Los impuestos de Trump
Una de las grandes bazas de Donald Trump para ganar las elecciones son sus propuestas económicas y, en concreto, la rebaja de impuestos ocupa un lugar destacado. Su política fiscal de bajos impuestos durante el primer mandato fue la base de la prosperidad económica que se vivió en esos cuatro años. De acuerdo a los estudios de la Heritage Foundation, los recortes de impuestos de Trump en 2017 han superado todas las expectativas y han generado más ingresos fiscales de los previstos. Los críticos que predijeron un desastre fiscal se equivocaron, al igual que en otros muchos temas.
La reforma del impuesto de sociedades bajo la Administración Trump, del 39% al 21%, aumentó los ingresos de empresas y familias de forma sustancial, contradiciendo las afirmaciones de que los reduciría. A pesar de los ataques políticos de los demócratas y sus aliados en los medios, las cifras revelan un aumento de la inversión y de los ingresos de los hogares. Ahora que las disposiciones de recortes de impuestos están a punto de expirar, es fundamental seguir apoyando políticas que fomenten el crecimiento para mantener el impulso económico. El gasto excesivo y mal empleado de la Administración de Biden y Harris ha provocado una mayor inflación e incertidumbre económica.
Si Trump es elegido en noviembre, implementaremos nuevos recortes de impuestos del 21% al 15% para las empresas que fabriquen sus productos en Estados Unidos. El plan incluye dejar exentas de impuestos a las propinas, las horas extras y la seguridad social. Además, mientras los estadounidenses se ponen al día con sus cuentas y deudas, se establecerá un tope temporal a las tasas de interés de las tarjetas de crédito del 10%. Todo ello contrasta poderosamente con los planes de Kamala Harris, que exigiría un aumento de impuestos del 33% sobre toda la producción nacional y sobre las ganancias de capital no realizadas, de modo que si una empresa tiene éxito, habría que venderla para darle la mitad de su valor al gobierno, y la continua deslocalización de fábricas y empleo. Las políticas económicas ruinosas de Kamala ya le han costado a un hogar típico 29.000 dólares debido a su inflación galopante. Es hora de parar esta locura socialista. Si consigue cuatro años más en el cargo, su agenda radical de izquierdas hará añicos la economía y reducirá a cenizas las finanzas de las familias y del país.
Por el contrario, Trump plantea impulsar una nueva industrialización que creará millones de empleos, aumentará los salarios de los trabajadores y convertirá a Estados Unidos en una potencia manufacturera líder de tal manera que podremos volver a construir barcos, aviones, coches, robots, alta tecnología, etc. La industria automotriz estadounidense volverá a ser un motor de riqueza nacional. Los planes de Trump son los que más benefician a los ciudadanos porque están pensados para ellos, no para beneficiar a una elite corrupta y poderosa. Sus líneas son sencillas, pero eficaces y se basan en los siguiente:
– Reducir los precios de la energía un 50% en 12 meses. Algo que es posible implementando la producción energética nacional.
– Reducir rápidamente la inflación.
– Reducir los tipos de interés.
– Reducir el coste mensual de la hipoteca típica en 1.000 dólares o más.
– Reducir masivamente los impuestos para los trabajadores.
De esta forma, lograremos impuestos bajos, regulaciones bajas, costos de energía bajos, tasas de interés bajas y una baja inflación para que todos los ciudadanos puedan comprar de forma asequible alimentos, automóviles y casas. Es el camino correcto para poder reconstruir las carreteras, los puentes, las autopistas y los aeropuertos, para renovar los transportes públicos y, en último término, todo Estados Unidos.
Con la combinación de comercio justo, recortes de impuestos, recortes regulatorios y producción energética que plantea Trump, podremos producir más bienes y servicios, mejores y más baratos. Es la forma de garantizar que Estados Unidos tenga una industria del acero, del aluminio, una base manufacturera e industrial de defensa, y mantenga un sólido liderazgo tecnológico. Sus políticas económicas de sentido común construyeron este país y también ahora lo salvarán y lo pondrán rumbo a un futuro más próspero para todos y no sólo para unos pocos.