Una de las mejores actividades que se pueden realizar es el ejercicio físico, que tiene una influencia notable en la salud física y cerebral de la persona. Si el ejercicio es importante para mantenerse en buena forma, también lo es para conservar una buena salud cerebral, lo que ha quedado de relieve con la investigación realizada durante seis años en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Alabama, en Birmingham (Estados Unidos), donde investigadores han seguido la evolución de más de 27.000 voluntarios. Las personas que realizaban poco ejercicio (menos de una vez por semana) o los que confesaron tener una vida sedentaria, sufrieron un 20 por ciento más de accidentes cerebrovasculares que los participantes que hacían gimnasia cuatro o más veces a la semana.
Un derrame cerebral ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se bloquea, lo que provoca que las células cerebrales cercanas mueran por fala de suficiente cantidad de oxígeno y otros nutrientes básicos. Hasta ahora, los médicos conocían los cuatro factores que desencadenan un accidente cerebrovascular: el sedentarismo, el tabaquismo, la presión arterial alta y la diabetes. Con la investigación realizada, se justifica el ejercicio físico al menos cuatro o más veces a la semana como un buen método para prevenir los derrames cerebrales.

Otros resultados interesantes del estudio han sido la confirmación de que este ejercicio físico debe ser regular y moderadamente vigoroso, o sea, lo suficientemente duro como para sudar. Y que el mayor efecto protector se registró en el colectivo que también redujo los otros factores de riesgo del accidente cerebrovascular, como son la hipertensión, la diabetes, la obesidad y el tabaco.
La inactividad física es un importante factor de riesgo para el accidente cerebrovascular, pero afortunadamente está en nuestras manos modificarlo mediante un ejercicio regular e inteligente.