Trump defiende la seguridad fronteriza
Esta semana pasada ha sido simbólica la forma en que Donald Trump se ha centrado en la seguridad de la frontera sur, que es la primera gran crisis provocada por las políticas de Biden / Harris y la camarilla que los controla (los que cometieron el fraude electoral), y que fue uno de los temas en los que más éxito tuvo la Administración Trump, en contraste con lo que ha hecho Biden, que es regalar el dinero de los contribuyentes estadounidenses a los países miembros de la OTAN (de ahí que los europeos estén como castañuelas de contentos con este maná).
Mientras esto sucedía, Trump ponía el foco de atención de nuevo en el asunto de la inmigración ilegal de forma acertada al aceptar la invitación del Gobernador de Texas, Greg Abbott, para visitar de forma oficial la frontera sur el próximo día 30 de junio. Trump ha recordado con acierto que él dejó la frontera más fuerte y más segura de las últimas décadas. ¿Qué hizo la Administración Biden en pocas semanas? La convirtió en la peor crisis fronteriza de nuestra historia, en un auténtico desastre que los medios cómplices del fraudulento están ocultando.
Ahora, hemos pasado de detener y expulsar, a detener a veces y liberar casi siempre; Biden y Harris han entregado el control de nuestra frontera a los cárteles de la droga, criminales, coyotes, traficantes de drogas, miembros de la banda MS-13, contrabandistas humanos, traficantes de sexo, terroristas y otros criminales ahora tienen vía libre con sus pésimas políticas.
Los hospitales y las escuelas están desbordadas por el aluvión de inmigración ilegal y la salud pública está siendo sacrificada al servicio de una agenda radical de izquierda que no respeta las fronteras. El trabajo de los agentes fronterizos y oficiales de ICE ha sido paralizado con métodos ilegales y nuestra nación es ahora una ciudad santuario gigante donde incluso los criminales peligrosos están siendo liberados dentro de Estados Unidos diariamente. Biden y Harris han abandonado a los agentes fronterizos y de ICE y ni siquiera se dignan visitar la frontera para conocer lo que ocurre de cerca.
Frente a este desastre nacional, cobran más importancia los éxitos de la Administración Trump, que logró una frontera segura. Los datos y los hechos reflejan la brillante gestión de Trump en este tema y el por qué defiende a los candidatos al Congreso en 2022 que siguen su línea política. Tras su paso por la Casa Blanca, dejó construidas casi 500 millas de nuevo muro fronterizo, uno de los más avanzados del mundo; los cruces ilegales se desplomaron el 87% allí donde se levantó el muro; desplegó a casi 5.000 soldados en la frontera para afrontar la avalancha de inmigrantes ilegales en los momentos de crisis; logró el compromiso de México para desplegar decenas de miles de sus propios soldados y guardias nacionales para asegurar su lado de la frontera entre Estados Unidos y México; puso fin a la peligrosa práctica de atrapar y liberar, lo que significaba que en lugar de que los extranjeros fueran liberados en los Estados Unidos en espera de audiencias judiciales futuras que nunca se harían, eran detenidos en espera de ser deportados y, finalmente, devueltos a sus países de origen. Es decir, las medidas legales funcionaban para el propósito que estaban impuestas. No había el cachondeo en que se ha convertido la política de Biden y Harris.
La Administración Trump firmó tres acuerdos históricos de cooperación en materia de asilo con Honduras, El Salvador y Guatemala para detener el fraude que existía en el proceso de asilo y reasentar a los migrantes ilegales en terceros países en espera de sus solicitudes de asilo legal. Estados Unidos entró en una asociación histórica con México, conocida como los «Protocolos de protección al inmigrante», para devolver de manera segura a los solicitantes de asilo a México mientras esperaban audiencias en los Estados Unidos. De esta forma, se cumplieron las leyes de inmigración.
Trump firmó una orden ejecutiva para despojar a las ciudades santuario de los fondos de subvenciones federales discrecionales, un pozo sin fondo en el que se derrochaba el dinero de los contribuyentes, así como la “remoción acelerada” autorizada por ley y totalmente implementada de los inmigrantes ilegales. El Departamento de Justicia procesó un número récord de delitos relacionados con la inmigración.
Trump usó con acierto la Sección 243 (d) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) para reducir el número de inmigrantes provenientes de países cuyos gobiernos se niegan a aceptar a sus ciudadanos a quienes se expulsó de los Estados Unidos, y terminó con el fraude en el asilo, cerró el chiringuito a los traficantes de personas y resolvió la crisis humanitaria en todo el hemisferio occidental.
Y hacía todo esto mientras lidiaba sin despeinarse y sin que se le moviera la corbata con una prensa y unos medios hostiles y mentirosos hasta la náusea.
Pero no sólo eso, sino que Trump tuvo más éxitos en la gestión de la seguridad fronteriza: suspendió, mediante regulación, el asilo para extranjeros que se habían saltado países anteriores donde eran elegibles para el asilo, pero optaron por continuar directos a los Estados Unidos. Protegió la seguridad de las familias de inmigrantes mediante la promulgación de nuevas reglamentaciones en el marco del Acuerdo de Conciliación de Flores. Un reglamento propuesto para poner fin a la práctica de otorgar permisos de trabajo gratuitos a los extranjeros ilegales que presentan solicitudes de asilo sin méritos. Se emitió una guía de “reubicación interna” para los agentes de la Patrulla Fronteriza con capacitación cruzada para realizar evaluaciones creíbles junto con el personal de adjudicación de USCIS (Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos) con el fin de reducir los retrasos masivos. Se agilizó el proceso de audiencia de asilo a través de la Revisión Rápida de Solicitudes de Asilo (PACR) y el Proceso de Revisión de Asilo Humanitario (HARP). Se lanzó la Iniciativa de Fraude Familiar para identificar a cientos de personas que se presentaban fraudulentamente como unidades familiares en la frontera, a menudo como vía para el tráfico de niños, con el fin de garantizar el bienestar infantil. Se avanzó en la mejora de la detección en países con altas tasas de sobre estancia y reducción de las tasas de sobre estancia de visados en muchos de estos países. Se eliminaron las restricciones burocráticas de los funcionarios consulares de los Estados Unidos, que redujeron su capacidad para examinar adecuadamente a los solicitantes de visados.
Trump trabajó con México y otros socios regionales para desmantelar las redes de tráfico de personas en nuestro hemisferio que se benefician de la miseria humana y alimentan la crisis fronteriza mediante la explotación de poblaciones vulnerables. Los medios tienen mucha responsabilidad en ello también porque hacen sensacionalismo en aras de la audiencia en vez de informar con rigor.
En suma, Trump aseguró el sistema de inmigración de Estados Unidos y luchó de forma eficaz contra los criminales, los traficantes y los terroristas que se aprovechan ahora de las políticas ineptas y débiles de Biden y Harris.
Si usted es de los que piensan que todo se resume en un muro, déjeme decirle que los medios progres han dañado su cerebro, pero todavía tiene remedio. Siga leyendo y piense por sí mismo a la luz de los hechos.
Trump estableció prohibiciones de viaje de seguridad nacional para mantener alejados a los terroristas, los yihadistas y los extremistas violentos, e implementó una línea de base uniforme de seguridad e intercambio de información que todas las naciones debían cumplir para que sus ciudadanos pudieran viajar y emigrar legalmente a los Estados Unidos. Se suspendió el reasentamiento de refugiados de las regiones del mundo más peligrosas y asoladas por el terrorismo. Se ofreció asistencia equilibrada a los refugiados para centrarse en el reasentamiento en el extranjero y la distribución de la carga inmigratoria ilegal. Se logró una reducción de 85% en el reasentamiento de refugiados. Dado que el proceso de control de seguridad de refugiados estaba muy dañado, se exigió al Departamento de Estado que consultara con los estados y localidades como parte del proceso de reasentamiento de refugiados del gobierno federal. Se emitieron sanciones estrictas a los países que no habían podido recuperar a sus propios nacionales y se estableció el National Vetting Center, que era el sistema de inspección de visados más avanzado y completo del mundo.
Trump se enfocó especialmente en proteger a los trabajadores y contribuyentes estadounidenses. Para ello, emitió una regulación integral de «carga pública» para garantizar que los recién llegados a los Estados Unidos fuesen económicamente autosuficientes y no dependieran de la asistencia social. Creó un mecanismo de ejecución para el reembolso y la consideración del patrocinador, para garantizar que las personas que se presentan como patrocinadores fuesen realmente responsables de sus obligaciones. Se emitieron reglamentos para combatir la práctica abusiva del «turismo de nacimiento». Se emitió una regla con el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) para hacer que los inmigrantes ilegales no fueran elegibles para viviendas públicas. Se emitieron directivas que exigen a las agencias federales contratar trabajadores estadounidenses primero y priorizan la contratación de trabajadores estadounidenses siempre que sea posible. Algo que impactó positivamente en el empleo de estadounidenses. Se suspendió la entrada de trabajadores de bajos salarios que amenazaban los empleos estadounidenses. Se finalizaron las nuevas regulaciones H-1B para terminar permanentemente con el desplazamiento de trabajadores estadounidenses y modificar las herramientas administrativas que se requieren para la emisión de visas H-1B. Se defendió la soberanía de Estados Unidos con la retirada del Pacto Mundial sobre Migración de las Naciones Unidas. Un coladero sin control.
¿Quiere más o ya tiene suficiente? Espere, que hay más. Se suspendieron los documentos de autorización de empleo para extranjeros que llegaban ilegalmente entre los puertos de entrada y se les ordenó sacarlos de los Estados Unidos. Se restauró la integridad en el uso del Estatus de Protección Temporal (TPS) al adherirse estrictamente a las condiciones legales requeridas para TPS.
¿Podemos sintetizar los grandes éxitos de Trump en este tema? Podemos y lo hacemos. Los expertos en seguridad coincidimos en que las políticas fronterizas de Trump redujeron y ralentizaron los cruces de inmigrantes ilegales, permitiendo que la inmigración legal funcionara mejor y que la catástrofe humanitaria en la frontera disminuyera considerablemente.
La situación actual es bien distinta por culpa de las inútiles políticas de la Administración Biden / Harris, que podemos resumir en que básicamente ha perdido todo el control en la frontera sur. Los datos de CBP ponen los pelos de punta: muestran un aumento de la inmigración ilegal de casi el 700% desde mayo de 2020 hasta mayo de 2021. Este es el resultado predecible de implementar la captura y liberación y de forzar a los agentes a salir de la frontera para gestionar una catástrofe humanitaria autoinfligida por las políticas de Biden. Los inmigrantes ilegales están saturando la frontera, y Harris (en teoría al cargo del asunto desde su nombramiento como zar de la frontera hace 89 días), es completamente ineficaz. Los niños se ven obligados a dormir en condiciones desagradables e inhumanas y la Casa Blanca tropieza con los desastrosos resultados de su prisa por revocar las exitosas políticas de inmigración del presidente Donald Trump.
Miles de personas están atravesando nuestra frontera, incluidos muchos delincuentes que están siendo liberados de las cárceles, por delitos como asesinato, tráfico de drogas y tráfico de personas.
Es bueno recordar que cuando los inmigrantes ilegales aumentaron en 2019, la Administración Trump comenzó dos programas esenciales que cambiaron el panorama: Uno fue el programa ‘Permanecer en México’, que permitía a los inmigrantes solicitar asilo, pero tenían que esperar en México mientras se llevaban a cabo sus procedimientos legales. El otro fueron los acuerdos que la Administración Trump firmó con los gobiernos de México, Honduras, El Salvador y Guatemala. En aquel entonces, Trump les dijo a estos países que tenían que ayudar a detener la marea de inmigrantes ilegales si querían seguir recibiendo los dólares de los contribuyentes de Estados Unidos. Y esta estrategia funcionó muy bien. Trump cambió el status quo anterior, que consistía en que los inmigrantes ilegales obtenían asistencia social financiada por los contribuyentes en los Estados Unidos y sus países de origen también obtenían miles de millones de dólares supuestamente para desarrollar sus economías para que los inmigrantes ilegales no vinieran aquí (dinero que después se empleaba en todo menos en desarrollo; para el enriquecimiento de cuatro listos corruptos).
Ahora, Biden y Harris han perdido el control en la frontera sur, uno de los grandes logros de Trump, y están deshaciendo buena parte de aquel excelente trabajo. Las actuales políticas demócratas de la Administración Biden sólo benefician a los cárteles y los traficantes de drogas y personas, algo que debería hacer pensar a los ciudadanos. Ellos son los que se benefician de lo que está pasando y el actual desastre.
La situación es tan caótica que incluso congresistas demócratas reconocen que Biden y Harris le están fallando al pueblo estadounidense. De la magnitud de la crisis fronteriza no quedan dudas y los datos lo reflejan: en mayo de este año, las detenciones de la Patrulla Fronteriza habían aumentado casi un 700% en comparación con el mismo período en 2020 bajo Donald Trump. Los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detuvieron a más de 180.000 inmigrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, que es más del doble que en enero. Durante el año fiscal 2021, que comenzó el 1 de octubre de 2020, los agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron a un total de 897.213 inmigrantes, cifra superior al mismo período del año pasado cuando detuvieron sólo a 229,225; eso es casi un aumento del 300%. El aumento en las detenciones incluyó a 636.892 adultos solteros, 78.513 familias inmigrantes y 181.808 menores no acompañados.
El resultado es que ya estamos empezando a ver más cadáveres de inmigrantes ilegales por todas partes y el desbordamiento de ilegales indocumentados colapsa el sistema. Las llegadas récord de niños inmigrantes ilegales han sido especialmente trágicas para la Administración Biden: acogió a casi 60.000 niños que viajaban sin sus padres a través de la frontera mexicana sólo de febrero a mayo.
Todo esto los medios progres no se lo contarán porque se les caería el relato de ficción que han montado con Biden y Harris, y probablemente también se les caería la cara de vergüenza.
A medida que avanzamos hacia los meses de verano y un calor insoportable en la frontera sur, el problema crecerá porque la avalancha de inmigrantes es continua, lo que derivará en más muertes y en más menores abandonados por los traficantes de personas. El desastre humanitario va a ir a peor y es culpa de Biden y Harris, pero también de los medios que ocultan o sesgan la verdad. Las políticas y la retórica de Joe Biden incentivan a los inmigrantes a ponerse en riesgo mientras persiguen inmigrar de forma ilegal.
De momento, los agentes de la Patrulla Fronteriza ya han registrado 1.500 rescates más de inmigrantes en peligro en 2021 en relación con el año fiscal anterior del gobierno federal que finalizó en octubre. Una bestialidad que va en aumento.
Biden y todos en su Administración podrida decían básicamente: “Venid a nuestras fronteras. Te vamos a dejar entrar”. Sólo ahora que ven la tragedia es cuando se han dado cuenta de que ellos comenzaron esta crisis catastrófica y han cambiado por el lema de moda: “No vengas”.
La realidad es que la Administración Biden está liberando a miles de personas, menores no acompañados y familias en nuestro país todos los días. Los inmigrantes lo saben. Los cárteles y los traficantes lo saben. Los contrabandistas lo saben. Y se aprovechan de esta debilidad y permisividad.
Lo peor de todo es que son los inmigrantes ilegales quienes pagan y pagarán el precio más alto en vidas humanas y sufrimiento. Por ejemplo, de acuerdo a los estudios realizados, entre el 30% y el 35% de las mujeres y los niños inmigrantes son abusados de múltiples formas en su itinerario hacia el norte. No sólo porque los meten en escondites insalubres y abarrotados durante días y semanas; porque los cárteles y los traficantes los tratan como un cargamento más, basura común, y los dejan morir antes de que los atrapen, sino porque abusan de ellos económica, física y sexualmente.
Y hay que decirlo alto y claro, esto es lo que provoca de manera masiva las políticas de Biden de fronteras abiertas. La conclusión es que frente a los éxitos de Trump, el primer año de Biden en el cargo puede ser uno de los peores años de inmigración ilegal en Estados Unidos. De acuerdo a los datos y un análisis reciente, para este año de 2021, estamos proyectando 1.200.000 detenciones en la frontera suroeste, y este primer año de Biden estará entre los diez peores años para la inmigración ilegal en la historia de Estados Unidos, lo cual nos situaría de nuevo en las peores cifras de la era Clinton.
No es casualidad que el aumento continuo de la inmigración ilegal se produzca cuando el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkas, ha abandonado cada vez más una medida de control fronterizo conocida como Título 42, que otorga a los funcionarios federales de inmigración la autoridad para devolver rápidamente a los que cruzan la frontera a sus países de origen por el bien de la salud pública. En octubre de 2020, siete meses después de que Trump implementara por primera vez el Título 42, alrededor del 91% de los cruces fronterizos detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México estaban siendo retirados mediante el control fronterizo. Hoy en día, Mayorkas sólo usa el Título 42 en aproximadamente el 64% de los casos de personas que cruzan la frontera, una disminución de aproximadamente el 30% en el uso que hace el DHS de la orden del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) para controlar la inmigración ilegal. Como resultado de que los demócratas y el lobby que apoya las fronteras abiertas instan a Biden a poner fin al Título 42, se especula que el DHS permitirá que la orden de los CDC expire en algún momento después del próximo julio. Es casi seguro que esta caducidad estimule un aumento masivo de la inmigración ilegal y la crisis de seguridad empeore todavía más.
Donald Trump tiene razón al declarar que Joe Biden está facilitando el «mayor desastre fronterizo de la historia», entre otras cosas, al poner fin al programa «Permanecer en México» que ayudó a reducir masivamente el fraude en el asilo, como hemos visto anteriormente. Después de asumir el cargo que la camarilla le entregó vía fraude, Biden suspendió el programa Permanecer en México, casi dos años después de que fuera implementado por la Administración Trump para reducir el fraude en el asilo.
Días después, Biden ordenó a los principales funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que elaboraran una estrategia para un plan que liberaría al menos a 25.600 inmigrantes inscritos en el programa en el interior de Estados Unidos.
Hace poco, el secretario del DHS, Alejandro Mayorkas, anunció el fin oficial de Permanecer en México. Hasta el 25 de mayo, la Administración Biden había liberado a unos 11.200 migrantes inscritos en el programa en el interior de Estados Unidos y les había proporcionado permisos de trabajo para que pudieran aceptar trabajos en Estados Unidos. Y eso mientras alrededor de 16.400.000 de estadounidenses permanecen desempleados y otros 5.200.000 están subempleados; pero todos quieren un trabajo de tiempo completo con buenos salarios y beneficios competitivos. A Biden eso le importa un pimiento de piquillo.
Hasta la fecha, de los más de 71.000 casos de asilo de Permanecer en México, se ha encontrado que menos del 1% tiene una solicitud de asilo legítima para permanecer en los Estados Unidos Más del 45% de los inmigrantes inscritos en Permanecer en México recibieron una orden de deportación y aproximadamente el 41% todavía espera un resultado a su caso.
Permanecer en México, también conocido como MPP (Protocolos de Protección al Migrante), no sólo fue un triunfo histórico de la política exterior de Trump, sino uno de los programas de seguridad fronteriza más exitosos que nadie haya puesto en práctica nunca. Junto con los acuerdos de Centroamérica Safe Third, reformas de asilo y procedimientos de deportación acelerados, llevamos los números fronterizos a mínimos históricos y terminamos con la práctica conocida como Catch-and-Release.
Es vergonzoso ver cómo las políticas de Biden permiten que inmigrantes ilegales estén cruzando la frontera también en vuelos comerciales gratis hacia Estados Unidos después de refugiarse primero en habitaciones de hotel pagadas a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, con ayuda de ONGs como la Fundación Shapiro y la Fundación Tripadvisor, que a menudo utilizan fondos de los contribuyentes estadounidenses. Gastos que alcanzan más de 86 millones de dólares, sólo en Texas y Arizona; alrededor de 72.00 dólares por cada inmigrante ilegal que cruza la frontera. Un despilfarro en toda regla. Cada día se producen más de 50 cruces fronterizos concertados de este tipo. Hagan cuentas.
La Administración Biden también participa de este esquema directamente. Por ejemplo, del 19 de febrero al 22 de abril, ha trasladado a unos 7.200 inmigrantes ilegales en vuelos comerciales nacionales, permitiendo que los que cruzan la frontera pueden eludir los requisitos de identificación con foto, abordar vuelos sin una identificación con foto y no tengan que demostrar que son negativos en el virus chino. Chapuza tras chapuza. Estos inmigrantes son llevados en autobuses a los aeropuertos de Yuma, Arizona y San Diego, California, y enviados por avión a Los Ángeles, Nueva York, y Boston, entre otras ciudades.
En suma, ningún presidente estadounidense ha hecho más para defender la frontera y salvaguardar todo el sistema de inmigración que Donald Trump. Frente a esto, tenemos a Biden que ha creado la peor crisis humanitaria, de inmigración, de seguridad nacional y de salud pública jamás vista en nuestra frontera sur.
La Administración Biden debería basarse en las políticas exitosas de Trump y demostrarle al pueblo estadounidense que está dispuesto a tomarse en serio la aplicación de la seguridad fronteriza, en lugar de derribar esas políticas, que estaban funcionando muy bien, simplemente porque no les gusta Trump.