Felinos amenazados
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha lanzado una nueva alerta referida a los felinos: casi la mitad de las 36 especies de felinos que viven en estado salvaje en el mundo están amenazadas, entre ellos: el lince ibérico, el gato andino, la pantera de las nieves, el gato de Borneo, el leopardo tigre o tigrillo, el guepardo, el gato pescador y el gato de cabeza plana.
Tesoros biológicos de incalculable valor ecológico, cuya pérdida sería irreparable y un auténtico crimen. No sólo por la belleza de estos felinos, verdaderos prodigios animales, sino también por sus funciones en los hábitats en los que viven.
Para determinar la situación de estos felinos que viven en estado salvaje, un equipo de científicos ha revisado la literatura especializada existente sobre la principal amenaza para estos mamíferos: la pérdida y fragmentación de sus hábitats. Los resultados se publican en la revista científica Oryx. Aunque la producción de trabajos científicos es elevada –en el pasado enero, por ejemplo, se han publicado unos 60.000 artículos científicos–, los investigadores sólo pudieron seleccionar un total de 162 estudios que evaluaron las amenazas que sufren los felinos. Los grandes lobbys mundiales hacen todo lo que pueden por silenciar la situación mientras desvían el interés de la población hacia temas insustanciales y cada vez más sensacionalistas.
Esto es importante porque sin los suficientes estudios rigurosos y científicos que aporten datos contrastados y verificados, es imposible articular estrategias de conservación eficaces y adoptar medidas útiles que eviten la extinción de miles de felinos. Mientras las Administraciones y los intereses privados en todo el mundo se vuelcan con tonterías sobre igualdad de género, la influencia de la patata en la dieta occidental y demás sandeces, gastando millones de dólares o euros, la falta de recursos económicos y humanos, herramientas tecnológicas y estudios científicos en torno a los felinos, es escandalosa y peca de una falta de conocimiento que raya en lo planificado para evitar que se puedan adoptar políticas conservacionistas.
Ese desconocimiento afecta en especial a los efectos adversos de la pérdida y fragmentación de los hábitats felinos, la falta de una adecuada financiación para investigación y protección, y la inoperante comunicación entre gestores, políticos, investigadores y asociaciones ecologistas.
Si bien, en Norteamérica y Europa es donde se realizan el mayor número de investigaciones y se adoptan medidas de conservación; por ejemplo: el lince en España, el puma en Estados Unidos y Canadá y el jaguar en Sudamérica, resulta preocupante la falta de investigación en algunos países con menos recursos económicos, en los que se desconoce el efecto real de la amenaza sobre 16 especies de felinos. Es el caso del gato andino (Leopardus jacobita), el gato de Borneo (Pardofelis badia), el gato de cabeza plana (Prionailurus planiceps) y el gato pescador (Prionailurus viverrinus), que están en peligro de extinción y de los que existen muy pocos estudios y medidas de conservación.
Los datos científicos son vitales para desarrollar planes de conservación que tengan éxito para las especies felinas en riesgo, de ahí la necesidad de alertar sobre esta cuestión y acelerar los estudios en marcha e impulsar otros. De las especies estudiadas hasta ahora, se desprende que habilitar corredores ecológicos para conectar grupos o ejemplares de especies aisladas, es una medida vital para potenciar la conservación. Financiar estos corredores ecológicos es imprescindible y una prioridad.
Otros campos de investigación que requieren atención inmediata son la diferenciación de la pérdida de hábitat de los efectos de la fragmentación usando escenarios teóricos; la selección de las áreas prioritarias para la conservación, y el análisis de las consecuencias de la pérdida de hábitats.
El estudio publicado concluye que los conservacionistas de los felinos deben empezar a diseñar más proyectos teóricos y a aplicar las nuevas herramientas y metodologías disponibles en la investigación sobre el paisaje y la vida salvaje.
Activar programas de conservación de felinos es hoy por hoy una de las grandes causas justas y a la que menos atención se presta.