Ley de los Derechos de Privacidad en Internet
Muy a menudo se plantea que las nuevas tecnologías han hecho más vulnerable la privacidad de las personas en Internet, y es cierto en muchos casos. Ahora, el gobierno de Estados Unidos ha hecho público un proyecto de Protección de Datos de Carácter Personal en Internet, que cuenta con el compromiso de las grandes empresas del sector para respetar el anonimato de sus usuarios, en particular incluyendo una función específica en los navegadores, y a no seguir su actividad en la Red para conseguir sus datos con fines comerciales.
Es un paso enorme en la protección de la privacidad y su impulsor no son agrupaciones más o menos pintorescas, como Anonymous y similares, sino el presidente de Estados Unidos.
De acuerdo a un modelo de ‘Carta de Derechos’ -la carta de los derechos y libertades, que es el pilar de la Constitución de Estados Unidos-, el proyecto de Consumer Privacy Bill of Rights (Ley de los Derechos de Privacidad), que vendría a ser una ‘Carta para la protección de datos de los consumidores’, que ha presentado el gobierno estadounidense, plantea una serie de derechos básicos y esenciales de los usuarios de Internet. Estos derechos incluirían el derecho de los consumidores a ejercer un control sobre los datos personales recogidos y utilizados en Internet, el respeto al «contexto» en el que estos datos fueron obtenidos y la garantía de la seguridad de esa información, lo que ya supone un avance significativo. Los consumidores podrán acceder a sus datos y, si lo desean, también corregirlos.
Esta Ley de los Derechos de Privacidad permitirá establecer unas reglas que aseguren que los datos personales de los consumidores estadounidenses en línea estén seguros. Esto es importante porque la confianza y la seguridad de los usuarios son cruciales para que siga creciendo la economía digital, que va a ser uno de los motores del crecimiento económico en los próximos años y cuyo volumen de negocios sólo en Estados Unidos gira alrededor de los doscientos mil millones de dólares anuales.
Al establecer un marco jurídico estable y con reglas claras, Estados Unidos se está posicionando ya entre las naciones en vanguardia para competir en esa nueva economía.
El trabajo que está realizando la Administración ha conseguido que las grandes compañías de Internet y las redes de publicidad en línea se comprometan a tomar las medidas oportunas para integrar la tecnología del anonimato en la mayoría de los navegadores web para que así puedan facilitar a los usuarios el control de la forma en que se les realiza un seguimiento en Internet.
Esto desmonta por completo las teorías de control gubernamental a las que tan aficionados son algunos. La economía digital y las nuevas oportunidades en el entorno de Internet se configuran así como el aval para la protección de la privacidad individual y el impulso al crecimiento.
Hasta ahora, empresas que representan casi el 90% de publiciad basada en la navegación, incluyendo Google, Yahoo, Microsoft y AOL, ya han aceptado cumplir con las peticiones de los usuarios de Internet que no quieren ser rastreados y este compromiso será supervisado por el organismo encargado de hacer cumplir los derechos de los consumidores, la FTC (Comisión Federal de Comercio).
De esta forma, se trabaja desde el gobierno estadounidense a favor de las clases medias y sus derechos en el nuevo entorno que estamos construyendo, demostrando con medidas reales que la integridad de los internautas y la salvaguarda de sus datos privados son una prioridad.
Hasta ahora, la privacidad de los usuarios podía verse afectada por intereses comerciales de las empresas, dado que el seguimiento de la actividad online les permite conocer a los usuarios, sus hábitos y obtener importante información que puede usarse con fines comerciales.
La ley que plantea la Administración pretende que los usuarios estadounidenses tengan así un mayor control sobre sus datos personales y privacidad, y establece la normativa pionera en esta materia, que con seguridad será referente para impulsar medidas similares a nivel global.