Trump en modo presidencial
El tiempo para la toma de decisiones en el Despacho Oval se ha acelerado, y eso que no iba lento ni mucho menos. Con más de 300 promesas cumplidas, el presidente Trump aborda estos meses de primavera y verano de 2019 con una actividad constante e imparable, que se traduce en diferentes decisiones que afectan a varios ámbitos importantes.
Primero: los aranceles comerciales. A Trump no le ha vuelto a temblar la mano n subir los aranceles a productos chinos hasta un 25% en el caso de no llegar a un acuerdo comercial beneficioso para ambos países. Con este presidente no cabe el aprovechamiento de Estados Unidos. Los beneficios de los aranceles, que podrían superar en breve los 100.000 millones de dólares, e incluso alcanzar los 500.000 millones si los aranceles se extienden durante más tiempo, repercutirán de forma ventajosa en la economía americana mediante las inversiones de ese capital en compras a los agricultores americanos, infraestructura, atención médica, ayuda humanitaria, etc.
La guerra de los aranceles se puede extender a la Unión Europea si ésta no se aviene a acuerdos comerciales más justos y equilibrados.
Segundo: el sistema de salud nacional. Trump está trabajando a degüello para resolver algunos de los grandes problemas de la sanidad estadounidense. Sus decisiones recientes dan motivo para la esperanza. El presidente pondrá fin a la práctica de la facturación médica sorpresa, de manera que los hospitales y las compañías de seguros serán responsabilizados por ello. Trump quiere que el Congreso proteja a los estadounidenses de las enormes facturas hospitalarias en que incurre un paciente visitado por médicos fuera de su red de atención médica. Además, impulsa una nueva normativa que requiere que las compañías de medicamentos divulguen los precios en anuncios de TV en un esfuerzo por abaratar los elevados precios para los ciudadanos.
Tercero: el empleo. Trump no olvida ni un solo día su promesa de convertirse en el presidente mayor creador de empleo de la historia. Va camino de lograrlo con casi 6 millones de empleos nuevos desde que llegó a la Casa Blanca. Las vacantes de empleo en Estados Unidos ascienden a 7.490.000 con el mercado laboral más sano y fuerte que nunca. El desempleo desciende en todos los sectores: hombres, mujeres, blancos, negros, hispanos, asiáticos, veteranos… El desempleo para veteranos de Iraq y Afganistán, por ejemplo, desciende hasta el 1,7%, aún más bajo que el el 2, 7% de los veteranos en general. Un logro del presidente que más apoya a los veteranos.
Entretanto, las reducciones fiscales de Trump permiten que más de 30 millones de pequeñas empresas americanas empleen a más de un tercio de la fuerza de trabajo del país. O sea, empleo privado y de calidad con alta remuneración.
De los casi 6 millones de nuevos empleos, 500.000 de ellos lo han sido en la manufactura y 700.000 en la construcción. Sectores dinámicos y claves de la economía que los demócratas habían dado por perdidos. Trump los está recuperando y fortaleciendo la economía de forma más vigorosa.
Cuarto: política exterior. Con Trump los temas internacionales no se alargan innecesariamente. Si el enemigo es Irán, ¿para qué vamos a marear la perdiz? El presidente firma una orden ejecutiva para aplicar nuevas sanciones contra Irán en el sector de los metales industriales (hierro, acero, aluminio y cobre) la mayor fuente de ingresos por exportaciones (10%) del régimen de los ayatollahs después del petróleo, y ordena al Pentágono reforzar el despliegue estadounidense en el Golfo Pérsico para disuadir a Irán de hacer tonterías bélicas mediante batería de misiles Patriot tierra-aire, buque de asalto anfibio USS Arlington, cuatro bombarderos B-52, portaaviones USS Abraham Lincoln, marines, helicópteros de transporte Sikorsky CH-53E Super Stallion…. En fin, el arsenal habitual para hacer frente a fanáticos de distinto pelaje y que es mano de santo.
Como hay que cuidar a los aliados realmente comprometidos y Trump es leal con ellos, designará el 7 de junio a Brasil aliado militar estratégico de Estados Unidos fuera de la OTAN; será el segundo tras Argentina en Latinoamérica y décimo octavo del mundo. Un estatus que permite la entrega de artículos excedentes de defensa y la organización de maniobras militares conjuntas.
Quinto: Inmigración. Trump está cambiando el sistema de inmigración roto y antiguo de lotería de visas por un sistema real y moderno basado en los méritos donde los mejores y más capacitados para cada empleo puedan emigrar con garantías, sin caer en bolsas de pobreza o quedar como carga para el estado.
Para hacer frente a la emergencia nacional en la frontera sur, que se sigue agravando (en sólo 7 meses se han superado el número de aprensiones fronterizas para cada año fiscal desde 2009. 109.000 inmigrantes detenidos en la frontera en abril, la cifra más alta desde 2007. Un aumento del 591% desde abril de 2017. Un 40% de agentes fronterizos se encargan de procesar y atenderlos), Trump ha ordenado al Pentágono reforzar en la frontera con 4.000 soldados y 19 aeronaves de apoyo al personal de Aduanas y Protección Fronteriza. Además, ha ordenado con efecto inmediato que el Pentágono destine 1.500 millones de dólares para seguir construyendo más de 256 millas del muro en la frontera sur, de las que 63 millas estarán completadas en octubre.
Y así, con un Trump en modo presidencial, tomando decisiones rápidas y acertadas, sigue creciendo el entusiasmo por su reelección en 2020. De hecho, el equipo del presidente prepara la incorporación de nuevos talentos para reforzar esta campaña en los decisivos estados del Medio Oeste y Florida.
Mientras los medios progres van por un camino imaginario, inventándose historias para destruir al presidente, Trump lleva a Estados Unidos a sus mejores cotas de prosperidad, estabilidad, crecimiento económico, empleo, independencia energética, influencia exterior y seguridad. No está nada mal cuando abordamos en breve este verano de 2019 lleno de desafíos.