, calidad en sus productos, profesionalidad en su gestión, deporte de elite, las mejores fuerzas armadas del mundo, los servicios de inteligencia más competitivos y completos, y también, y no menos importante, cultura con mayúsculas. Dentro de la marca USA encontramos al American Ballet Theatre, garantía de calidad en ballet clásico. Ojalá que países como España, con enorme talento en danza clásica y contemporánea, sepa canalizar también el mismo para convertir su marca España en algo más que turismo barato de botellón, diversión etílica y juerga nocturna. Pero eso es algo que no sucederá, por poner un ejemplo, mientras la gente no llene las salas para ver sus compañías de danza clásica y eleven sus estándares de cultura general. Es sintomático que una de las grandes estrellas del American Ballet Theatre durante años fuera el español Ángel Corella, aclamado y encumbrado con esta compañía mientras España se pierde en una sucesión de realities chabacanos y el nivel cultural de una mayoría desciende a los abismos.
Aquí tienen algunas representaciones del ABT para que las disfruten en estos días navideños y siempre.
American Ballet Theatre’s The Nutcracker
Swan Lake Finale
Michele Wiles & Cory Stearns American Ballet Theatre Swan Lake 201
DON QUIXOT, American Ballet Theatre (2012-13)
El Corsario. Angel Corella, Julie Kent & Ethan Stiefel. ABT. (1999).
American Ballet Theatre Giselle 1969 (Complete)
Michele Wiles & David Hallberg of American Ballet Theatre 2002 Varia
ABT, Vasily Vainonen – «The Nutcracker» (1977)-Mikhail Baryshnikov,Gelsey Kirkland
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