En racha
Barack Obama y John McCain están en racha y con la suerte de cara. En las primarias de Wisconsin, celebradas ayer, el primero ha ganado con un 58% de los votos frente a Hillary Clinton con un 41% (con el 99% escrutado); por su parte, el segundo ha ganado con el 55% de los votos frente al 37% de Mike Huckabee (con el 99% escrutado).
Los Republicanos, que celebraron primarias en el Estado de Washington también, han concedido la victoria a John McCain con el 49% de los votos frente al 21% de Huckabee (con el 56% escrutado). Allí, Obama lleva 50% frente al 47% (con el 57% escrutado).
En los caucus demócratas de Hawai va ganando Obama con el 76% de los votos frente al 23% de Hillary (con el 51% escrutado). De nada le ha servido a Hillary enviar a su hija Chelsea a hacer campaña a las islas (debería haber ido ella, que es la candidata, y no alguien que comunica menos que su madre).
La diferencia de 17 puntos que ha sacado Obama a Hillary en Wisconsin, representa otro varapalo duro para la campaña de ésta, cuyo equipo no esperaba perder por tanta diferencia. La derrota es más sangrante porque Clinton ha intentado en los últimos días desesperadamente acortar distancias con fuertes inversiones en publicidad y nuevos mítines. Con la derrota confirmada en las urnas, Hillary sigue en su huida hacia delante, intentando ignorar la derrota mientras sigue campaña en Ohio. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Y Hillary tiene graves problemas de estrategia y comunicación que no está afrontando adecuadamente.
El análisis de la primaria de Wisconsin nos deja unos datos que favorecen claramente a Obama frente a Hillary, y no sólo por el porcentaje de votos de diferencia. Si tenemos en cuenta que 9 de cada 10 votantes demócratras en este Estado de los Grandes Lagos son blancos, comprobamos que Obama ganó entre los hombres con un 60% de los votos, entre las mujeres Hillary apenas pudo imponerse levemente, tras una espectacular remontada de Barack, que es una tendencia a nivel nacional. Y lo más duro para Hillary, tampoco le han votado como esperaba los votantes con ingresos de menos de $50.000 y pocos estudios, lo que solía ser su reducto de votos.
Su estrategia, abocada a depender todo de Estados como Texas y Ohio, y en particular del voto hispano, le está poniendo contra las cuerdas. Recuerda esa estrategia fallida de Giuliani de esperar a Florida. Ya sabemos cómo le fue al ex alcalde de Nueva York. Es lo que suele pasar en este país cuando no se transmite y se desprecia a millones de votantes y Estados no considerados de los grandes, pero que tienen igual valor. Se termina pagando el precio de la derrota. La prepotencia con que ha actuado la campaña de Hillary Clinton le está pasando factura vía urnas y ciudadanos cabreados, e ilusionados con el mensaje y la persona de Obama.
Para colmo de males, el Senador por Illinois ya le ha dado alcance en Texas, lo que podría suponer la puntilla definitiva.
Aunque Hillary cuenta aún con el papel a jugar por los Superdelegados en la Convención (796), su margen de actuación se estrecha ante el avance imparable de la marea Obama, que sigue ganándose la nominación limpiamente Estado a Estado y con amplias victorias.
En el frente Republicano, John McCain, con la nominación en el bolsillo, una vez alcanzados los 1191 delegados necesarios (incluyendo los de Romney), autodeclarado candidato presidencial en Ohio, y recogiendo apoyos diariamente, se puede centrar en la campaña para noviembre. Ya lo está haciendo, reorganizando su campaña y recaudando nuevos fondos, que le serán muy necesarios. Asismimo, empieza a hacer declaraciones con un perfil claramente presidenciable y responsable. Por ejemplo, el pasado domingo en el programa de la ABC “This Week»,declaró “no more taxes” (no más impuestos), comprometiéndose a no subir los mismos y bajarlos en lo posible para reactivar la economía.
La carrera presidencial entra en una nueva etapa, para los Demócratas crucial en la elección de su candidato.