Guepardo asiático
Es una de las especies más amenazadas del planeta y un prodigio de la naturaleza que se encuentra al borde de la extinción: el guepardo asiático sufre una situación verdaderamente alarmante de la que los grandes medios no dan cuenta.
Cincuenta es el número de ejemplares de guepardo asiático que sobreviven en el mundo. Cincuenta. Ha leído bien. Para que la humanidad se lo haga mirar. Para tomar medidas drásticas y dedicar algo del dinero que se derrocha en tonterías a la causa de su conservación. Hasta hace unos años la población de este elegante y hermoso felino se extendía por Asia, desde Arabia Saudí hasta la India. Hoy, cuando la mediocridad y la ignorancia social avanzan a pasos agigantados de la mano de una prensa progresista que sólo busca el entretenimiento fácil y la manipulación desvergonzada, sólo lo encontramos en Irán, si bien, su situación en este país tampoco es nada halagüeña.
La extinción del guepardo asiático se ha enconado. De estar presente en casi todo Oriente Medio a limitar su presencia a siete provincias iraníes: Yazd, Semnan, Kerman, Isfahan, Sur-Khorasan, Razavi-Jorasán, y Khorasan. Con ser esto grave, no es lo único, ya que resulta de lo más preocupante que de las escasas decenas de guepardos asiáticos que sobreviven, tan solo unas pocas son hembras. Además, en Irán sólo existe una pareja de estos felinos – Koushki y Delbar – viviendo en cautividad, en el Parque Pardistán. Lo cual dificulta la reproducción de la especie, que es más complicada que en otros felinos. De hecho, la reproducción del guepardo asiático en cautividad es muy difícil. La tasa de éxito es menor del 30%. Y métodos como la inseminación artificial resultan menos efectivos en los guepardos que en otros felinos.
Las causas de la desaparición del guepardo asiático son variadas. A la dificultad de su reproducción, debemos añadir la destrucción progresiva de su hábitat natural, provocada por la construcción de minas y carreteras; el hecho de que muchos ejemplares mueren atropellados en carreteras y caminos al migrar de una reserva a otra (más de una veintena en los últimos 16 años), una tendencia común en estos animales. Y, por supuesto, la caza furtiva, que también afecta a esta especie de forma grave.
Para lograr su conservación y recuperar una población estable de guepardos asiáticos es necesario implementar varias medidas, entre las más urgentes: comprar licencias de pastoreo en zonas habitadas por guepardos asiáticos con el fin de asegurar su hábitat y reducir la mortalidad, así como adecuar las carreteras y caminos por los que se producen las migraciones de la especie para evitar los frecuentes atropellos.
Además, el apoyo y la implicación de las autoridades iraníes y de otros países en los que se podría reintroducir el guepardo asiático, es vital para proteger los hábitats de esta especie sensible, prohibiendo la construcción de minas y carreteras en zonas habitadas por estos felinos; el aumento de guardas forestales para terminar con la caza furtiva; y una mayor protección de los corredores por los que transitan estos animales.
Mientras no se fortalezcan estas medidas, la población del guepardo asiático seguirá disminuyendo y podría desaparecer.