Trump lucha por una reforma constitucional para evitar nuevos fraudes electorales
Donald Trump ha vuelto a poner el foco de atención en el tema más importante que afecta a los Estados Unidos. Con una franqueza y una valentía que sólo los grandes líderes son capaces de desplegar, se ha enfocado en la integridad electoral y la necesidad de reformas constitucionales para destituir a un candidato que roba las elecciones presidenciales mediante trampas y fraudes. Sus palabras fueron automáticamente tergiversadas por los medios en otra ola de mentiras y manipulaciones, pero no por ello deja de tener razón en el fondo del asunto.
Su planteamiento es adecuado y oportuno a la vista de las nuevas confirmaciones de fraude y manipulación que han surgido procedentes de los archivos desvelados de Twitter. Desde luego no es un debate fácil, pero sí necesario para comprender la gravedad de lo sucedido y la importancia de adoptar medidas que eviten que vuelva a suceder. De esta forma, Trump Trump ha abierto el debate más importante en la política estadounidense: la necesidad de enmendar la Constitución para subsanar una elección amañada o la intervención del Tribunal Supremo para hacerlo posible vía repetición de la votación o la reinstalación del presidente legítimo que ganó. Algo que ahora no es posible y que ha derivado en que tengamos un presidente (Biden) que ha sido certificado ilegítimamente, ya que su “victoria” fue producto de un fraude en varios estados decisivos. El país está soportando un descrédito enorme por esta causa y una pérdida de confianza en las instituciones y en la democracia misma, gravemente dañada. Se precisa una solución urgente.
Trump está haciendo historia al igual que hizo Lincoln cuando suspendió el Habeus Corpus y la Constitución por un bien mayor para la nación. Al luchar con firmeza por la integridad electoral para evitar fraudes masivos y colocar la legitimidad de la presidencia como el problema número 1, está demostrando que es el candidato presidencial adecuado para el país y el único capaz de conseguir una solución.
Este tema ha vuelto a poner de manifiesto el nivel de mentiras y manipulaciones de las que son capaces los medios corporativos con tal de desprestigiar y atacar a Trump. Se pasan el tiempo con noticias falsas tratando de convencer a la gente de que dijo que quería ‘terminar’ con la Constitución, cuando eso no es el fondo del asunto ni se plantea.
Otra mentira más en el haber de los medios y de esos periodistas vendidos a otros intereses que no son la libertad de prensa ni la verdad. Se lo apuntamos en su cuenta de engaños junto a la colusión rusa y el resto de acusaciones falsas que han hecho y siguen haciendo. Su descrédito ya es total.
Las revelaciones de los archivos de Twitter han puesto evidencias de sobra sobre
la interferencia electoral de las grandes tecnológicas, que se confabularon con el Partido Demócrata y los medios de comunicación antes y durante las elecciones presidenciales de 2020 para ocultar información que perjudicaba a los Biden y censurar todas aquellas noticias favorables a Trump.
Ante las nuevas evidencias que respaldan las afirmaciones de fraude, Donald Trump abrió la caja de los truenos con esta declaración:
“Entonces, con la revelación de FRAUDE Y ENGAÑO MASIVO Y EXTENDIDO al trabajar en estrecha colaboración con las grandes empresas tecnológicas, el DNC y el Partido Demócrata, ¿lanzan los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 y declaran al GANADOR LEGÍTIMO, o tienen ¿NUEVAS ELECCIONES? Un Fraude Masivo de este tipo y magnitud permite la terminación de todas las normas, reglamentos y artículos, incluso los que se encuentran en la Constitución. ¡Nuestros grandes ‘Fundadores’ no querían, y no aprobarían, Elecciones Falsas y Fraudulentas! En pocas palabras, si una elección es fraudulentamente irrefutable, debe ir al ganador legítimo o, como mínimo, ser repetida. Donde está involucrado el fraude abierto y declarado, no debe haber un límite de tiempo para el cambio”.
Estas palabras pueden ser el revulsivo que la democracia estadounidense necesita en este momento y reflejan el liderazgo de Trump en el tema más importante y con más largo alcance. Millones de ciudadanos claman por conseguir que la Constitución o la Justicia pongan una solución al enorme problema del fraude electoral.
No hay mejor defensa de la Constitución que defenderla de quienes la vulneran con fraudes escandalosos y la atacan continuamente con la aprobación de leyes inconstitucionales. En este sentido, de nuevo es Trump quien presta un mejor servicio a este país y a la Constitución misma.
Trump hizo un juramento de «preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos», no un sistema que tolera un fraude electoral tras otro y le roba a la gente su voto con total descaro. Levantar la voz y exigir y plantear medidas que fortalezcan la Constitución y el sistema democrático, sí es el mejor servicio que Donald Trump puede hacer a los Estados Unidos y a su pueblo.