Un año con el Presidente Trump
Ha transcurrido un año desde la mágica noche electoral del 8 de noviembre de 2016 en la que Donald Trump, el outsider que dinamitó las primarias republicanas y derrotó y humilló a la demócrata Hillary Clinton en las presidenciales, sorprendió al mundo con una gran victoria que muchos en Estados Unidos ya esperábamos.
Un año con el Presidente Trump ha sido un no dejar de ganar en todos los terrenos para los ciudadanos estadounidenses y el país. La confianza que ha sembrado Trump en este tiempo no se conocía desde los tiempos de Ronald Reagan, cuando el presidente republicano salvó a los Estados Unidos de un futuro lamentable al que lo habían llevado los demócratas (como casi siempre). Trump ha repetido el milagro: un año más tarde, el país crece económicamente a más del 3%, el paro está al 4,1% , el más bajo en 43 años, ha propiciado la creación de alrededor de millón y medio de nuevos empleos, las inversiones de grandes empresas en Estados Unidos se contabilizan por miles de millones de dólares, las bolsas (Dow Jones, S&P 500 y Nasdaq) suben con récords históricos, se han fortalecido las Fuerzas Armadas con un presupuesto mayor y ajustado a las necesidades, se ha apoyado la cultura de la vida con medidas reales frente al aborto, se ha nombrado un juez conservador constitucionalista para el Tribunal Supremo (Neil Gorsuch), se ha aprobado un presupuesto inteligente para el nuevo año fiscal que abre nuevas oportunidades empresariales, está en marcha una reducción y simplificación de impuestos histórica, se ha derrotado al Daesh sobre el terreno allí donde tienen yihadistas, se han eliminado los subsidios al Obamacare, están listos los modelos para construir el muro con México, se ha reducido la inmigración ilegal en un porcentaje amplísimo (en torno al 73%,) se ha contenido al régimen lunático de Corea del Norte y hay vías abiertas para solucionarlo definitivamente, el conflicto sirio toca a su fin, los acuerdos comerciales internacionales (TTP y NAFTA, entre otros) se están revisando y cambiando para impulsar relaciones comerciales más justas, se han abandonado organizaciones inoperantes como la UNESCO o el Acuerdo de París, y se están impulsando cambios importantes en la ONU y la OTAN para convertirlas en instituciones que hagan algo más que gastar dinero y albergar inútiles burócratas.
En este primer año de Trump en la Casa Blanca, revolucionario donde los haya, ha machacado sin piedad a los medios de comunicación y la prensa mentirosa y manipuladora que no ha dejado de atacarle con tonterías falsas desde que se presentó a las primarias. Los ha puesto en evidencia, los ha derrotado ampliamente y los ha ridiculizado en esa guerra que abrieron contra él y que él se ha encargado de ganar sin darles tregua.
Los medios y la prensa progresista están que trinan porque en este primer año Trump ha roto su relato falso sobre lo mal que le irían las cosas a Estados Unidos si salía elegido, y ha llenado el país de esperanza, optimismo, patriotismo, valores y liderazgo. Está haciendo realidad su lema de campaña: Make America Great Again (Hacer América Grande De Nuevo) y ha puesto en pie una política exterior fuerte y realista. En un año, Trump ha logrado convertir a China y Rusia en verdaderos socios estratégicos, ha puesto de relieve la corrupción en el Partido Demócrata y su hundimiento a todos los niveles. Su larga lista de éxitos en este primer año disfrutando de lo lindo en el Despacho Oval, Trump va camino de desmantelar más de un millar de regulaciones burocráticas que no necesitamos para nada, ha destrozado el discurso políticamente correcto de la izquierda y los medios, ha puesto en evidencia los lazos del terrorismo internacional con los movimientos anarquistas y de izquierda en Estados Unidos, ha colocado al régimen iraní en el objetivo por sus conexiones terroristas y el programa nuclear, está renovando el Partido Republicano, drenando el pantano de corrupción de Washington D.C. y eliminando a políticos apoltronados que han olvidado los valores verdaderamente conservadores y traicionado al pueblo, así como está aglutinando una masa social transversal en torno a su figura que trumpetizará el Congreso en 2018 y lo reelegirá en 2020 para un segundo mandato presidencial. Esto es lo que está pasando y lo que va a pasar.
Un año con Trump da para mucho y en este tiempo ha imprimido a la presidencia una energía desbordante, ha fortalecido los Estados Unidos y articulado una comunicación directa con los ciudadanos a través de las redes sociales, sobre todo Twitter, que ha quitado el monopolio de la información a una prensa progresista que está que echa las muelas ante esta pérdida de influencia, que ya es para siempre. Porque los nuevos tiempos se van a escribir con nuevas voces conservadoras, patriotas y fieles a la Constitución de los Estados Unidos.
Después de celebrar este año de presidencia de Trump, con muchas razones para hacerlo, podemos sostener que el Presidente ha cumplido sus promesas o está en camino de cumplirlas. Todo un cambio con respecto a políticos tradicionales que sólo buscaban el poder en vez del bien del pueblo. La Administración Trump funciona como un tren a toda máquina, es el Trump Train en el que vamos montados y sentados millones de ciudadanos.
Un año con Trump en el Despacho Oval que ha sido intenso, lleno de entusiasmo, éxitos, transformaciones, para nada aburrido, revolucionario, profundamente patriótico y defendiendo los valores conservadores. Un gran año de presidencia, con un saldo muy positivo, que anticipa un segundo año aún mejor.