El plan de Trump contra la agenda socialista global
Entre los nuevos planes que Donald Trump y su equipo de colaboradores está ultimando de cara a las elecciones de 2024, hay un objetivo esencial: drenar el pantano de corrupción de Washington D.C. y detener la agenda socialista global que están imponiendo en Estados Unidos y en el mundo.
Con este fin, Trump ha anunciado un plan para derrotar a los globalistas que defienden dejar a Estados Unidos en último lugar y que están incrustados en el Estado Profundo, el Pentágono, el Departamento de Estado, las agencias de inteligencia y el complejo industrial de seguridad nacional. Para ser justos, no todos esos estamentos están podridos, ya que hay muchísima gente honorable y respetable que trabaja en ellos, pero también hay traidores, desleales y corruptos.
Trump es el único que tiene la voluntad y puede llevar a cabo semejante trabajo. Fue el presidente que lideró la nación durante cuatro años de paz con su política de defensa a través de la fuerza militar y el único presidente en décadas que no inició una guerra durante su mandato, sino que las fue terminando. Rechazó el consejo erróneo de muchos de los burócratas, militares y diplomáticos de Washington a los que sólo les interesa meter a Estados Unidos en conflictos innecesarios para ganar dinero o influencia de una u otra manera.
La debilidad de la Administración Biden, guiada por asesores cuyos intereses a menudo no son los del pueblo estadounidense, ha llevado a Estados Unidos a implicarse hasta las trancas en la guerra de Ucrania. Una implicación innecesaria y equivocada. Y con ella, acercarnos aún más a una Tercera Guerra Mundial en confrontación con Rusia y China.
Ante este feo panorama creado por los defensores de la agenda socialista global, Trump ha dado un paso al frente y se ha comprometido a purgar a los cabilderos que actúan en Washington D.C. y a ciertos contratistas de defensa para que no empujen a nuestros militares y personal de seguridad nacional hacia guerras innecesarias tan sólo para su propio beneficio financiero.
Nadie como el propio Trump para explicar la situación con esa sencillez habitual suya para que todo el mundo lo entienda: “Durante décadas, hemos tenido a las mismas personas, como Victoria Nuland y muchas otras como ella, obsesionadas con empujar a Ucrania hacia la OTAN, sin mencionar el apoyo del Departamento de Estado a los levantamientos en Ucrania. Estas personas han estado buscando la confrontación durante mucho tiempo, como en el caso de Irak y otras partes del mundo, y ahora estamos al borde de la Tercera Guerra Mundial. Y mucha gente no lo ve, pero yo sí lo veo. Echen un vistazo a los donantes globalistas que respaldan a nuestros oponentes demócratas. Eso es porque son candidatos de la guerra. Soy el candidato a presidente que entrega la paz, y es paz a través de la fuerza. Había una razón por la que no teníamos conflictos, había una razón por la que no entramos en guerras, porque otros países nos respetaban”.
Hay que añadir otra razón de peso y es que Trump siempre actuó en beneficio de los ciudadanos y del país, no de esa gente corrupta que sólo busca enriquecerse a cualquier precio y mantener sus cómodas poltronas. Lo cierto es que todos los males de los que los medios acusaban a Trump que sucederían con él, nunca sucedieron, pero sí se están produciendo durante la Administración Biden. Tanto es así que la Tercera Guerra Mundial nunca ha estado más cerca de lo que está ahora. Por eso necesitamos limpiar el sistema de los globalistas de izquierda que siguen operando en Estados Unidos y en el mundo.
La guerra de Ucrania no se hubiera producido de haber estado Trump en la Casa Blanc, y podemos afirmar con razón que los fraudes electorales tienen consecuencias. Y, en este caso, muy trágicas.
El objetivo de Trump para su segundo mandato es deshacernos del estabhlisment globalista corrupto que ha determinado muchas de las principales decisiones de política exterior durante décadas, y que sigue actuando y moviendo al gobierno de Biden, y sustituirlo por personas que apoyen los intereses estadounidenses en primer lugar.
No podemos olvidar lo hecho durante los cuatro años de Trump en la Casa Blanca, cuando conseguimos un enorme progreso al dejar a un lado a todos los corruptos que defienden América la última y pudimos conseguir un mundo más pacífico. Este es el momento de completar la misión y acabar definitivamente con ese Estado Profundo que trata de gobernar en la sombra y muchas veces lo consigue. Si Trump consigue volver a la Casa Blanca, hará una limpieza en profundidad en el Departamento de Estado, el Pentágono y el establishment de seguridad nacional, se deshará de la agenda socialista global, y pondrá al frente a un nuevo grupo de alto rango de seguridad nacional verdaderamente competente que defienda los intereses vitales de Estados Unidos por encima de todo lo demás.