Recta final
No podía ser de otra manera. La recta final de esta larga campaña electoral norteamericana, está siendo competitiva, abierta y un resultado aún incierto.
Como ha sucedido tantas veces a lo largo de esta campaña, sobre todo en las primarias, Barack Obama se ha adelantado en las encuestas varias veces sin llegar a consolidar su ventaja. De tal manera que al día de hoy la distancia entre ambos candidatos es apenas de unos puntos que entran en el margen de error de las encuestas.
El candidato Demócrata está unos puntos por encima, que podrían servirle para llevarse la mayoría de los votos electorales, al menos de los Estados decisivos para alcanzar la Casa Blanca este año: Virginia, Colorado, New México, Ohio, Iowa, New Hampshire, Florida, Missouri…O tal vez no. Porque, una vez pasados los debates, la tendencia de voto se ha vuelto a igualar de forma crítica. Lo que Obama veía ganado hace dos semanas, incluso una, ahora está en el aire y la distancia se acorta entre ambos candidatos.
John McCain se está esforzando, consciente de que la victoria depende de sí mismo y de un cambio de tendencia que puede llegar en cualquier momento.
Por esta razón, desde el jueves 16, incluido el pasado fin de semana y estos días recientes, hemos vivido algunos de los momentos más intensos en la campaña de McCain. El día 16, con su decimoquinta parada en Pennsylvania en los últimos cuatro meses, reforzó su campaña con una visita a Downintown, en Chester County, y las zonas del Este; anteriormente ya había visitado el condado de Montgomery; el Oeste del Estado posiblemente vote por McCain y le de un buen disgusto a Obama la noche electoral. Sarah Palin, entretanto, se ha trabajado a conciencia Lancaster. Esto demuestra la importancia que concede el Team McCain al Estado de Pennsylvania.
Lo mismo que a Florida, Virginia, y Ohio, que serán cruciales el 4/N. El sábado 18, McCain hizo campaña en Woodbridge, Virginia, Concord y Charlotte, North Carolina, y Miami, Florida. El domingo 19 Sarah Palin viajó hasta New México para hacer campaña, otro Estado decisivo este año, mientras McCain visitaba las ciudades de Toledo y Waterville, en Ohio, clásico swing state, con un peso enorme en la decisión final. Nada está decidido en estas plazas.
En medio, el candidato Republicano ha concedido no menos de ocho entrevistas para los medios de comunicación. El mensaje en estos días han sido los impuestos, lo cual es un acierto pleno, dado el sesgo tomado en esta recta final. Sus posturas claras en favor de las clases medias y los empresarios pequeños, le sitúan justo en ese margen de electorado que puede darle o quitarle la victoria.
Por su parte, Barack Obama se ha centrado en aquellos Estados que aún no tiene ganados y donde alberga esperanzas. El día 16, jueves, tras el debate, su primer destino fue Londonderry, New Hampshire, el Estado más Republicano de New England, donde habló ante 4.000 personas y ya adelantó su temor a que los resultados reales no sean los mismos que las encuestas. Allí volvió a relacionar a McCain con las políticas desarrolladas por la Administración Bush. Su objetivo aquí es llevarse Concord y Manchester, donde mantienen ventaja los Demócratas. New Hampshire, tremendamente disputada, puede ser una de las claves de estas elecciones, el Estado que podría darle a McCain la victoria.
Obama ha continuado campaña en la maravillosa ciudad de St. Louis, Missouri, donde reunió a 100.00 personas para escucharle hablar, un ejemplo significativo de su poder de convocatoria y del alcance de su mensaje de cambio. Aquí superó las 80.000 personas que reunió en su discurso de aceptación en la convención Demócrata en Denver, Colorado, y las 75.000 que oyeron sus palabras en Portland, Oregón.
Un simbólico lugar, en el corazón de la América profunda, esa puerta al Oeste, en el que lanzó un mensaje poderoso: la reconstrucción de la economía desde este corazón de América, desde St. Louis, Springfield, y todos los pueblos que forman el espíritu de América. De nuevo el mejor Obama afloró cuando habló de los ciudadanos corrientes y se puso de su lado.
Mientras Joe Biden hacía campaña en Washington, Obama visitó North Carolina, en la región centro-este del Estado, en Fayettevile, cerca de Fort Bragg, el hogar de los Boinas Verdes y Operaciones Especiales, que tanto les debe el país, donde hizo alusión al endorsement de Colin Powell, un apoyo importante.
El Team Obama, con 150 millones de dólares recaudados en septiembre y ligeramente por delante en las encuestas, ya se plantea que su candidato se concentre en hacer campaña en Wisconsin, Virginia, Florida, Nevada, New México, Missouri, y North Carolina, que son estados decisivos para la noche del 4/N.
Sin embargo, Pennsylvania y New Hampshire, en las que previsiblemente no realizará campaña, salvo mediante spots televisivos, le pueden costar muy caro.
Sí la está haciendo en Florida, donde ha visitado Tampa y luego se ha reunido con Hillary Clinton, convocando a 50.000 personas en Orlando, para verles hablar.
Antes de viajar a Hawai para ver a su abuela enferma y parar un par de días, el jueves tiene previsto hacer parada en Indianápolis. Obama tiene pensado cerrar la campaña en Illinois y esperar resultados en Chicago.
Con todo a favor, los mass media, el momento político, tras ocho años de Administraciones Republicanas, el desgaste normal de la acción de gobierno, millones de personas con voluntad de cambio, y una crisis económica que favorece al partido en la oposición, Barack Obama no necesitaba un caso ACORN; las graves irregularidades electorales, cuando no fraude abierto, que está perpetrando esta organización pro Demócrata, en Estados como Nevada, Virginia, Indiana, Wisconsin, Florida y Ohio; coincidiendo precisamente con los Estados que tendrán la clave la noche electoral. Las relaciones estrechas del Demócrata con ACORN proyectan sombras sobre Obama que nos hablan de alguien no tan “limpio” como le gusta aparentar, y quizá germen de futuras sorpresas. También es una de las causas que le está haciendo perder miles de votos y un arma que McCain no puede ni debe dejar de usar.
El Senador Republicano tiene que exprimir hasta el final todas las armas que tiene a su disposición en esta campaña, ganando Estado a Estado y el voto electoral, que es lo que lleva a la Casa Blanca. No las encuestas, ni las opiniones públicas de países extranjeros que nada pintan aquí (ya quisieran ellos), ni los medios que manipulan descaradamente para asegurar una victoria Demócrata que aún no lo es y que está en clara disputa.
Una disputa en la que Sarah Palin está trabajando intensamente, haciendo campaña y apariciones televisivas con índices de audiencia récords. Esta semana ha hecho campaña en Colorado y Nevada, dos Estados muy importantes. Ella tampoco se rinde.
Esa lucha en la que está McCain, cuerpo a cuerpo con el votante, es lo que le ha llevado en esta recta final a dar la vuelta a las encuestas y a estar igualado con Obama en los Estados decisivos o por delante en otros. La ventaja que disfruta el Senador Demócrata es volátil y vinculada a los aciertos de su campaña de aquí al 4/N y al sentido del voto de millones de norteamericanos que aún dudan sobre a quién votar.
La recta final se presenta más apasionante que nunca.