Potenciales amenazas militares rusas
Las amenazas terroristas procedentes de los yihadistas radicales de Daesh y Al Qaeda eclipsan muchas veces las amenazas militares que tenemos en el escenario global, que son unas cuantas y bastante graves.
La expansión y la política agresiva del ejército ruso es una de las más preocupantes en la actualidad. Los informes de inteligencia son claros: una nueva generación de militares rusos con altas capacidades militares, tecnología sofisticada y unas directrices políticas intervencionistas, configuran al ejército ruso como una amenaza potencial para la seguridad nacional de Estados Unidos, que debe combatirse desde ya con medidas concretas que se especifican en estos informes (secciones clasificadas y de acceso restringido para personal militar de alta graduación y oficiales de inteligencia con el más alto nivel de seguridad). O sea, traducción: que no se la puedo poner aquí.
En los últimos años, la política laxa en defensa de la Administración demócrata de Obama deja un regalito envenado al próximo presidente, misión: noquear y bloquear el poder del ejército ruso, cuya expansión sigue viento en popa. Nada ni nadie ha impedido su intervención en Siria, donde ha podido experimentar con nuevas capacidades militares. Ya lo hicieron en Ucrania y Crimea también, donde la combinación de sistemas aéreos no tripulados, ciberataques y una ofensiva en guerra electrónica nos abrió los ojos a la sofisticada tecnología rusa de combate.
En la comunidad de inteligencia estadounidense no ha pasado desapercibida la efectividad de la intervención del ejército ruso en Ucrania y Siria con un ejército que dispone de artillería, tanques y aviación avanzada.
Rusia ha desplegado una guerra híbrida que combina el poder militar con la influencia política para mover sus intereses en distintas zonas del mundo. El peligro de una amenaza militar rusa se ha incrementado hasta niveles preocupantes porque las autoridades de Moscú no vacilan en aplicar ese poder militar cuando les conviene.
Estados Unidos necesita reaccionar inmediatamente con una nueva política de defensa enfocada a Rusia, o el riesgo de una guerra global masiva inevitable será real y una posibilidad cierta en el horizonte.
Desde la inteligencia estadounidense se han lanzado continuas alertas sobre la ventaja que está adquiriendo Rusia en áreas como los vehículos blindados y en otro armamento. Las provocaciones rusas hacia Estados Unidos, mediante acciones de cazas, helicópteros, barcos de guerra, etc, se incrementan cada año y se hace necesario detener esas bravuconadas con firmeza.
Numerosos informes de la inteligencia estadounidense y del Pentágono alertan sobre la necesidad de tomar decisiones para detener el poder militar ruso, en concreto su expansión global, que amenaza al mundo con conflictos bélicos de impredecibles consecuencias (y nada buenas).
En este escenario, nuevos enfrentamientos con una beligerante Rusia, que tiene un potencial militar que ha crecido enormemente y adquirido capacidades superiores en cohetes, artillería, misiles, drones, minas indetectables, munición, etc, son más que probables.
Estados Unidos necesita despertar de su sueño Obamita y hacer frente a un peligro que se ha hecho muy poderoso en estos años, y ya lo ha demostrado: ese peligro se llama Rusia.